Cara a cara
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Al finalizar 2024, el mundo empresarial boliviano se enfrenta a un momento crucial de reflexión y planificación, según el reportaje publicado ayer en el Económico. La economía nacional ha estado marcada por un crecimiento del PIB menor al esperado, dificultades en el acceso a dólares y una inflación que ha afectado los procesos de fijación de precios. En este contexto, la planificación es una herramienta esencial para que las empresas naveguen por un entorno incierto.
Los expertos dicen que el contexto actual exige a las empresas manejar múltiples variables al mismo tiempo, lo que representa un reto. Algunos añaden que la falta de seguridad jurídica y la inestabilidad económica complican aún más la situación.
Sin embargo, esta adversidad ha llevado a un cambio positivo: los empresarios bolivianos han comenzado a adoptar prácticas de planificación más rigurosas. Los expertos identifican la adaptabilidad, la resiliencia y la colaboración como elementos clave para superar las crisis. Dicen que la planificación debe ser dinámica, alineando recursos y prioridades estratégicas, y fomentando la coordinación entre áreas.
Los empresarios indican que la digitalización, la gestión eficiente de inventarios y la innovación son esenciales para enfrentar la volatilidad del mercado. La planificación anticipada, junto con una capacidad de respuesta ágil, será fundamental para que el empresariado boliviano no solo sobreviva, sino que también prospere en 2025. En este camino, la flexibilidad será la clave.