“Todo el daño puede revertirse si se dan las políticas adecuadas, los fondos necesarios y el personal idóneo”, afirmó el biólogo Juan Carlos Catari en una entrevista para el programa ¡Qué Semana! de EL DEBER Radio, al abordar el impacto de los incendios forestales y la restauración de las zonas afectadas.

Este año, los incendios forestales han arrasado cerca de 10 millones de hectáreas de vegetación en todo el país, afectando principalmente al departamento de Santa Cruz. Sumado a ello, ahora la preocupación está centrada
en que, tras la deforestación, las áreas afectadas puedan ser habilitadas para cultivos mediante un cambio en el uso de suelo.

Incendios


Catari advierte que no se trata solo de la pérdida de 10 millones de hectáreas de bosques y pastizales, sino también de la biodiversidad y las especies únicas que han sido consumidas por las llamas.

 Mencionó que en la Chiquitania, el fuego ha destruido 14 tipos de vegetación, incluyendo distintos tipos de bosques, sabanas y áreas endémicas, con flora y fauna características. “Cuando solo hablamos de bosques, perdemos de vista la identidad del Bosque Seco Chiquitano, y con ello, la capacidad de enfocar correctamente los esfuerzos de restauración”, subrayó.

El biólogo también hizo hincapié en la diferencia entre reforestación y restauración. Explicó que la restauración es un proceso sostenido y a largo plazo, que requiere la participación de las comunidades locales y otros actores clave. “El bosque de transición que conecta la Chiquitania con la Amazonía ya está gravemente degradado, y lo mismo sucede con el Pantanal; ambos requieren acciones urgentes de restauración”, señaló.

En este sentido, indicó que urge de políticas de Estado para impulsar programas de restauración inmediatos, evitar el cambio de uso de suelo, ayudar a las comunidades que recuperen sus medios de vida y permanezcan en sus territorios. “Si queremos salvar la Chiquitania, lamentablemente dependemos de los políticos, porque en ellos recae la responsabilidad de evitar el cambio de uso de suelo y asegurar que los fondos se ejecuten en planes de restauración. Pero también está responsabilidad social", dijo.

Envió un mensaje a los políticos: “La Chiquitania está en sus manos, que no haya un cambio del uso de uso de suelo depende de ustedes y la presión social debe apuntar a evitar que esto ocurra, porque la restauración no lleva un año o dos, sino 20 o 30 años y debemos tener acciones para salvaguardar estas áreas”, concluyó.

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