Cara a cara
La desactivación del aviso rojo por precipitaciones en Valencia (España) es un alivio momentáneo en medio de la devastación que han dejado las fuertes lluvias en la región. Aunque el nivel de alerta ha sido reducido, la Agencia Estatal de Meteorología mantiene activadas otras advertencias, conscientes del impacto que las precipitaciones intensas pueden seguir teniendo en la Comunidad Valenciana y el sur de Cataluña. Las calles anegadas reflejan la fuerza del temporal, que ha obligado a desalojos y ha puesto en riesgo a muchas personas.
La cifra provisional de 210 fallecidos en Valencia es un recordatorio de la magnitud de este desastre. La Generalitat y la Unidad Militar de Emergencias trabajan sin descanso en las labores de rescate y recuperación de cuerpos. Los esfuerzos se ven impulsados por el apoyo del Papa Francisco, quien pidió ayuda internacional para los afectados en su mensaje dominical, y por el compromiso de las autoridades españolas.
Sin embargo, la respuesta ante el desastre ha sido criticada con protestas en Paiporta que reflejan el descontento de los habitantes. “Hay que entender el enfado y la frustración de muchas personas”, dijo ayer el rey de España después de que él, la reina, y los políticos que les acompañaban fueran blanco de insultos en su visita a las zonas del este del país golpeadas por las inundaciones. El paso de la DANA ha dejado claro que la prevención y la comunicación efectiva son clave para mitigar el sufrimiento y evitar que la tragedia se repita en futuras tormentas.