Industriales deducen que la depreciación del peso argentino promoverá mayor contrabando hacia Bolivia. Gobierno cree que el impacto será moderado y activarán medidas para evitar ingreso de mercadería ilegal

7 de julio de 2022, 7:18 AM
7 de julio de 2022, 7:18 AM


La ‘tormenta perfecta’ puede ser el título del panorama que se avecina. Bolivia deberá enfrentar una caída del peso argentino, del euro, del oro y del petróleo. Además, de los efectos de la inflación global y la crisis logística.

El precio del barril de petróleo Brent cayó el miércoles por debajo de los $us 100 por primera vez desde abril, al igual que el de WTI el martes, afectados por el temor a una posible recesión económica mundial. El euro también sigue desplomándose frente al dólar y llegó a un nuevo mínimo en 20 años. El precio del oro sigue perdiendo terreno por segundo día consecutivo y cae por debajo del nivel de los $us 1.800/onza troy.

El descenso del peso argentino -advierten los economistas- aumentará el contrabando y reducirá el envío de remesas desde ese país, que en 2021 sumó $us 69 millones. Asimismo, incidirá en los envíos de dinero desde España, donde el euro ha descendido a los niveles de diciembre de 2002.

Para el economista Mauricio Ríos García, la caída del peso argentino se traduce en mayores problemas para el conjunto de la región, y para Bolivia, porque a Argentina se le va a dificultar el pago por importar gas, y habrá que revisar contratos nuevamente. Al mismo tiempo, cree que seguirá generando caos en las ciudades fronterizas de Bolivia y Argentina.

Hace notar que la caída del euro no tiene un impacto directo sobre la economía de Bolivia, porque la gente no suele ganar su sueldo ni ahorrar en euros, y el comercio del país con la Eurozona tampoco es importante. Sin embargo, reparó en los temores de una nueva recesión económica global por exceso de estímulos para encarar la pandemia. “Una nueva recesión económica global no es una buena noticia para nadie, y para Bolivia, en particular, significa que le será más difícil conseguir financiamiento, porque tiene cada vez menos capacidad de exportar gas, y encima los precios podrían dejar de favorecernos, o porque los posibles créditos serían todavía más caros”, puntualizó Ríos García. 

Referente a la caída del oro, dijo que significa pérdida de reservas del Banco Central, y por tanto, mayores dificultades para seguir conservando el nivel actual del tipo de cambio. “La caída del petróleo provocará menores ingresos por exportación de hidrocarburos, aunque también menor gasto relativo para los subsidios”, anotó. 

Efectos moderados

Respecto a la caída del euro, desde el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas aluden que ésta se asocia con las expectativas de una posible recesión en la zona euro. “De concretarse dicha recesión se reflejaría en una desaceleración de la economía global. En el caso de Bolivia, los efectos serían relativamente moderados, dado que los países de la eurozona no están entre nuestros principales socios comerciales”, exponen.

Con relación a la devaluación sostenida del peso argentino, hacen notar que el principal riesgo se encontraría en los incentivos que surgen para aumentar el contrabando. Al respecto, expresan que el Gobierno Nacional ha implementado distintas medidas, no solo contrarrestar los efectos de la devaluación del peso argentino sobre el contrabando, sino también para luchar contra esta mala práctica que afecta a la economía nacional.

Con relación a la caída en el precio del oro, señala que podría afectar el valor de las exportaciones auríferas; no obstante, a pesar de la reducción experimentada en las últimas semanas, el precio del oro se encuentra en niveles históricos elevados y se prevé que su cotización se mantenga alta considerando el escenario de incertidumbre global.

El Ministerio de Economía anota que, si bien se observa una tendencia creciente de los precios al consumidor en el mundo, en Bolivia el componente importado representa una pequeña proporción de la inflación nacional. Esto se debe a que Bolivia prioriza la importación de bienes de capital e intermedios por encima de los bienes de consumo, siendo estos últimos los que están experimentando las mayores alzas de precios en la coyuntura actual.

Aumento del contrabando

En el tema de la devaluación del peso argentino, a juzgar por el analista financiero, Jaime Dunn, la situación es que si Argentina empieza a tener el nivel de altas devaluaciones que impacten en el tipo de cambio real hacen más atractivo comprar sus productos. “Al tener un tipo de cambio fijo en Bolivia nos van a inundar aún más los productos argentinos, por el lado del contrabando”, manifestó. 

Otro efecto negativo de la crisis en Argentina llega por el lado de la balanza comercial. “Sus industrias por la crisis bajarán sus niveles de producción o cerrarán y el vecino país va demandar menos gas. “Bajarán los volúmenes de exportación que tenemos con ellos, refirió Dunn, al inferir que la devaluación del peso argentino hace que el dólar se vuelve más caro, lo que incidirá en la baja del envío de remesas de compatriotas que trabajan en ese país. 

En el tema del precio del petróleo, Dunn mencionó que para Bolivia tiene un sabor mixto. “Bolivia ahora importa más hidrocarburos de lo que exporta, por lo tanto, una caída del precio podría tener en el corto plazo un beneficio en el sentido de ahorro de divisas”. 

Para el economista Róger Banegas, en el tema del euro y del peso argentino, si bien podría existir un estímulo para realizar las transacciones en estos países, hay que considerar de forma real; es decir, no sólo el tipo de cambio nominal sino también los precios o inflación en estos países, por lo cual, el resultado final se neutralizaría. 

Con relación a la caída en el precio del oro y del petróleo, insinuó que es una normalización a la incertidumbre inicial con el conflicto Rusia y Ucrania; “usualmente el oro funciona como activo de refugio y su demanda se incrementa en situaciones de estrés de los mercados financieros y frente a la aversión al riesgo por parte de los inversores”, expresó Banegas. 

En el caso del precio del petróleo, el economista refirió que la afectación para Bolivia tiene dos componentes: vía exportaciones e ingresos fiscales... si bajan los precios del petróleo se afecta después de un trimestre y vía gasto público en la subvención de combustibles (disminuye el gasto). “La disminución del precio del oro repercute en la valoración de las Reservas Internacionales Netas (RIN) administradas por el BCB”, expresó.

Industria ve desplazo a la producción nacional

En cuanto al peso argentino, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Mario Paredes, considera que la economía, al tener un tipo de cambio fijo, una devaluación hace que los productos del país que devaluó su moneda frente al dólar, sean mucho más asequibles y más demandados por la población, desplazando al producto nacional y generando una dinámica de contrabando mucho más intensa.

“Un descenso de precios de los productos que el país exporta desestabilizaría el tipo de cambio fijo, que afectaría las RIN haciendo que decrezcan”, hace notar Paredes.

El presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Pablo Camacho, afirma que la devaluación del peso argentino promoverá mayor contrabando hacia Bolivia y que la caída del oro y el petróleo afectarán a la balanza comercial de Bolivia, con menores ingresos fiscales. “Este comportamiento económico incidirá en el proceso de reactivación económica en el país”, indicó Camacho.