Encuentros 2.0 o relaciones en línea están a la orden del día y ganan más adeptos. El  sexo virtual (y sus múltiples formas de ponerlo en práctica) está influyendo en el sexo real. No hay duda de que los smartphones, tabletas y ordenadores se metieron entre las sábanas.

Para satisfacer la demanda de esos amantes, la tecnología no deja de lanzar gadgets y aplicaciones destinadas a mejorar la experiencia del goce virtual. De hecho, el 2016 la humanidad descubrió que está a un ‘tris’ de acostarse con robots, de besarse en tiempo real a distancia (Kissenger), de acceder a una sofisticada variedad de teledildonics (herramientas para la masturbación remota) y, aun mejor, ya podés meter en la cama al hombre o a la mujer ideal con solo apuntarte a un videojuego erótico de realidad virtual.

La ginecóloga Mónica Raya ofrece una mirada optimista sobre ese panorama, que no parece tener retorno, instando a aceptar esta nueva realidad como una forma de recordarnos que las relaciones sexuales entre dos personas no se basan exclusivamente por la genitalidad, sino que el sexo siempre empieza en la cabeza (en la imaginación).

Por su parte, la sexóloga Liliana Zabala Lobo agrega: “Los principios básicos de toda relación son  el compromiso, fidelidad, lealtad, amor y sexo. No creo que la relación de pareja se acabe por la tecnología, porque a veces las parejas recurren al cibersexo como una forma de estrechar lazos amorosos, ya sea por distancia o por trabajo”.

Alerta
“Es importante que el uso de los dispositivos no vaya en detrimento del contacto de los cuerpos, promoviendo el aislamiento y la soledad; que no conlleve un uso compulsivo, descontrolado e interfiera con nuestra vida generando dependencia”,  recalca Zabala.