De ser diario impreso, pasó a consagrarse como grupo multimedia. Hoy, 11 de febrero, EL DEBER celebra 71 años de tomar el pulso a la noticia, navegando en aguas cada vez más desafiantes, como el proceso de digitalización.

En una nueva casa en el norte de la ciudad, en el primer piso del Centro Empresarial de Equipetrol, el equipo vive cada día la aventura de renovarse, para estar a la altura de las distintas plataformas, pero manteniéndose fiel al periodismo crítico y a la constante búsqueda de la verdad.

En esta fecha, personalidades de varios ámbitos hicieron llegar sus felicitaciones, pero también compartieron sus percepciones sobre el rol y aporte histórico del Grupo Multimedia, no solo a Santa Cruz, su región natal, sino a todo el país.

Mario Suárez Riglos, una eminencia académica, investigador histórico, ingeniero geólogo con maestría en ciencias y doctorado en Ciencias Geológicas, todos los días, desde hace por lo menos 40 años, busca afanosamente la edición impresa.

Dice que en la mesa del desayuno, donde se actualiza con la coyuntura, todos los días busca las opiniones de amigos, “algunas muy saladas”. Y como buen orientista, siempre busca algún dato nuevo del equipo de sus amores, especialmente las escritas por Galarza.

“¿Qué haríamos en este pueblo sin la lectura diaria de EL DEBER? ¡Nada!”, cuestionó y se respondió. Para Suárez Riglos, es necesario que se siga enriqueciendo el saber con más saber.

Para Ana Carola Traverso, socióloga y urbanista radicada en New York, autora de diversas publicaciones, y estudiosa del desarrollo cruceño, es complicado entender la Santa Cruz moderna sin la contribución de EL DEBER, constante en su búsqueda por la verdad.

“EL DEBER se ha consagrado en la historia cruceña como una de las casas periodísticas de mayor prestigio, rigor y compromiso. A lo largo de sus siete décadas buscó un equilibrio de voces, innovó en formatos y nos marcó con un sinfín de historias capaces de retratar a Santa Cruz y sus actores”, compartió.

En la mirada de Traverso, la cotidianidad está reflejada en las páginas y en cada edición. “En EL DEBER buscamos leer lo que nos aqueja como sociedad, pero también lo que piensa y siente Santa Cruz. En este aniversario, celebremos un hito del periodismo y la cultura. Celebremos pues, la valentía de escribir”, convocó.

Franco Albarracín, experto en derechos humanos del Centro de Documentación e Información de Bolivia (CEDIB), en estos tiempos difíciles de “debilitamiento de la democracia y ruptura del tejido social”, cree que el papel de EL DEBER es fundamental para el acceso a la información y el ejercicio libre de la libertad de expresión, un derecho de suma importancia en momentos de crisis, al ser la piedra angular de una sociedad democrática.

“El trabajo de todos los periodistas en este medio continúa siendo trascendental para el fortalecimiento de la democracia y el respeto a los derechos humanos”, remarcó.

Sobre los temas que le competen, Roberto Vides, director de la Fundación para la Conservación del Bosque Seco Chiquitano (FCBC), cree que EL DEBER es el medio periodístico que realiza un aporte objetivo, analítico y crítico sobre los diferentes temas socio-ambientales a nivel del país.

Según Vides, sin duda alguna, las investigaciones que realiza, los testimonios que recaba de los afectados directos en situaciones de impacto por la degradación ambiental, la consulta oportuna y profesional a fuentes de información científica y a las organizaciones de la sociedad civil vinculadas a la temática, generan resultados de interés para el público en general, e incide en los tomadores de decisión.

“Ejemplos sobre los casos de la deforestación, la contaminación de fuentes de agua, la crisis de los acuíferos, la minería ilegal, el manejo e impacto de los incendios forestales, entre varios otros, demuestran la calidad periodística y el aporte a nivel global -ya que su medio digital no tiene fronteras-, nacional, departamental y local”, ilustró.

Alex Villca, de la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas de Bolivia (Contiocap), aplaudió que en EL DEBER exista un espacio para abordar la problemática de los pueblos indígenas y las áreas protegidas, tanto de índole nacional, como departamental y municipal. "Es un acierto", dijo.

"Como Contiocap y pueblos indígenas, como territorios en resistencia, nuestra esperanza es que EL DEBER se mantenga firme ante las amenazas que siempre vendrán de los gobiernos de turno, y que tienen que ver con cooptar este tipo de instituciones que juegan un rol preponderante en la sociedad. Para nosotros es una garantía a la hora de ejercer el derecho a la libre expresión, a la democracia, la libertad y además a recibir información de fuentes fidedignas", resaltó.

