Analistas coinciden en que el Gobierno no dio solución a un problema que comenzó hace varios años y que un mejor rendimiento de los ahorros de los trabajadores requiere de acciones técnicas y legales.

13 de enero de 2023, 7:13 AM
13 de enero de 2023, 7:13 AM


La baja rentabilidad de los fondos del Sistema Integral de Pensiones (SIP), que define también una menor renta para los actuales y futuros jubilados, se mantendrá cuando la administración de esos recursos pase a manos de la Gestora Pública, si es que el Gobierno no realiza ajustes a la normativa vigente, según analistas.

“Este problema es muy grave y el Gobierno se ha olvidado de resolverlo”, subrayó Gustavo Rodríguez, director de Flora Tristán.
Datos de esa organización para la seguridad social muestran que el rendimiento real (que incluye la inflación) de los fondos a cargo de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) Futuro y Previsión se mantuvo por debajo del 4% desde 2004 hasta 2022, con excepción de 2009 y 2010.

“Podemos echarle a las AFP la culpa de una rentabilidad mala por no haber hecho buenas inversiones en uno, dos o tres años. Pero cuando esa tan baja rentabilidad se arrastra desde hace 18 años, la responsabilidad total es del Viceministerio y de la Autoridad de Pensiones, que no han tomado una sola medida” para revertir esta situación, sostuvo.

“Hoy día, mejorar la rentabilidad no depende ni de las AFP ni de la Gestora (...), sino de la política y de quiénes la manejan”, dijo.
El ex director del Senasir, Alberto Bonadona, coincidió en que el Gobierno no ha impulsado iniciativas para aumentar el rendimiento de los fondos. “No ha permitido que se hagan inversiones en el extranjero (...), pero las AFP tampoco han generado o promovido nuevas formas de invertir al interior de la economía boliviana”, aseveró.

Para Rodríguez, la mejora en los rendimientos pasa por una reforma completa del sistema de pensiones, con medidas como la inversión en el exterior, la diversificación de inversiones en el mercado interno y la ampliación del universo de aportantes.

Armando Álvarez, ex gerente de la Bolsa Boliviana de Valores, afirmó que el rendimiento de la cartera de las AFP refleja las tasas de interés o rendimientos que han sido y son ofrecidos en el sistema financiero nacional.

Entre 2014 y 2019, por ejemplo, los bonos del Tesoro General de la Nación en los que invierten las AFP se ofrecieron con un interés de entre un 3,5 y 4,5% a plazos de entre 20 y 100 años, y desde 2020 en adelante a tasas que apenas superan el 5%. “Ni entonces ni hoy mismo esas tasas reflejan el riesgo país”, remarcó Álvarez, quien recordó que los bonos soberanos que recambió el Estado en febrero de 2022 tenían un interés del 7,5% y un plazo de ocho años, bonos que actualmente se negocian en el exterior a tasas del 10%.

Esta información se conoce a pocos meses de que la Gestora Pública asuma el control pleno de los ahorros de los trabajadores y luego de que en octubre de 2022 el gerente general de la estatal, Jaime Durán, anticipará a Radio Panamericana que se logrará una rentabilidad de “más del 4%”.

Esas “solo son buenas intenciones, la realidad es que no va a poder cambiar nada”, dijo al respecto Rodríguez, quien considera que el menor interés que cobran los fondos de pensiones tiene dos efectos en los aportantes.

Primero, que el trabajador activo no va a acumular el capital suficiente para tener una “pensión óptima”, equivalente al 60 o 70% de su promedio salarial después de 30 o 35 años de trabajo. Segundo, que las pensiones de los jubilados se reducen todos los años.

Es por esta segunda causa, que en 2010 el Gobierno creó a través de la Ley de Pensiones el Fondo Solidario, un sistema “de buenas intenciones”, que es parcial, porque “no es para todos”, y que es limitado y “muy inequitativo”, indicó Rodríguez. “Es para personas que tienen ingresos bajos. Los que tienen ingresos medios y altos no reciben pensión solidaria, aunque últimamente debido a la rentabilidad incluso personas con sueldos medios están ingresando al solidario”, aseveró.

Por estas razones, concluyó, el sistema de pensiones en Bolivia es “un sistema socialmente quebrado”, porque “es incapaz de mejorar las pensiones (...). Si hoy día mejoramos la rentabilidad, no habrá buenas pensiones mañana o al año. Se necesita un tiempo de acumulación de por lo menos 15 años”, calculó el experto.