Bolivia proyecta cerrar el año con una producción "récord" de 530.000 toneladas de urea
La urea es un fertilizante elaborado a partir del gas natural que permite el crecimiento de cultivos agrícolas como el arroz, maíz, trigo, caña de azúcar, patata, además de frutas y hortalizas.
La estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) prevé cerrar este año con una producción de 530.000 toneladas de urea, un volumen "récord" para la planta petroquímica que opera en el centro del país, informó este jueves el presidente de esa firma, Armin Dorgathen.
La planta de amoniaco y urea 'Marcelo Quiroga Santa Cruz' produjo entre enero y noviembre 472.602 toneladas métricas de urea granulada, superiores en 59,4 % a las 296.402 toneladas reportadas en el mismo periodo de 2023, señaló Dorgathen, según un comunicado de prensa de YPFB.
"El nuevo histórico de producción anual registrado desde el inicio de operaciones del complejo petroquímico representa un notable logro en esta gestión. Proyectamos cerrar el año con una producción acumulada récord de 530.000 toneladas métricas de urea", resaltó.
También destacó que la producción del fertilizante contribuye a la seguridad alimentaria del país y genera ingresos económicos por su venta en los mercados interno y externo.
La petrolera boliviana indicó en su comunicado que con el objetivo de optimizar las condiciones operativas alcanzadas en la planta se planificó una "estrategia de operación y mantenimiento" con actividades que se pondrán en marcha entre 2025 y 2026.
La urea es un fertilizante elaborado a partir del gas natural que permite el crecimiento de cultivos agrícolas como el arroz, maíz, trigo, caña de azúcar, patata, además de frutas y hortalizas.
Bolivia puso en marcha en 2017 esta planta petroquímica en la localidad de Bulo Bulo, en la zona central del Trópico de Cochabamba con una capacidad diaria de producción de 2.100 toneladas de urea y 1.200 de amoniaco.
La industria estuvo parada durante 22 meses por la crisis social y política de 2019 y la pandemia en 2020, lo que generó un daño económico de 450 millones de dólares, según el Gobierno boliviano.
YPFB mencionó que tras su paralización, el complejo petroquímico entró en un proceso de "inspección, evaluación y puesta en marcha" que le permitió reiniciar sus actividades en septiembre de 2021.
La firma aseguró que desde su reactivación se ha mantenido una producción "estable" que permite cubrir "el 99,99 %" de la demanda interna, por lo que "casi" se ha eliminado la necesidad de importar el insumo.
La región oriental de Santa Cruz, la más poblada y el motor económico del país, concentra la mayor demanda del fertilizante, seguida por Cochabamba, La Paz y Tarija, según datos de la petrolera boliviana.