El Gobierno proyectaba una inflación de 3,7% para este año, la realidad muestra una tasa acumulada del 5,5% hasta septiembre; productos esenciales como el arroz y la carne sufren alzas considerables en los mercados

16 de octubre de 2024, 7:01 AM
16 de octubre de 2024, 7:01 AM

Hasta el primer semestre de este año el Gobierno mantenía clara su postura con relación a la economía: hay estabilidad de precios. Pero la realidad es otra con una inflación acumulada de 5,5% hasta septiembre, el discurso oficialista pierde peso ante los datos y los precios que se disparan.

Solo basta con salir a las calles para escudriñar esta realidad, los precios de productos básicos como el arroz se dispararon hasta un 100% en su valor, por ejemplo, el kilo pasó de costar de entre Bs 5 y Bs 6 a 10 y 12. 

Lo mismo ocurre con el costo de la carne — otro alimento esencial en las mesas de los bolivianos — que subió de 38 bolivianos el kilo del corte de primera hasta 45 bolivianos. El pollo sigue esta tendencia escalando de los 14 bolivianos hasta 16 bolivianos. 

Para este año el Gobierno proyectó una inflación de 3,7%, no obstante, el último reporte del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) derrumba la previsión. Hasta el mes de septiembre, según la entidad estatal, la inflación acumulada llegó a una tasa de 5,5%.

Esta tasa es la más alta desde la crisis global de 2008, que también afectó al país e hizo que la inflación supere un 11,85%.

Causas

El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero destacó que la inflación experimentó un aumento significativo este año, superando el doble de la cifra del año pasado, que se situaba en un 2,2%. A la fecha, el índice inflacionario alcanza el 5,53%, sobrepasando tanto la meta gubernamental del 3,6% como la previsión del Fondo Monetario Internacional (FMI) del 4,8%.

Pese a que el Gobierno ajustó su meta a un 6%, el economista considera improbable que se logre este objetivo, y proyecta que la inflación final del año podría situarse entre el 7% y el 9%, sin descartar la posibilidad de alcanzar el 10%.


Uno de los factores determinantes, según Romero, es la escasez de dólares en el país, lo que ha disparado el precio del dólar en el mercado paralelo, incrementando los costos de los productos importados y afectando directamente los precios al consumidor.

 Además, señaló que la época festiva de fin de año, tradicionalmente inflacionaria, agudiza el problema debido al aumento en la demanda de bienes de consumo.

Si bien el Gobierno atribuye la inflación a factores externos como el contrabando y la llamada “inflación importada”, para Romero la situación local tiene un peso considerable. Explicó que la combinación de una alta demanda interna con la falta de estabilidad política y los bloqueos en diversas regiones generan incertidumbre.

Proyección demasiado optimista


Jorge Akamine, presidente del Colegio de Economistas de Bolivia, explicó que la inflación estaba anclada por el tipo de cambio fijo y el subsidio a los combustibles, pero se comenzó a desbordar debido a la presión del mercado paralelo del dólar y la escasez de combustibles esenciales como el diésel.

Akamine dijo que el ajuste de las proyecciones es demasiado optimista. “Tranquilamente podríamos llegar a un 9%, incluso rozar los dos dígitos”, afirmó, basándose en la tendencia observada en los últimos meses.

Lo que más preocupa, según el economista, es la rapidez con la que se ha disparado la inflación en los últimos meses, lo cual, según él, es un síntoma claro de una posible crisis económica.

El economista Germán Molina aseguró que la inflación seguirá una tendencia al alza durante los próximos meses. Aunque evitó dar una cifra exacta, señaló que la presión sobre los precios de alimentos, vestimenta y electrodomésticos será más evidente, lo que agravará el aumento de la inflación en el país.

Medidas gubernamentales

Desde el Ministerio de Planificación indicaron que, para hacer frente a estas presiones inflacionarias, el Gobierno implementó seis importantes medidas: la reducción del gravamen arancelario para productos esenciales y maquinaria agrícola; la implementación de controles en los mercados de abasto, a través del Viceministerio de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor, en coordinación con las alcaldías a nivel nacional, para prevenir la especulación y el aumento injustificado de precios; y el incremento de los controles en las fronteras para evitar la salida de productos subvencionados.

“Con el propósito de cuidar el bolsillo de las familias bolivianas, se han organizado las ferias 'del campo a la olla'. Además, el Centro de Monitoreo de Seguridad Alimentaria realiza un seguimiento a las variaciones del índice de precios al consumidor, garantizando el abastecimiento de productos de primera necesidad a precios justos”, indicaron desde la dependencia gubernamental.

Se reiteró la afirmación de que el encarecimiento de los productos en Bolivia se deben principalmente a tres factores: la crisis climática, la inflación importada y el contrabando a la inversa.