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"Yo amo este país y quiero seguir dándole buenos resultados": Ma Jin, la entrenadora china clave en el éxito de México en los clavados

Una entrenadora china ha sido clave en la formación de varios clavadistas mexicanos que han llegado a ser medallistas olímpicos.

2 de agosto de 2024, 12:05 PM
2 de agosto de 2024, 12:05 PM
Ma Jin y Osmar Olvera
Conade
Ma Jin ha entrenado a Osmar Olvera en dos ciclos Olímpicos: Tokio 2020 y París 2024.

En una presentación inolvidable, la pareja conformada por Osmar Olvera y Juan Manuel Celaya le dio a México la medalla de plata en salto sincronizado de tres metros en los Olímpicos de París 2024.

Y por supuesto, un nombre surgió entre otros: el de la china Ma Jin, la entrenadora de Olvera, a quienes los expertos señalan como la responsable del salto en calidad que han dado los clavados en México en los últimos años.

Cuando aterrizó en ese país, en 2003, casi no entendía español.

Se había preparado en un curso exprés del idioma en su natal China y llegaba a América Latina a través de un programa de cooperación del gobierno de Pekín que llevaba a entrenadores de atletas a todo el mundo.

Ma era una especialista en clavados, una disciplina en la que China es potencia y en la cual se formó desde niña. Pero el choque cultural con México fue algo para lo que no estaba preparada.

"Cuando llegué no entendía nada", dice Ma en entrevista con BBC Mundo.

"En China tuve tres meses de clases de español. Pero cuando llegué a México parecía que no podía usar el español, no entendía. Solo 'mesa', 'cielo', 'puerta', 'por favor', cosas así. Pero la verdad yo empecé en México a hablar español", explica.

Con esas dificultades y el tipo de vida de México, inició su trabajo como entrenadora de clavados de la selección nacional. En un inicio pensó que no se quedaría mucho tiempo.

Pero no solo sigue en el país pasados 20 años, sino que Ma ha sido una pieza clave en el éxito de los medallistas de los clavados mexicanos.

Ha entrenado a grandes figuras nacionales, como Paola Espinosa, Romel Pacheco y Laura Sánchez. Y ahora a Olvera, que se colgó la medalla de plata en París 2024.

Osmar Olvera y Juan Celaya
Reuters
Osmar Olvera (derecha) y Juan Celaya tenían diferentes entrenadores, pero el objetivo era el mismo: llegar al podio de París 2024.

"Me siento muy feliz de que podré estar con Osmar, con quien ya hemos dado grandes resultados para México. Yo amo este país y quiero seguir dándole buenos resultados", le contó a BBC Mundo antes de la presentación en los actuales Juegos.

Y los ha dado: la entrenadora china ha contribuido a que México lleve a casa cerca de 260 medallas en Olímpicos, Campeonatos del Mundo, Panamericanos y otras competencias de talla mundial.

Su aventura por México

La escuela de alto rendimiento de la que viene Ma Jin es la que han seguido muchos deportistas en China, país que es una de las potencias en clavados y otros deportes. La base es la disciplina y la alta exigencia.

Ella misma empezó a los 9 años a formarse en los saltos en Pekín. "Mi entrenadora me buscó en la escuela y empecé. Seguí hasta los 17 o 18 años", recuerda Ma.

Su formadora era Ren Shaofen, una de las más destacadas figuras de este deporte en China y que ha llevado a ganar múltiples medallas a los chinos por varias generaciones.

"La meta de mi carrera del deporte eran los Juegos Olímpicos, pero yo no pude ir", lamenta en conversación con BBC Mundo. Y es que sufrió una lesión que le impidió seguir con su carrera.

Pero eso no la alejó de las piscinas, pues su entrenadora, Jing Xiao Feng, le dijo que siguiera educándose en el deporte.

"Mi entrenadora me dijo 'Tú me entiendes muy rápido como deportista'. Y ella me invitó para ser entrenadora, junto a ella, a los 20 años", relata.

Rommel Pacheco en Pekín 2008
Getty Images
Rommel Pacheco ha sido uno de los más destacados clavadistas entrenados por Ma.

A inicios de la década de 2000, se interesó en el programa de cooperación deportiva del gobierno chino con el que entrenadores del país asiático viajan a otras naciones para formar atletas de alto rendimiento.

"Tocó en un tiempo difícil en mi vida, cuando me separé de mi esposo", explica.

Aunque tenía varias opciones para viajar al extranjero, quería algo diferente a lo usual, que son los países anglosajones o de la región de Asia-Pacífico.