Ruth Alípaz, de la nación indígena uchupiamonas, en el corazón del Parque Nacional Madidi, incendiado y acosado por la minería ilegal, se unió a las felicitaciones por los 71 años de EL DEBER.

Cree que en momentos en que un país vive bajo un régimen que amenaza la democracia y que pone en riesgo los recursos naturales como el agua y a los pueblos indígenas, "constantemente despojados" de sus medios de vida por una política económica que empobrece, en cuando se requiere de medios de comunicación con la valentía, ética e independencia necesarias para abordar esos temas y ponerlos en el tapete. "EL DEBER, en todas sus formas de comunicación, ha venido cumpliendo ese rol", agradeció.

Según Alípaz, hay que recordar que un medio de comunicación no se hace sin el elemento humano, más allá de lo profesional, y resaltó que en EL DEBER hay periodistas con valentía, ética e integridad para investigar en temas de medio ambiente.

"Felicito a EL DEBER por sus 71 años, no son fáciles de cumplir haciendo una labor tan esencial. Sigan adelante y que nada ni nadie se atreva a apagar las voces que ustedes pueden ser para los más vulnerables y débiles, como somos los pueblos indígenas. Si no hay medios no hay voz, ni independencia ni libertad frente a gobiernos a los que no les gusta la democracia", finalizó.

Aldana Fernández, psicóloga organizacional, experta en recursos humanos y country manager Bolivia en Great Place to Work, opina que el Grupo Multimedia EL DEBER es sinónimo de resiliencia empresarial y compromiso social con el país.

“Es un medio de comunicación referente, consolidándose como líder en sus 71 años de presencia en Bolivia, con un equipo profesional de alto nivel y con productos especializados de gran impacto para la toma de decisiones”, aseveró, y resaltó que durante más de siete años es media partner de Great Place to Work para Bolivia, demostrando su compromiso por incentivar mejores lugares para trabajar, y alentando a más organizaciones a propiciar entornos laborales saludables.

Yaneth Egüez, de la Dirección Departamental de la Procuradoría General del Estado, cree que en Santa Cruz EL DEBER es más que un periódico, un guardián de la democracia y la justicia. “Su cobertura local y nacional ayudan a construir una sociedad más informada y comprometida”, afirmó.

Álvaro Castillo, comandante de los bomberos UUBR, resaltó que la información es importante en distintos tipos de emergencia, no solo para orientar a la población a la hora de afrontarlas, sino también para prevenirlas.

“EL DEBER se caracteriza por comunicar en detalle antes, durante y después de la emergencia, haciendo que nosotros podamos dar puntos de vista técnicos de prevención que son útiles al ciudadano”, indicó.

La diputada de Comunidad Ciudadana (CC), María José Salazar, valoró que EL DEBER hubiera crecido vertiginosamente junto a Santa Cruz, como testigo fiel de sus principales luchas y reivindicaciones, de su florecimiento y también de la cosecha de frutos cultivados por hombres y mujeres visionarios.

"En 71 años son muchas las generaciones que se han informado y formado leyendo sus páginas. Destaco el valioso talento humano que ha pasado por sus oficinas, y la resiliencia ante las dificultades de las diferentes épocas, ya que se ha consolidado como líder en su rubro por encima de estas", aplaudió.

Para la legisladora, en tiempos de crisis generalizada para la prensa libre en Bolivia, la credibilidad, independencia, libertad, creatividad y condiciones dignas para el talento humano, "son factores claves para la supervivencia de los medios de comunicación en el país". 

Roberto Méndez, miembro consejero del Tribunal Nacional de Ética Periodística (TNEP), dijo que los 71 años de vida de EL DEBER se pueden resumir en tres ideas: la primera es Santa Cruz, porque representa todos los valores y la cultura de la región. La segunda es que EL DEBER representa las luchas cruceñas para convertirse en la principal locomotora económica del país, crisol de la bolivianidad, y esperanza para el país.

Valoró que EL DEBER se mantenga firme, a pesar de los avatares, empezando por la digitalización, hasta las "presiones de gobiernos totalitarios y también camuflados, que provocaron el cierre de Página Siete y la compra de Los Tiempos".

Por último, dijo que EL DEBER representa la resiliencia para reinventarse en tantos gobiernos, democráticos y dictatoriales. “Es crítico, cuestionador, referente y esperanza del buen periodismo, que piensa en el bien común". 

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