Un economista advierte que la inflación acumulada de enero a septiembre aumentó 70 veces respecto a enero, con un incremento del 6.917%, lo que refleja el severo deterioro en el poder adquisitivo

5 de octubre de 2024, 15:30 PM
5 de octubre de 2024, 15:30 PM

Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente al mes de septiembre de 2024 ha registrado un incremento del 0,88%.

Este valor se convierte en el segundo más alto del año, solo superado por el de agosto (1,58%), y sitúa a la inflación de septiembre como la más elevada desde el mismo mes en 2018. La inflación acumulada hasta la fecha alcanza un 5,53%, reflejando el aumento de precios más elevado del año.

Según el INE, los productos con mayor incidencia positiva fueron el arroz, la carne de res sin hueso, los pañales desechables para bebé, el almuerzo, las bebidas gaseosas y el tomate. 

Por el contrario, los bienes y servicios con mayor incidencia negativa fueron la carne de pollo, el haba verde, la cebolla, la arveja verde, el transporte interdepartamental en ómnibus/flota y los quesos.

Análisis 

Luis Fernando Romero Torrejón, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, dijo que la inflación acumulada de enero a septiembre ha aumentado 70 veces respecto a enero, con un incremento del 6.917%, lo que refleja el severo deterioro en el poder adquisitivo.

La inflación interanual en septiembre alcanzó el 6,18%, siendo también la más alta registrada en los últimos años”, señaló Romero.

La variación de precios, según el INE, no refleja completamente lo que se observa en los mercados y ferias del país, donde la tendencia alcista es aún más pronunciada, incluso en productos de contrabando.

A esto se suma el impacto del deterioro del comercio exterior boliviano, marcado por la escasez de dólares y el encarecimiento de productos esenciales como los carburantes, lo cual afecta directamente al poder adquisitivo del peso boliviano.

Romero también alertó sobre los efectos de la caída en la producción y exportación primaria del país, advirtiendo que esto podría desencadenar una crisis alimentaria. La escasez de productos podría traducirse en una mayor presión inflacionaria, en un contexto donde Bolivia ya enfrenta una crisis fiscal, comercial y monetaria que ha elevado considerablemente el costo de vida.

Por otro lado, la situación internacional agrava el panorama, con la posible escalada del conflicto en Oriente Medio y el consecuente aumento del precio del petróleo. Este factor podría encarecer las importaciones de carburantes, elevando los subsidios estatales y el déficit fiscal, lo que, en conjunto, podría impulsar aún más la inflación hasta el final del año.

De mantenerse esta tendencia inflacionaria, los economistas estiman que la inflación acumulada en Bolivia para 2024 podría cerrar entre un 7% y 9%, significativamente superior al 2,12% registrado en 2023, alertó el especialista.