Micreros levantaron el paro que cumplían en la capital cruceña y advierten que saldrán a trabajar imponiendo un incremento de Bs 2 a  2,50 en el pasaje. También establecieron una tarifa nocturna de Bs 3, que cobrarán desde las 21:00. El sector no esperó la determinación del Concejo Municipal, que apenas había empezado el análisis del tema en las comisiones, y es la instancia autorizada para aprobar un ajuste tarifario.

En respuesta, el alcalde Jhonny Fernández pidió a la población no pagar más de la tarifa vigente de Bs 2 y anunció que reforzará los controles para sancionar tanto a los choferes como a los dueños de micros que apliquen el incremento. 

“Tenemos un reglamento y una  ley que dicen que el precio del pasaje es de Bs 2. El ciudadano no se debe pagar más. Como alcalde estoy instruyendo a las unidades operativas para que hagan el control y se desplacen a distintos puntos de la ciudad,  con la gendarmería. Mientras no haya una disposición  contraria, no se puede permitir que se cobre  Bs 2,50, peor Bs 3”, manifestó Fernández.

Advirtió con la aplicación de multas y la revocación de la licencia para prestar el servicio, e incluso, dijo que los infractores se exponen a procesos penales.

La presidenta del Concejo Municipal, Silvana Mucarzel, indicó que los transportistas “no pueden hacer lo que les da la gana” y deben someterse a la normas. “No sean abusivos. Nosotros no lo vamos a permitir”, dijo.

En este sentido, también convocó a los ciudadanos a no pagar más de lo establecido.

Los transportistas determinaron el incremento en un ampliado, después de haberse reunido con el alcalde y haber asistido a una audiencia con la Comisión de Constitución del Concejo.

“El paro acaba de levantarse porque ya está la invitación y desde mañana (viernes) vamos a salir con la tarifa que se ha determinado. Con todos los compañeros se ha decidido seguir dando una tarifa solidaria diurna de Bs 2,50  y, a partir de las nueve de la noche, la nocturna, de Bs 3”, informó Ronald García, representante del sector, luego del ampliado en el que participaron dirigentes de los distintos sindicatos y federaciones.

García insistió en que el pasaje de Bs 2 es insostenible para el sector. “Si nos van a sancionar, que lo hagan, no estamos haciendo ningún daño. Hoy (ayer) la población ha visto que el transporte público  es necesario, porque ha estado pagando Bs 10, 20 o 30 para llegar a su fuente de trabajo”, justificó García.

Tras el anuncio de los transportistas, vecinos también expresaron su rechazo a la imposición de una nueva tarifa. En una audiencia en el Concejo señalaron que no permitirán que se incremente ni un centavo el pasaje. “Manténgase firmes, que nosotros vamos a apoyarlos, porque no permitiremos que suban ni diez centavos”, dijo una de las dirigentes vecinales.

Algunos también se animaron a denunciar que el Ejecutivo Municipal tranzó el transporte para permitir el ajuste.

En la jornada de paro

Aunque el sector decidió suspender el paro, la gente sufrió la falta de micros este jueves y se dio modos para  desplazarse en trufis, motocicletas, vehículos particulares y algunos no tuvieron más opciones que caminar para evitar pagar tarifas elevadas de los taxis.

“Ustedes no son dueños de la calle, vayan a trabajar”, fueron algunos de los gritos de la gente a los trasportistas que se organizaron y desde temprano e instalaron puntos de control en diferentes sectores para impedir que circulen trufis u otros micros.

Desde la zona de La Campana, en el Plan Tres Mil, el presidente de la línea 69 y 100, Beimar Tórrez, indicó que salieron a bloquear a los micros y trufis que intenten trabajar, porque el objetivo era que el paro sea contundente. “Estamos controlando a nuestros afiliados y a los trufis que están trabajando. El paso es normal para particulares, ambulancias y demás motorizados”, remarcó Tórrez.

Zemido Apaza, presidente de la línea 36 y 89, indicó que están movilizados porque los insumos para el mantenimiento de loa vehículos se han elevado. Citó como ejemplo que antes lo hacían con Bs 250 y ahora con Bs 600.

En la jornada se vivieron momentos de mucha tensión. En el octavo anillo de la avenida Transcontinental los transportistas movilizados bajaban a los pasajeros que estaban en los trufis, pinchaban llantas y pintarrajeaban los motorizados colocando Bs 3, la tarifa que pretenden cobrar.

En la zona del octavo anillo y doble vía a La Guardia, un grupo de micreros pinchó las llantas de los motorizados que estaban trabajando con rutas definidas.

En medio de todo eso, la gente se dio modos para llegar hasta su fuente laboral. 

Jimena Barbin tuvo que buscar un mototaxi para llegar hasta su trabajo, porque no pudo subir en ninguno de los trufis que pasaron por el octavo anillo de la avenida Transcontinental. “Es un perjuicio grande, porque más nos afecta a los que trabajamos y ganamos el día a día”, lamentó. 

A Juana Rodríguez (68) la bajaron de un trufi que pasó por este sector. “Soy una persona de la tercera edad y este señor me hizo el favor de acercarme, porque él estaba recogiendo personal de una oficina y no me ha cobrado ni un peso”, manifestó la mujer que se dirigía a alquilar trajes para sus nietos que este viernes tienen una actividad.

Algunas personas también aguardaron los micros que desplazó el Gobierno Municipal, pero el inconveniente fue que no podían calcular el tiempo que necesitaban para desplazarse de un lugar a otro.

En las unidades educativas hubo ausentismo, aunque algunos estudiantes tuvieron que caminar para llegar al colegio. Otros llegaron a carrera, porque ya tenían varios minutos de retraso.

La profesora del sexto curso de la unidad educativa Adela Zamudio manifestó que la ausencia del alumnado impide avanzar los temas preparados.

Las negociaciones

En medio del paro, se mantuvo una serie de reuniones para tratar el tema del transporte público.

La dirigencia del sector se reunió con la Comisión de Constitución del Concejo Municipal, presidida por la concejala Gabriela Garzón (UCS), en la que también participaron otros concejales.

En medio del debate, la tensión subió al grado que se registraron acaloradas discusiones entre algunos ediles. José Quiroz, del MAS, y Juan Carlos Medrano se enfrascaron en una discusión que escaló cuando Quiroz tildó de “sin vergüenza” a Medrano, apuntándolo con la mano.

“Vámonos a fuera”, le dijo en un tono desafiante.

Mientras que Medrano le cuestionó que las líneas de micros se venden entre $us 50.000 y 100.000, lo muestra la rentabilidad.

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