Santa CruzCULTURA
Pablo Arza y el juego con la selva amazónica envuelven el corazón cruceño
El conocido pintor beniano expone Encantos de mi Tierra. Se inaugura este viernes 15, a las 19:00, en la Casa Municipal de la Cultura Raúl Otero Reiche
14 de noviembre de 2024, 13:49 PM
Es todo un explorador. Pero, también, es un ‘hombre acuático’. O puede ser muchas cosas a la vez. Tiene 57 años, 36 de ellos dedicados al arte visual. Él, Pablo Arza, el beniano que plasma el alma generosa de la naturaleza abre -este viernes 15 de noviembre- una muestra pictórica que busca trasladar, imaginariamente, a los cruceños hasta la selva profunda de la Amazonia boliviana.
Encantos de mi Tierra, con el aval de la Secretaría Municipal de Cultura y Turismo, tendrá una rítmica apertura, con gastronomía y baile, en la Casa Municipal de la Cultura Raúl Otero Reiche (plaza 24 de Septiembre, acera oeste), a las siete de la noche.
Conexión hombre-naturaleza
Es inquieto. Su vida transcurre entre Santa Cruz y Beni. Siempre ha sido uno de los colaboradores más cercanos del Museo de Arte Contemporáneo y por mucho tiempo agitó sus pinceles para armar ese juego con la selva que lo ha hecho muy popular en casi cuatro décadas de vida artística.
En este 2024 busca, de nuevo, sensibilizar a los amantes del arte con tres máscaras elaboradas con madera de balsa y 15 cuadros llenos de simbolismos en los que las historias danzan a partir de las líneas establecidas por el realismo, el impresionismo y el surrealismo; abordando, además, el arte figurativo, objetual, subjetivo y paisajístico; todos elaborados con acrílico y témpera sobre materiales nobles como el lienzo, el trupán y el cartón.
Los meses de contacto directo con la selva le sirvió al artista para inspirarse en su nueva colección y no quiso se le escape nada al momento de llevar el pincel sobre una plataforma. “Estoy cuerdo (cuando pinto). No bosquejo ebrio. Me gusta recrear aquellos momentos que he vivido durante toda mi existencia en Beni. Soy curioso y me gustan los detalles”, puntualiza el hombre oriundo de Magdalena.
Cuando era pequeño iba a Huacaraje, se ‘zambullía’ en la cocina de su tía y degustaba un nutritivo masaco o un crocante horneao; ahora, esa escena se refleja en el Rinconcito de Amor, que es como se llama una de las 15 pinturas.
Pero, Arza, es un alocado amante de la selva y cuando describe sus propuestas nada lo detiene: “En este cuadro se observa la tarde que besa la silueta de los árboles y en es otro tenemos el Puerto de Santa Bárbara, que es un abrazo efusivo y tierno con la calma, es ese juego con el espíritu que ingresa a nuestro ser y nos llena de paz eterna”.
En ese, su arte diverso, el artista invita a conocer a la Ña Vaca, a la gallina Dorotea, a la chapapa, al papá Árbol, a la cocina de don Viboncho y a la sumurucuca, una especie de lechuza dueña de las estrelladas noches benianas.
Pablo Arza junto a la sumurucuca, un ave amazónica, y la estatua de Raúl Otero Reiche./ Foto: Secretaría Municipal de Cultura y Turismo
Un itonama empedernido
Es con su pintura que Pablo se permite ciertos ‘extremos’, como la fiesta de los colores, pero también la exploración de la luz, las sombras y el blanco y negro. Él se siente como un bufeo saltarín cuando pinta una y otra vez. Uno de sus cuadros también presenta a la famosa toronja “que también la puede llamar grey o pomelo, al final es lo mismo”, dice.
Se trata de un cítrico muy apetecido que es materia prima para preparar el chaponato, una bebida alcohólica originaria de Magdalena, que inventó ‘Chapón’ Arza, el tío abuelo de Pablo.
Este creativo itonama también expondrá tres máscaras que son aquellos personajes místicos de la selva, como El Silbaco y un cuadro especial cuyos trazos forman peces en las aguas, porque “los benianos somos seres acuáticos”.
“En mis cuadros me como los colores, me entrego a ellos”, encierra y se refiere precisamente a aquellas escenas en las que muestra unos ‘pirulos’ (dulces típicos), “con ‘p’, porque nosotros los benianos no decimos birulos, que es el nombre correcto”, interviene.
También esa ruleta de colores da vueltas con unas mangas anaranjadas que esperan ser devoradas visualmente por los visitantes que acudan a la ‘Casa’ hasta el 8 de diciembre.
Pablo Arza es pintor, dibujante, ceramista, escultor, educador y gestor cultural. Hijo del poeta homónimo y de Lourdes Orihuela. Es el cuarto de 10 hermanos y actualmente preside el Círculo de Artistas Plásticos de Itonama (CAPI), también es parte de la Asociación Boliviana de Artistas Plásticos (ABAP).
En 2022 fue declarado Hijo Ilustre de Huacaraje y ese año la Cámara de Diputados le entregó un reconocimiento por su aporte al arte y a la cultura. Estudió junto a grandes maestros, como Lorgio Vaca, Tito Kuramoto, Marcelo Callaú, Herminio Pedraza, Olga Ribera y Jorge Chuquimia.