A pesar del paro de 24 horas convocado por el Sindicato de Trabajadores de Salud Pública en apoyo a sus colegas del Banco de Sangre, la Gobernación de Santa Cruz mantiene su postura de no restituir a los cinco trabajadores despedidos. El secretario de Salud, Marcelo Kramer, aseguró que "estos cambios son necesarios" para optimizar el servicio y que las puertas al diálogo siguen abiertas.

"Son contratos temporales donde una de las cláusulas nos permite poder hacer la rescisión unilateral y siempre buscando mejorar el servicio", afirmó Kramer en conferencia de prensa.

"Venimos diciendo que queremos mejorar los servicios en salud y para mejorar los servicios en salud es que tenemos que hacer algunos cambios con lo que creemos nosotros que son personas que nos van a responder de mejor manera", sostuvo. 

Kramer recalcó que la decisión solo afecta a cinco puestos administrativos y que no se trata de despidos masivos como denuncia el sindicato. "No mal informemos porque al final de cuentas son dos cosas diferentes la parte médica y la parte administrativa. Estos cinco cambios que se han hecho han sido solamente en la parte administrativa, no así en la parte médica", insistió.

No obstante, reiteró la disposición al diálogo con los trabajadores. "Creo yo que podemos todavía sentarnos a conversar. Pero la posición de la Secretaría es esa. Queremos mejorar y los cambios se van a dar para mejorar el servicio en salud", dijo.

Por su parte, los trabajadores del Banco de Sangre cumplen el segundo día de un paro de 48 horas y han amenazado con ampliar la medida a un paro de 72 horas si no se atienden sus demandas. Aseguran que existe una orden para despedir a 33 personas de la institución. 

En solidaridad, el Sindicato de Trabajadores de Salud Pública, liderado por Robert Hurtado, acata un paro de 24 horas este miércoles. Es decir, no hay atención a los pacientes en ningún hospital ni centro de salud del departamento. 

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