Cara a cara
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El reciente conflicto entre la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) pone de manifiesto una preocupante tendencia en Bolivia: la incertidumbre económica y los sobresaltos regulatorios. La exigencia de YPFB de que el pago por combustible de aviación se realice parcialmente en dólares, a pesar de las disposiciones previas de cobrar en bolivianos, ha provocado una ola de inquietud entre las aerolíneas y organismos internacionales como ALTA y ALA Bolivia.
Este tipo de situaciones no solo socavan la confianza en el mercado boliviano, sino que también ponen en riesgo la conectividad aérea del país. La dualidad en los pagos, exigida por YPFB, representa un desafío directo a la sostenibilidad de las operaciones aéreas. Esto no solo afecta a las aerolíneas, sino que también podría repercutir en los consumidores, quienes podrían enfrentar tarifas más altas y una menor oferta de vuelos.
Es esencial que el Gobierno boliviano y las instituciones responsables trabajen de manera conjunta para resolver estas discrepancias. Asegurar un entorno regulatorio estable y predecible es crucial para fomentar la inversión y el crecimiento económico. En un mundo cada vez más interconectado, Bolivia no puede permitirse el lujo de aislarse ni de generar desconfianza entre sus socios comerciales y operadores internacionales. La estabilidad económica y la claridad normativa deben ser prioridades ineludibles para garantizar un futuro próspero.