"Yo quería conocer México, quería conocer otro idioma", asegura. Así que se preparó con un curso de unas semanas de español en Pekín y se lanzó a la aventura con un grupo de entrenadores chinos.

Al llegar se dio cuenta de que sus clases de español no la habían preparado lo suficiente. Se instaló en la ciudad de Monterrey, para entrenar a la selección nacional de clavados.

Hacía mucho calor, recuerda. "Había mosquitos, no había mucho internet para llamar a China. Era cara la vida".

Se planteó regresar a China, pero la dedicación a su trabajo y la respuesta de sus alumnos la convencieron de quedarse: "Los muchachos me ayudaron".

"Soy muy directa"

Ma Jin pronto se dio cuenta de que su carácter y estilo de entrenar chocaba con la forma de ser de los mexicanos, pues muchos en ese país prefieren el trato más suave y amable.

"Yo soy muy sincera. No tengo tiempo para preguntar cómo estás, o cómo te sientes. Te digo qué te falta hacer", explica la entrenadora.

"Los muchachos me preguntaban que por qué no podía decirles ‘Estuviste muy bien’, ‘Excelente’, o ‘Mejoraste’. Pero yo soy más directa. Si no ganas una calificación de 10 en un clavado, no te puedo decir ‘Muy bien’. Pero si llegas a 7 o 7,5, me siento fatal", recuerda.

"Por eso les digo qué les hace falta, no les digo ‘Muy bien’. Eso para mí es perder tiempo. Y les pregunto '¿Quieres que te mienta o que sea sincera?'".

Ma Jin abraza a un alumno
Cortesía Ma Jin
Los alumnos entendieron que el método estricto de Ma Jin da resultados y le pidieron que siguiera así.

Pero poco a poco los alumnos fueron entendiéndola.

En ese momento empezó a trabajar con Rommel Pacheco, Paola Espionsa y Laura Sánchez, tres de los clavadistas que a la postre estarían entre los más destacados del país y ganadores de múltiples medallas.

"Mi meta es el oro, no el cuarto o el décimo lugar. Voy por el número uno y voy por los detalles que faltan. Yo les expliqué a los muchachos y ellos dijeron que estaba bien".

Formadora de campeones

El trabajo constante y estricto de Ma Jin llevó a Paola Espinosa, quien portó la bandera de México en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, a una destacada participación en la capital china.

En esa competencia, Ma ayudó a Espinosa y Tatiana Ortiz a llegar a la final de los saltos sincronizados en plataforma de 10 metros. Y luego de una dura competencia con las clavadistas de casa, la pareja se llevó la medalla de bronce.

Para Ma fue un momento muy especial: "Estaba contenta de estar en mi país. Disfruté el tiempo con mis muchachos, pero yo estaba con mi familia, que se sentía orgullosa de mí", recuerda.

Alejandra Orozco y Paola Espinosa con sus medallas
Getty Images
Alejandra Orozco y Paola Espinosa conquistaron el bronce en Londres 2012.

En 2009, en el Mundial de Roma, Espinosa ganó los 10 metros individual. "Les ganamos a los chinos, a la alumna de mi entrenadora. Entonces ya me sentí satisfecha. Ya le di al país una medalla de oro individual. Yo dije 'Vale la pena, ya puedo regresar a China'".

Pero Espinosa y otros clavadistas le dijeron que no podrían continuar sus carreras sin ella. Le pidieron que se quedara.

"Yo soy muy responsable y agradecida con la vida.. Los muchachos me ayudaron. Pasamos muchas cosas y problemas. Yo dije que tenía que hacer algo por los alumnos y así aguanté", cuenta Ma.

Continuó el trabajo con Espinosa y en los juegos de Londres 2012, nuevamente la llevó a una final de los 10 metros. Esta vez junto a Alejandra Orozco subieron un peldaño y se llevaron la medalla de plata.

Producto de esto, ese mismo año fue condecorada con la Orden del Águila Azteca, el máximo galardón que otorga el gobierno de México a extranjeros que contribuyen al país.

Al año siguiente, el presidente de China, Xi Jinping, destacó el trabajo de Ma como un ejemplo de cooperación y amistad entre su país y México.

"Hace dos años, gracias a la instrucción de la entrenadora china [Ma Jin], la princesa de los clavados mexicanos Paola Espinosa y sus compañeros ganaron sin excepción todas las ocho medallas de oro de este deporte en los Juegos Panamericanos 2011", dijo Xi en una visita al Senado de México.

