Santa Cruz
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El paso de la secundaria a la universidad es una de las transiciones más importantes en la vida de un estudiante. Este cambio no solo supone enfrentarse a un nuevo entorno académico, sino también asumir una mayor autonomía y responsabilidad en la gestión del tiempo y la toma de decisiones. La universidad ofrece un escenario muy distinto al colegio, con horarios más flexibles, metodologías de enseñanza innovadoras y un fuerte énfasis en el autoaprendizaje. Para muchos jóvenes, esta etapa resulta emocionante, aunque también desafiante, debido a las mayores exigencias académicas y al proceso de adaptación a un entorno social diferente.
Paola Alemán, psicopedagoga y docente de la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS), considera que las vacaciones de egreso escolar son un merecido descanso y, a la vez, una oportunidad para que los jóvenes se preparen para la vida universitaria. Aunque este período puede ser emocionante y abrumador, con una buena planificación es posible aprovecharlo al máximo para recargar energías, reflexiona y prepárate integralmente para la nueva etapa.
La estabilidad emocional también forma parte de la preparación hacia el afrontamiento de la vida universitaria, afirmó el psicopedagogo Lobsang Barrios. Es muy importante en estas vacaciones el fortalecer las competencias emocionales, así cada estudiante podrá hacer un autoanálisis y reconocer sus emociones, eso les permitirá gestionarlas para salir a flote ante las exigencias o crisis que demande las actividades grupales en las aulas. “Si bien cada hogar tiene sus propios matices, el estudiante se conoce y reconoce individualmente, mas no siempre lo comparte con sus entornos (hermanos, abuelos, padres o madres sean separados o no), eso puede jugarles en contra; por eso, en estas vacaciones vemos sustancial que se regeneren los lazos de confianza familiar”.
Por su parte, Nadia Rocabado, también psicopedagoga y docente de la UPDS, enfatiza la importancia de trabajar en la autonomía de los bachilleres como preparación para la vida universitaria. Según ella, esto incluye aprender a movilizarse solos, gestionar horarios y métodos de estudio, cumplir con deberes y desarrollar competencias fundamentales como el manejo de paquetes computarizados y herramientas tecnológicas, el dominio de un segundo idioma, así como habilidades de oratoria, redacción y ortografía, resulta clave para afrontar con éxito la etapa universitaria. Además, implementar estrategias de estudio y aprovechar las tecnologías de la información y comunicación (TICs) en la educación fortalece el desempeño académico y facilita la adaptación a las demandas de esta nueva etapa.
Pero no solo es todo lo mencionado, las familias también forman parte de esta nueva etapa que cada estudiante iniciará próximamente; muchas veces madres y padres se ponen al margen ante las ambiciones y los objetivos del futuro universitario.
En estos casos es importante remarcar que la función de un padre es mucho más relevante que solo brindar los recursos mes a mes. Es también fortalecer los vínculos afectivos, valores y relaciones interpersonales, es aquí que cobran importancia las denominadas habilidades blandas pues habrá aspectos que la universidad dará, pero hay otras que solo desde casa se pueden ir fortaleciendo; como la resiliencia, adaptabilidad y toma de decisiones.
Es posible también una autovaloración de cada integrante de la familia para lograr esa sintonía que le permitirá al futuro o futura universitaria, encarar el día a día en la Universidad.
• Tener un proyecto de vida y un plan de carrera
Diseñar un plan que contemple metas claras y objetivos a largo plazo es crucial para mantenerse enfocado durante los cuatro años de universidad. Este ejercicio permite a los estudiantes visualizar su desarrollo personal y profesional, orientándolos hacia sus propósitos.
• Reflexionar sobre intereses y metas
Las vacaciones son el momento perfecto para pensar en los propios intereses, habilidades y objetivos profesionales. Paola Alemán, psicopedagoga, aconseja investigar sobre las distintas carreras y universidades disponibles. Esto facilita la toma de decisiones informadas y alineadas con las aspiraciones personales, ayudando a reducir la incertidumbre sobre el futuro académico.
• Adquirir habilidades prácticas
Participar en talleres, ya sean presenciales o virtuales, es una excelente manera de prepararse. Cursos sobre manejo del tiempo o herramientas tecnológicas son especialmente útiles, ya que no solo mejoran el desempeño académico, sino que también facilitan la adaptación a la vida universitaria. Además, involucrarse en actividades de voluntariado no solo enriquece el perfil personal, sino que también fomenta valores como la empatía y el compromiso social.
• La autovaloración como introspección
Cada estudiante se conoce y se reconoce, así proyectarse hacia la meta planteada, eso también incumbe el reconocer sus destrezas y habilidades ya adquiridas hasta el momento, pero también es identificar las falencias o limitaciones en sus aprendizajes a fin de trabajar en lo que les cuesta más.
• Sintonía familiar
Es importante reconocer que la familia tiene gran importancia, no solo porque los progenitores sean o no sean proveedores o que estén o no presentes o migrantes, sino porque deberán brindar una estabilidad emocional que llevará a cada estudiante a seguir adelante ente la adversidad.