El crecimiento acelerado de los negocios de las empresas y la dispersión del talento alrededor del mundo, han dado lugar al surgimiento de nuevos espacios de trabajo, en los que las relaciones laborales y de empleo trascienden las fronteras nacionales. El fenómeno de la internacionalización de las relaciones laborales ha alcanzado proporciones significativas a nivel mundial.

A nivel global, la nueva realidad del empleo internacional ha sido impulsada decididamente por el drástico cambio del modelo de trabajo estrictamente presencial a esquemas de trabajo remoto e híbrido, la necesidad de trabajadores calificados y el desarrollo de tecnologías que permiten la colaboración a distancia.

En el caso de Bolivia, la capacidad y costo del talento profesional han capturado la mirada atenta de grandes y pequeños empleadores, cuyos negocios se expanden por su habilidad de reconocer oportunidades que se presentan a nivel global.

Hoy por hoy, no es extraño observar que profesionales bolivianos de las áreas de desarrollo tecnológico, marketing, finanzas o consultoría principalmente, prestan servicios cotidianos a favor de empleadores cuyos rostros han conocido solamente a través del contacto que facilitan los medios digitales.

Sin embargo, al mismo tiempo que esta realidad representa una fuente de empleo, que de otro modo no existiría, también ha dado pie a reconsiderar los desafíos que van unidos al alarmante grado de informalidad de nuestro entorno económico, y a los riesgos que tradicionalmente enfrentamos en nuestra existencia pasajera, como el cuidado de nuestra salud y el de la huella que dejan los años en nuestra capacidad laboral, la cual solo advertimos cuando suele ser demasiado tarde.

Dentro de este contexto, surge la necesidad de pensar en un nuevo camino que permita el equilibrio entre el reconocimiento de incentivos al empleo que contribuyan a la formalización y dinamización de la economía, y políticas laborales protectoras que garanticen un trabajo digno frente a abusos injustificados. Creemos que, ante el surgimiento de nuevas realidades, difícilmente se podrían entregar las mismas recetas que se aplican a esquemas puramente tradicionales.

A manera de ejemplo solamente, para superar la complejidad de la contratación internacional de talento, algunos países han abierto los ojos a la realidad y reconocido formalmente a trabajadores nómadas, creando visas especiales que facilitan el desenvolvimiento de esta clase de trabajadores que se desempeñan remotamente, como así también aprobado regulaciones especiales sobre empresas cuyo objeto consiste en actuar como empleadores de registro (EOR Employer of Record o PEO Profesional Employer Organization), facilitando así la consolidación de relaciones de empleo formal y asegurando el cumplimiento de normas laborales locales.

En definitiva, la internacionalización del empleo y de las relaciones de trabajo ha alcanzado un grado de desarrollo irreversible. Sea que las normas nacionales reconozcan esta realidad o que decidan cerrar la vista frente a ella, el trabajo sin fronteras, y los nuevos espacios y oportunidades laborales continuarán existiendo y creciendo en la informalidad, demandando políticas particulares que atiendan las necesidades también particulares de este tipo de empleo.

Lea también

Te Puede Interesar

El Efecto de los Incrementos Salariales en el Costo Laboral dentro del sector privado

El Salario Mínimo Nacional se fija en Bs 2.500 para los sectores público y privado, lo que representa un incremento del 5,85% respecto al año anterior