Los incendios forestales han alcanzado un punto crítico en la Chiquitania, donde los pedidos de auxilio surgen desde distintas comunidades ante el asedio del fuego y la densa humareda que dificulta la respiración y reduce la visibilidad a menos de cinco metros. En Concepción la situación obligó a la evacuación de niños y ancianos que sufren de sangrado nasal, irritación ocular y dificultad para respirar.

Incluso bomberos tuvieron que ser evacuados debido a descompensaciones severas. Los síntomas de agotamiento, deshidratación e intoxicación por humo son visibles en sus rostros cansados. Sus vestimentas desgastadas y olor humo reflejan los meses de ardua labor. 

Las evacuaciones en Santa Mónica Fotos: APCOB

En comunidades de la TCO Monte Verde, en Concepción, todos los comunarios se han volcado a apoyar a los bomberos que luchan contra inmensas columnas de fuego y humo. Sin  maquinaria pesada, la gente enfrenta las llamas con machetes, palas y otras herramientas de cultivo. Las fuerzas no alcanzan ante la magnitud de los incendios, que están en distintos puntos.

“Nos pueden colaborar, aquí comunidad Palestina… Necesitamos ayuda para apagar el fuego. Estamos sufriendo por el humo que nos hace llorar”, clama un niño mientras se frota los ojos irritados en un patio de su comunidad llena de humo. El video fue compartido por el Cuerpo de Bomberos Indígenas Chiquitanos que llevan más de dos meses atendiendo una de las peores emergencias de los últimos años, que muchos comparan con la crisis de 2019.

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Dan asistencia a los animales que escapan de las llamas. Foto: APCOB

La espesa humareda no solo dificulta las tareas de extinción, sino que también pone en riesgo la salud de los más vulnerables: niños, ancianos y personas con enfermedades de base. “Hemos evacuado a las comunidades de Río Blanco y Santa Mónica porque la situación es crítica. A cinco metros, la visibilidad es mínima”, informa Arturo Revollo, coordinador de Apoyo para el Desarrollo Campesino-Indígena del Oriente Boliviano (APCOB), que está apoyando con el traslado. También impulsan una campaña para la recolección de víveres, agua y medicamentos para los afectados.

Revollo compara a la humareda como una nube de polvo que raspa la nariz y la garganta al respirar. Las evacuaciones se llevaron a cabo con personal médico del hospital de Concepción, que constató que varios niños presentaban vómitos y sangrados nasales. Unas 40 personas, entre ellas niños, ancianos y mujeres, fueron trasladadas a Concepción, donde ahora están refugiadas en casas comunales. Los varones y algunas mujeres decidieron quedarse para continuar la lucha contra el fuego.

En Río Blanco, dos bomberos fueron evacuados de emergencia al hospital de Concepción debido a descompensaciones graves. La situación es peor que en 2019, ya que el apoyo ha llegado tarde, dicen los pobladores. Este miércoles, Defensa Civil llegó a la zona y se están organizando para continuar con las evacuaciones.

Los héroes con poco apoyo

Juan Carlos Pesoa García, comandante de los Bomberos Jaguares, lleva más de 70 días en la lucha contra los incendios, junto con los 40 voluntarios que son parte de esta organización. Dejan sus actividades para ponerse a resguardar a la población. El grupo lo conforman estudiantes, profesionales y comunarios, todos viven en Concepción.

Son apoyados por otros ‘ángeles’ silenciosos que operan como hormiguitas para que todo funcione, pues se encargan de que tengan comida y haya el transporte para desplazarse hacia los lugares con fuego, todos se unen a resguardar a la población.

“Hacemos turnos de día y de noche. Ya llevamos seis años trabajando y hemos formado gente con experiencia, hemos tenido capacitaciones con instructores internacionales”, recalca.

Para que las brigadas no se debiliten hacen que cada bombero tenga una revisión médica cuando sale de un turno. “Se los nebuliza, hidrata y se les dota de vitaminas para que ellos puedan soportar”, comenta.

En lo que va de este año, tres bomberos sufrieron intoxicación por el humo y tuvieron que sacarlos de emergencia, pero lograron recuperarse y continuar con su labor.

Pesoa dijo que el fuego se ha desbordado y, aunque han tenido el apoyo y reciben ayuda, no es suficiente. “Ya nuestras herramientas están agotadas, se nos han fregado nuestras mochilas y las botas ya están en las últimas. Tenemos un dron que se chocó en un árbol y necesitamos plata para recogerlo de dónde lo están arreglando. De las diez mochilas que teníamos para batallar, solo tres están operando a medias, es que todo se va deteriorando por el mismo trabajo que se hace”, cuenta.

Han instalado un campamento en una comunidad indígena y contantemente publican una lista de necesidades básicas para que los colaboren. En su listado contemplan agua embotellada, hidratantes, raciones secas de comida, medicamentos, botas forestales, linternas, mascarillas contra el humo, antiparras y guantes forestales.

Esta catástrofe la comparan con la de 2019, porque las llamas están incontrolables. “Hemos encontrado animales quemados, tenemos que evacuar personas y vemos de todo. La anterior semana rescatamos a un mono que estaba en un sector con bastante humo. Estaba deshidratado, lo asistimos y lo llevamos a otro lugar, donde podía encontrar agua y comida. Lo peor es que todos los puntos de agua se están secando”, lamenta.

Las ganas de seguir combatiendo están firmes, pero las fuerzas se van debilitando. “Estamos operando diferentes grupos, pero no alcanzan las manos”.

En San Javier el fuego amenazó a cuatro barrios del área urbana. Los vecinos se unieron a los bomberos municipales y voluntarios para evitar el avance de las llamas.

En San Javier, comunarios y bomberos se unieron para combatir las llamas que rodearon los barrios. Foto: Alcaldía de San Javier


En Santa Cruz se registran 53 incendios en 15 municipios. El coordinador de Emergencias de la Dirección de Gestión de Riesgo de la Gobernación, Dionisio Castro, informó que hasta el momento 13 municipios se han declarado en desastre por incendios forestales.

Se están trabajando en el combate, pero por la humareda hay dificultades para las operaciones por aire. También se han desplazado brigadas médicas para asistir a pobladores y bomberos.

¿Cómo ayudar?

APCOB habilitó puntos para recibir  donativos para las familias de comunidades afectadas con los incendios forestales. Se necesitan víveres, agua, bebidas rehidratantes y medicamentos. Los donativos se pueden hacer en las oficinas de APCOB, en Concepción, ubicadas en la calle Teniente Roca Llado. También en las oficinas de Santa Cruz de la Sierra, situadas en la calle Pero Vélez  Nº 79.

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