El director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (Iesalc), Francesc Pedró, participó del V Foro Internacional de Innovación Educativa: El futuro de la

educación, reflexiones desde Bolivia para Latinoamérica. Abrió un espacio en su agenda para esta entrevista y visitar la redacción del diario EL DEBER.

 -¿Cuál es la situación de la educación superior en América Latina y el Caribe?

Difícil definirlo en pocas palabras. Digamos que, si miramos hacia atrás el crecimiento cuantitativo ha sido espectacular, tanto en participación en la educación superior porque cada vez más jóvenes acceden a ella, como en términos de oferta, porque cada vez tenemos más instituciones en la región. Pero, por otra parte, tenemos un problema grave de calidad que queda reflejado en el hecho de que apenas uno de cada dos estudiantes que ingresan a la educación superior en la región se termina graduando en algún momento.

-¿Y esto es cuestión de oportunidades?

Por supuesto que sí, es básicamente una cuestión de oportunidades y también de diseño del sistema que en muchos casos parece haber sido creado para contribuir a perpetuar las diferencias en lugar de limarlas, entonces el sistema tal como lo tenemos organizado da más a los que más tienen y está más lejos del alcance de los que menos tienen. Nos faltan políticas que permitan dar más oportunidades a quien menos tiene.

-¿Cómo ve la formación superior en Bolivia?

Si miramos hacia atrás, creo que se ha hecho un salto espectacular y como sucede en muchos otros países de la región, la situación actual no sería la que es de no ser también por una contribución muy importante de las universidades privadas. Entonces, para ir bien esos dos subsistemas, el público y el privado, tendrían que trabajar codo con codo porque lógicamente necesitamos de la contribución de ambos. Es importante que el entorno político saque partido de esta diferencia, que en algunos casos puede ser oportunidades de colaboración y en otros de innovación. Hay cosas que el sistema público hace mucho mejor que el sistema privado como, por ejemplo, su vinculación con la investigación y cosas, como por ejemplo, el trato al estudiante que tal vez se pueda aprender más del sector privado, además, de la tutorización, etc., es decir, ganamos todos si sumamos.




-¿Cuál es el índice de migración de estudiantes que se van a formar a otros países?

De cada 100 estudiantes de educación superior que tenemos en América Latina apenas menos de uno se beneficia de oportunidades de movilidad internacional.

Esto se puede traducir por la democratización de la movilización que no necesariamente significa moverse físicamente. La virtualización o lo que llamamos la internacionalización en casa, es la oportunidad de recibir docencia de universidades de otros países, en otras lenguas.

-¿Qué conocimientos son indispensable en la era de la Inteligencia Artificial?

Esa es una película que tiene un guion muy difícil. Acabamos de empezar a disfrutar y al mismo tiempo se perciben los riesgos de la Inteligencia Artificial. Quiero poner un ejemplo, el chat GPT apareció hace escasamente 18 meses y debo confesar que tanto yo como la mayor parte de mis compañeros y compañeras en el Instituto nos hemos vuelto usuarios asiduos de una serie de aplicaciones que en el fondo utilizan Inteligencia Artificial. No sería capaz de volver atrás. Todo profesional tiene que aprender a utilizar esas herramientas, porque si no está en desventaja. Invertir en entender cómo manejarse en ese contexto sale a cuentas, porque facilita mucho el trabajo y ahorra tiempo que es lo más importante.

-¿Cuán importante son las mediciones internacionales para la educación en general?

Creo que es imprescindible del mismo modo que en el mundo, por ejemplo, de la medicina estamos obligados a hacernos un diagnóstico para saber cómo nos encontramos, porque no hace falta esperar a encontrarse mal, hay que ir con cierta periodicidad. Otro ejemplo, cuando uno empieza a hacer el deporte, uno hace sus peticiones para saber cuál es el progreso. Entonces, esas mediciones internacionales son tremendamente importantes.

La cuestión es que si un país semejante a Bolivia, con el mismo nivel de inversión pública y privada en educación, consigue mejores resultados, algo tenemos que hacer. Cómo podemos aprender, qué podríamos hacer viendo el ejemplo de ese otro país.

-¿Cómo ve que Bolivia no se sume a pruebas como la PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos)?

Imagino que hay razones políticas que desconozco, desde el punto de vista estrictamente técnico, sino es PISA que sea otra de medición, la que estimen adecuada en los países. Unesco también tiene su propio sistema de medición a través del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación Educativa, pero hay muchas más, hay mucho de donde escoger.

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