Ma Jin recibe la condecoración del Águila Azteca de la canciller Patricia Espionosa
SRE
Ma Jin fue la primera mujer en obtener la condecoración del Águila Azteca del gobierno de México.

Ma Jin también llevó a clavadistas mexicanos a los Juegos Olímpicos de Río 2016 y Tokio 2020, competencias en las cuales los mexicanos se quedaron fuera del podio.

Otro de sus pupilos más destacados fue Rommel Pacheco, quien estuvo desde sus 16 años y durante casi dos décadas dirigido por Ma. El clavadista logró el oro en la Copa del Mundo de Río de Janeiro 2016.

Tanto él como Espinosa han reconocido que sus logros han sido producto de la disciplina y perfección que busca Ma en la preparación para la alta competencia.

"En cada entrenamiento es muy exigente, en cada clavado hay veces que nosotros en las repeticiones vemos que hicimos un buen clavado. Pero para ella no es suficiente, siempre existe algo qué mejorar", dice Espinosa sobre su exentrenadora.

"Es una entrenadora con muchísima experiencia. Sabe manejar. A veces es más dura, a veces es más suave, dependiendo la situación", destaca Pacheco.

Ma Jin con alumnos de clavados en México
Cortesía Ma Jin
Ma se vuelve muy querida para sus alumnos luego de un poco tiempo de conocerla.

Otros clavadistas que han seguido el entrenamiento de Ma son Jahir Ocampo, Diego Balleza, María José Sánchez, Carolina Mendoza y Osmar Olvera.

"El mexicano tiene mucho talento, es muy bueno para los clavados, con muchos grados. De 3 metros o 10 metros, México llega al máximo grado. Y también cuida la calidad de los clavados", asegura la entrenadora.

Pero también señala que hace falta que tengan más escuelas, que les brinden las bases de la disciplina de los clavados y que les permita tener un plan de desarrollo de 10 años o más.

El reto de París 2024

Osmar Olvera, de 20 años, es con quien Ma Jin asiste a los Juegos Olímpicos de París 2024.

Había grande esperanzas con él, pues el joven llegaba a esta competencia precedido de una medalla de oro en el Campeonato Mundial de Natación de este año en Qatar.

Y tenía experiencia olímpica, pues participó en Tokio 2020 y con solo 17 años alcanzó la semifinal en los saltos desde el trampolín de tres metros

Habían trabajado desde hace tres años en perfeccionar la técnica de Olvera, a pesar de que no siempre han podido entrenar juntos debido a conflictos administrativos entre la Federación Mexicana de Natación y Clavados y la Comisión Nacional del Deporte (Conade).

Osmar Olvera abraza a Ma Jin luego de ganar la medalla.
Reuters
El trabajo de años tuvo frutos en París 2024.

El clavadista y Ma tuvieron incluso que prepararse a través de videollamadas. Pero finalmente la Conade dio las garantías para el acompañamiento de Ma en París 2024 con Olvera, quien dijo estar feliz por tener a su entrenadora a su lado en "la competencia más importante de mi vida".

"Osmar me quiere mucho y quiere que lo acompañe hasta más grande. Otra vez por el sentimiento por el alumno quiero sacar la experiencia última de la vida. Queremos medalla. Depende mucho del momento", le explicó a BBC Mundo antes de la competencia.

"Hay mucho trabajo, pero depende de cómo esté de técnica, de ánimo y del momento del viento o de la alberca. Y de su ánimo, de la presión, de su psicología", advirtió.

Luego de 21 años, Ma Jin todavía no piensa todavía en volver a China o retirarse de las piscinas. Pero dice que este tiempo le ha hecho ver en perspectiva que la alta exigencia con la que ella se formó en China no está peleada con la formación integral, que considera el aspecto mental de los deportistas.

"Siento que ha valido la pena haber estado ya por 21 años en México. Me gusta que los niños se sientan agradecidos y que me quieran. Eso se siente mejor que si ganan medalla, que es un momento de 10 minutos. Eso me hace sentir orgullosa. Pero pasa. Y otro día empieza de cero", reflexiona.

"Ya no soy joven, ya estoy grande, y quiero disfrutar los momentos con los muchachos. No igual que antes, con tanta presión de que necesito ganar medallas. Trabajamos para eso, pero no quiero tanta presión ni para mí ni para los muchachos".

"Cada día, contentos, a tirar clavados. Eso es como lo siento ahora".

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