A esta altura del año, cuando los niveles de humedad son elevados por las lluvias, ya no existen registros de incendios en el país, pero hay que prevenirlos desde ahora. Así lo recomendaron dos especialistas de la Corporación Nacional Forestal de Chile (Conaf) que llegaron a Santa Cruz para comenzar con esta tarea a partir de la capacitación.
Bolivia perdió más de 10 millones de hectáreas de bosques y pastizales en 2024. La cifra, que es catastrófica en términos de cualquier récord de afectaciones por el fuego, puede repetirse en 2025, provocando afectaciones ambientales irreversibles.
“El fuego tiene memoria”, apuntó el jefe de Prevención de Incendios Forestales de la Conaf, Cristián Urrutia, durante una visita que realizó este fin de semana a la redacción del diario EL DEBER en Santa Cruz de la Sierra.
La Conaf, en coordinación con la Cancillería chilena y la Gobernación de Santa Cruz, está desarrollando un programa de cooperación en prevención y combate de incendios forestales en Bolivia. Se trata de un esfuerzo bilateral, iniciado en 2023, busca fortalecer las capacidades locales mediante capacitaciones, asistencia técnica y el intercambio de experiencias.
En ese sentido, Daniel Hinojosa, jefe de la Sección de Análisis y Diagnóstico de esa institución, dijo que se reunieron con el personal técnico de la Gobernación y otras instituciones.
Precisó que la formación se centra en mejorar la coordinación interinstitucional en Bolivia y en introducir herramientas como el programa “Comunidades preparadas contra Incendios Forestales” que es clave para evitar tragedias.
Este enfoque, según Hinojosa, permite a las comunidades en riesgo identificar prioridades de protección, preparar entornos seguros y desarrollar vías de evacuación. “Incorporar la cultura de la autoprotección es fundamental para mitigar el impacto de los incendios”, afirmó.
Los bosques
Urrutia subrayó las diferencias entre los ecosistemas de ambos países. Mientras que en Chile predominan zonas con vegetación manejada, Bolivia enfrenta desafíos únicos debido a la densidad y continuidad de su vegetación, particularmente en áreas amazónicas.
“La severidad y propagación de los incendios en estas zonas son alarmantes, y la clave está en medidas preventivas y una mejor gestión del combustible natural”, explicó Urrutia.
En paralelo a las capacitaciones, Chile ha proporcionado equipos técnicos y apoyo logístico. Durante emergencias recientes, se enviaron brigadistas, equipos de protección y un helicóptero para combatir incendios en la región de Concepción, en Santa Cruz.
Según Raúl Rivera, cónsul de Chile en Santa Cruz, estas acciones reflejan un compromiso de largo plazo. “El intercambio de experiencias y la asistencia técnica son esenciales para enfrentar catástrofes que, como los incendios forestales, superan las capacidades de un solo país", señaló Rivera.
El programa también contempla reuniones con universidades e instituciones bolivianas para fomentar la investigación y la implementación de políticas sostenibles. Sin embargo, los expertos de Conaf identificaron la necesidad de una mejor coordinación institucional.
“Es crucial que una entidad lidere los esfuerzos, convoque a actores clave y establezca lineamientos claros antes de que ocurran emergencias”, concluyó Hinojosa.
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