La salud mental preocupa y cobra notoriedad. El desánimo, también conocido como depresión, es el trastorno más común y afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales y de todos los países. Provoca angustia mental y afecta a la capacidad para llevar a cabo incluso las tareas cotidianas, lo que lleva a problemas con las relaciones familiares, los amigos y la capacidad laboral, y, en el peor de los casos, puede provocar el suicidio. Por eso este año el Día Mundial de la Salud, 7 de abril, está dedicado a hablar de la depresión.

La siquiatra Iracema Justiniano, responsable del Programa de Salud Mental del Sedes, dice que es importante que la población conozca mejor la depresión, sepa que se puede tratar y cómo prevenirla, ya que esto contribuirá a reducir su estigmatización. En 2016, en Santa Cruz se realizaron 7.000 consultas de esta especialidad en el sistema público, de estas, 2.000 corresponden a esta patología. La vida de Juana Méndez cambió hace 10 años, cuando a una de sus hijas le diagnosticaron esquizofrenia. Ella no sabe exactamente qué provocó este trastorno, pero sí cuánto le significa económicamente tener a su hija estable. “Se gasta Bs 100 diarios en medicamentos y cuando tiene crisis hay que internarla y Santa Cruz no cuenta con un hospital o centro público para estos pacientes; algunos van a Sucre o La Paz”, dice.

Instituciones internacionales de peso, como la OMS, el Banco Mundial y las Naciones Unidas, han decidido poner atención en la salud mental, puesto que afecta, generalmente, a personas en edad económicamente activa y se traduce en ausentismo, desmotivación y disminución en el rendimiento, incumplimiento del trabajo, irritabilidad, falta de concentración y contacto con los compañeros.
Según el estudio Salud mental y atención psiquiátrica en Bolivia: Qué conocemos al respecto? la depresión es la décima causa por la que las personas visitan al médico general en Bolivia. 
Otra investigación denominada Adolescentes en riesgo: depresión, bajo nivel académico, violencia y aumento de alcohol incrementan el riesgo de intentos de suicidio entre los adolescentes bolivianos, reveló que el desánimo estaba altamente correlacionado con intentos suicidas y otros factores de riesgo para las mujeres, como etnicidad, bajo desempeño académico, violencia, sexo forzado y consumo de alcohol. Se hizo en jóvenes entre 13 y 18 años, 182 mujeres y 394 varones de escuelas seleccionadas al azar en la ciudad de La Paz.
 
La tristeza y la felicidad
El doctor Guillermo Rivera Arroyo, profesor de Psicopatología de la UPSA, hace referencia a un estudio internacional que tiene que ver con la salud mental y concluye que los países deben invertir no solo en proveer servicios, sino en implementar un sistema de salud  mental que sea asequible a la gente. Se trata del reporte de la felicidad a nivel global, publicado hace dos semanas y lo realiza  las Naciones Unidas, subrayando que desde el punto de vista de la economía la salud mental es cada vez más importante, porque implica mayor productividad. La investigación hecha en Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia e Indonesia concluye que es más posible que una persona sea infeliz por no tener acceso a los servicios de salud mental a pesar de tener ansiedad o depresión, que por ser de condición humilde, no tener trabajo o no tener pareja.

“El estudio está demostrando que la depresión es un problema que se presenta en todo el mundo y es el más común, ya que afecta la capacidad de trabajar de la persona, y en general la buena salud mental contribuye al nivel de felicidad. Cuando no tiene acceso a tratamientos de servicios de salud mental la persona se siente miserable”, afirma Rivera
Otro estudio al que también hace referencia el docente refleja qué tan frecuente es la depresión en 21 países. Si bien no está Bolivia contemplada, hay países vecinos, como Argentina, cuyo 3,7 % de su población tiene depresión, México, también con el mismo porcentaje; en Perú el 2,7%, y en San Pablo, Brasil, el 10,1%. Se estima que Bolivia se encuentra entre Brasil y Perú, es decir, un 5%.

Violencia y salud mental

La violencia doméstica es una de las causas para que las mujeres se depriman más. Así lo demuestra una investigación que analizó datos de la Encuesta Demográfica y de Salud de Bolivia de 2008,10.119 mujeres casadas o con cohabitación de 15 a 49 años. El estudio Violencia doméstica y salud mental en
Bolivia concluye que el 47% de las mujeres experimentó algún tipo de abuso conyugal y precisamente estas son más propensas a experimentar síntomas de depresión, ansiedad y trastornos sicóticos. Asimismo, las que sufrieron violencia sicológica o sexual por sus parejas. 
 
Es como la gripe 
Quizás muchos piensan que el desánimo tiene que ver con la vida moderna; sin embargo, parece no ser así. Una investigación denominada Depresión entre agricultores forrajeros tsimane de Bolivia, población aborigen que vive lejos de la modernidad, demuestra que los tsimanes sufren depresión y está asociada con discapacidad y productividad reducida, y conflictos interpersonales. “La depresión es parte del ser humano, así como una persona enferma de gripe, se puede enfermar de depresión, no importa dónde viva, es parte de nuestra naturaleza y requiere tratamiento”, señala Rivera, agregando que mientras más temprano se lo trate será mejor y menos impacto tendrá en la persona afectada.