Ofensiva de Israel contra Hezbolá no frena la guerra en Gaza: 41.500 palestinos han muerto y el gobierno israelí busca sitiar el norte de la Franja
El frente de Israel en Gaza sigue abierto y no se vislumbra un acuerdo para alcanzar un alto el fuego y liberar a los rehenes en manos de Hamás.
La atención internacional se ha desplazado a la frontera entre Israel y Líbano, pero las bombas han seguido cayendo sobre Gaza.
La cifra de víctimas mortales en la Franja se acerca ya a los 41.500 tras los últimos bombardeos, de acuerdo con los datos del ministerio de Salud gazatí, que asegura que más de 90.000 personas han resultado heridas y estiman que unos 10.000 desaparecidos continúan bajo los escombros de los edificios.
Los bombardeos de los últimos días se han concentrado en el centro y norte de Gaza, donde el gobierno de Benjamin Netanyahu está considerando un plan para obligar a los civiles a abandonar toda la parte norte de la Franja y convertirla en una “zona militar cerrada”, que quedaría bajo sitio para obligar a Hamás a que entregue a los rehenes israelíes que siguen en sus manos.
El plan fue propuesto por un grupo de antiguos altos mandos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), ahora en la reserva, y el propio primer ministro aseguró en una comisión de la Knéset que se trata de uno de los distintos proyectos que se están barajando, según publicó el diario “Times of Israel”.
“El primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, están estudiando muy seriamente el plan”, afirmó al servicio árabe de la BBC Amir Bar Shalom, analista militar de la Radio del Ejército israelí.
El plan obligaría a desplazar a unas 300.000 personas de poblaciones del norte de la Franja, entre ellas la ciudad de Gaza, a las que darían una semana para abandonar el territorio.
El área desde la frontera norte con Israel hasta el río Gaza sería declarada entonces “zona militar cerrada” y sometida a un férreo asedio. Cualquier persona que quedara en este territorio sería considerada “terrorista” y objetivo del ejército israelí.
El asedio total obligaría, según el proyecto, a los milicianos de Hamás a rendirse o morir de hambre.
Sin fin a la vista
Más allá de estos posibles planes militares y, a pesar de que el ejército israelí tiene que dividir ahora sus esfuerzos entre el frente norte, con el conflicto con Hezbolá, y el sur, con Hamás, no hay nada que por el momento haga pensar que el fin de la guerra está cerca.
“El único fin que podría concebir sería si se alcanzara un acuerdo sobre los rehenes, y esto es algo que cada día parece menos probable”, explica a BBC Mundo Dov Waxman, director del centro Y&S Nazarian de Estudios sobre Israel de la Universidad de California.
Según el experto, el acuerdo para intercambiar al centenar de rehenes que quedan en manos de Hamás -de los casi 250 que secuestró el 7 de octubre- por un alto el fuego lleva sobre la mesa varios meses, pero el primer ministro “no está interesado”.
Esto es en gran medida, señala Waxman, porque sus socios ultraderechistas del Ejecutivo han amenazado con romper la coalición de gobierno si llega a un acuerdo.
Otra opción que el gobierno israelí podría considerar aceptable para poner fin a la guerra sería si las FDI consiguieran capturar o matar a Yahia Sinwar, el hombre que planeó el ataque del 7 de octubre y actual líder de Hamás.
“Esto podría dará a Netanyahu el tipo de victoria que podría presentar ante el público israelí y quizás entonces volver a convocar elecciones con la esperanza de ganarlas de nuevo”, analiza el investigador.
Del centenar de rehenes que se calcula que siguen en Gaza, Israel considera que 64 siguen vivos, entre ellos dos niños, según la agencia de noticias AFP.
Las familias de estos secuestrados temen ahora que la nueva guerra abierta entre Israel Hezbolá dificulte la liberación de sus seres queridos.
La ampliación de la guerra al frente libanés ha puesto presión también en el número de tropas israelíes disponibles para desplegarse en Gaza.
Según una investigación del diario israelí Haaretz, Israel está reclutando a solicitantes de asilo africanos para participar en operaciones en la Franja con la promesa de que recibirán a cambio la residencia permanente en el país.
Cadáveres
El Ministerio de Salud de Gaza informó, además, haber rechazado un contenedor de Israel con 88 cadáveres de palestinos hasta que no reciba información sobre los cuerpos.
Según informaron las autoridades sanitarias, el procedimiento para recibir el contenedor se ha paralizado hasta que Israel facilite información completa sobre sus nombres, la hora de su muerte y el lugar de donde fueron sacados, dijo en su canal de Telegram.
Los cuerpos se encuentran en estado de descomposición y no han podido ser identificados, y su envío en estas condiciones ha sido calificado por la oficina de medios gazatí de “medida inhumana y criminal”.
A principios de agosto, Israel ya mandó otro camión con unos 80 cuerpos, y las autoridades de Gaza denunciaron entonces que no sabían si se trataba de palestinos que habían sido desenterrados por el ejército israelí o si habían muerto durante su detención.
Los cadáveres tuvieron que ser enterrados en fosas comunes. El gobierno de Hamás dijo entonces que desde el inicio de la guerra, Israel había “robado” más de 2.000 cuerpos de decenas de cementerios de la Franja que arrasaron durante la ofensiva.
Las fuerzas de Israel suelen apropiarse de cadáveres que ya habían sido enterrados para buscar entre ellos a los rehenes israelíes.
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