Segundo aplazo de The Strongest en Copa Libertadores. En el debut, grupo C, contra Boca Juniors, en La Paz, perdió por 0-1 y este miércoles, en Guayaquil, cayó por 4-0 contra Barcelona.

Se complicó el panorama atigrado con esta nueva derrota en una serie en la que también está Santos de Brasil y al que tiene que visitar el próximo 5 de mayo.

Mal debut del entrenador paraguayo Gustavo Florentín, quien reemplazó en el cargo a Alberto Illanes, al que le costó el cargo la derrota ante los xeneizes. El flamante DT  sorprendió con una alineación titular diferente al once que venía jugando reguylarmente.

Confió a Ramiro Vaca y al brasileño Willie Barbosa la conducción del equipo y puso al colombiano Jair Reinoso como solitario hombre de ataque.

Fue raro ver a los laterales Saúl Torres y Jesús Sagredo por la derecha y a Marvin Bejarano y José Sagredo por izquierda. Fue una muestra de la estrategia temerosa que conformó Florentín, pues su idea fue neutralizar el juego rápido de los ecuatorianos.

El primer tiempo terminó sin goles porque la propuesta de The Strongest fue defenderse con uñas y dientes intentando las salidas de rápidas de Barbosa, que solo una vez pudo desprenderse de la marca de sus rivales para ceder un centro atrasado, que no pudo empalmar José Sagredo.

El Tigre llegó esa única vez sobre el arco de Barcelona. Después, se vio a un equipo boliviano con pocos recursos técnicos para sostener el juego.

En el complemento cambió la historia del partido desde el primer minuto con el gol que marcó Carlos Garcés.

Barcelona arriesgó más en ataque utilizando a Damián Díaz, Byron Castillo y Emanuel Martínez, quienes se encargaron de marcar diferencia en la ofensiva.

La presión fue tanta, que los aurinegros sintieron el desgaste. Por eso Florentín sumó en la recta final a Raúl Castro, Ruddy Cardozo y al panameño Rolando Blackburn para reforzar el mediocampo y el ataque.

Nada cambió. Barcelona  gestó su contundente victoria con goles de Mario Pineida (67’), Martínez (73’) y el autogol de Gabriel Valverde (85’) en su intento de rechazar un balón.