El último informe de las RIN era de febrero de 2023. Al 1 de diciembre, el riesgo país subió al segundo lugar en el podio latinoamericano, después de Venezuela. Los tenedores de los bonos ven problemas en los pagos debido al elevado déficit fiscal

6 de diciembre de 2023, 6:08 AM
6 de diciembre de 2023, 6:08 AM

Finalmente, el Banco Central de Bolivia (BCB), informó en su página web que las Reservas Internacionales Netas (RIN) suman $us 2.147 millones hasta agosto de 2023, un monto menor en $us 1.391 millones en comparación con febrero cuando las reservas era $us 3.538 millones.

A esa merma de recursos se debe agregar  la última medición del Índice de bonos de mercados emergentes (EMBI, por sus siglas en inglés), realizada el 1 de diciembre, en la que ubica a Bolivia en el segundo lugar con el riesgo país más alto de Latinoamérica, y el máximo histórico desde 2012, con 2.092 puntos, superado solamente por Venezuela, que ostenta un récord en el índice, con 17.500 puntos.

En 2022, el país cerró la calificación de riesgo país con 563 puntos, pero según la especialista financiera Bloomberg, los inversionistas empezaron a sentir preocupación por la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN) del Banco Central de Bolivia, que hasta febrero eran de $us 3.158 millones.

El economista Darío Monasterio explicó que la caída de las RIN genera incertidumbre porque no se sabe cómo el Estado boliviano pagará los próximos vencimientos de la deuda externa, sobre todo lo referente a los bonos privados o soberanos que se emitieron en el mercado internacional. 

“Tenemos deterioro de nuestras exportaciones, no tenemos reservas de gas, ahuyentamos las inversiones, crece el subsidio de los combustibles, es el décimo año consecutivo de déficit fiscal y no existe información (del Banco Central). Todo eso genera mayor incertidumbre en los mercados y ahora los inversionistas ya no quieren prestar y, si prestan, cobran mayores intereses”, indicó.

El Gobierno boliviano realizó la primera emisión de bonos soberanos bolivianos en octubre de 2012, por un monto de $us 500 millones; la segunda emisión, por el mismo monto, se realizó en agosto de 2013 y la tercera, por $us 1.000 millones fue en marzo de 2017.

En ese periodo, Bolivia gozaba con una calificación de riesgo país baja (284 puntos en 2012), dados los altos ingresos por venta de gas y minerales, apalancado por las cotizaciones internacionales.

  Sin embargo, la histórica calificación de riesgo, de 2.092 puntos, refleja que los inversionistas ven riesgos para invertir en los bonos bolivianos. Según Monasterio, en diciembre de 2021 el Gobierno fue a Nueva York con la intención de renovar bonos soberanos por $us 2.000 millones y solo volvió con $us 150 millones, a pesar que siempre cumplió con los pagos por vencimiento.

Los principales clientes de los bonos soberanos bolivianos son fondos de inversión, bancos centrales y otras instituciones financieras nacionales e internacionales. Las fechas de pago de estos bonos se extenderán hasta 2028. En agosto, el Tesoro General de la Nación (TGN) terminó el pago de $us 189 millones por el crédito contraído en 2013.

Los riesgos

En analista económico Alberto Bonadona, subrayó que la última calificación de riesgo afectará profundamente a Bolivia cuando busque acceder a un crédito en los mercados internacionales, ya que incrementarían los intereses. 

“Las exportaciones no son suficientes para pagar o será con la otra parte que queda de oro de las reservas (del Banco Central), pero después no hay muchas esperanzas que se disponen. Bolivia se muestra con una situación de altísimo riesgo para pagar, particularmente la de la emisión de los bonos soberanos”, aseveró.

Por su parte, el economista Jaime Dunn, observó que la “dramática” acentuación del riesgo país boliviano se debe a la falta de dólares y de reservas, algo que sucedió en las economías de Venezuela y Argentina, aunque este último, gracias al “efecto Milei”, salió de los primeros lugares.

“Vimos que hace poco se pagó el servicio de la deuda, aparentemente con oro, es difícil saberlo, pero  no era una cosa muy grande. Los bonos y siempre se ha pagado, pero hay que entender que estos perfiles de riesgo no ven lo que has pagado, ellos (los tenedores de bonos o inversionistas) ven lo que vas a poder pagar”, resaltó.

En tal sentido, Dunn subrayó que cuando el riesgo sube y el precio cae, la tasa de interés sube. Es decir, que el tenedor de bonos ve incrementado su rendimiento. “El hecho de que el presupuesto (PGN 2024) lo hayan realizado con más gasto, ha asustado a los inversionistas en el extranjero. El mercado de valores es un mercado altamente profesional, inteligente, y está buscando oportunidades en todo el mundo; a ellos no se les cuenta historias y si ven difícil la situación, están dispuestos a quitar el dinero de la mesa y a retirarse del mercado”, señaló.

El efecto Milei

A pocos días de asumir como presidente de Argentina, los anuncios que realizó Javier Milei sobre los ajustes en la economía de su país, han ocasionado un efecto positivo, a tal punto que de ocupar el segundo lugar del ranking de riesgo país en Latinoamérica, bajó al cuarto.

Ese lugar lo ocupa Bolivia, con sus 2.092 puntos, según el EMBI de JP Morgan y le sigue Ecuador, con 2.059 puntos. El EMBI refleja la diferencia entre los rendimientos de los bonos de un país en desarrollo y los rendimientos de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, que se consideran libres de riesgo. Cuanto mayor sea la diferencia, mayor será el riesgo percibido del país en desarrollo en comparación con el riesgo soberano de Estados Unidos.

Los bonos soberanos bolivianos son emitidos por el TGN y están respaldados por la capacidad crediticia del Estado boliviano. Los rendimientos de estos bonos deben ser atractivos para los inversores internacionales, con una tasa de interés superior a la de otros bonos soberanos de la región.

Según el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, las emisiones de bonos soberanos han permitido al país financiar proyectos de infraestructura, como la construcción de carreteras, puentes y aeropuertos. También se han utilizado para financiar programas de inversión social, como la educación y la salud.

Las RIN

La composición (hasta agosto) es de $us 1.629 millones en oro, $us 437,9 millones en divisas y $us 45 millones en Derechos Especiales de Giro (DEG) y $us 34,7 en tramo de reservas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Así, se evidencia que el 76% de las reservas internacionales estaría en oro a la fecha indicada, mientras las divisas (entre ellas dólares) sería el 20%.