Los analistas prevén que el proveedor sería Argentina, pero lo vendería a los precios que rigen el mercado del GNL. El Estado tendría serias dificultades para subsidiar la diferencia

5 de mayo de 2024, 9:00 AM
5 de mayo de 2024, 9:00 AM

La gasificación de la economía boliviana fue el trabajo más efectivo que realizó el hasta ahora gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), en 18 años de administración, coincidieron analistas y economistas consultados por EL DEBER.

Con más de 5,4 millones de beneficiarios con redes de gas en los nueve departamentos del país; cerca de 250 mil vehículos convertidos a gas natural vehicular (GNV) y más del 90% de la industria nacional que tiene al gas natural como principal matriz energética, el consumo del energético en Bolivia pasó de 4 millones de metros cúbicos diarios (MMm3d) en 2006 a 13 en 2023.

De hecho, a pesar de la declinación de la producción, de 60 MMm3d en 2014, a la mitad en 2024, el consumo del mercado interno superó ampliamente al de exportación hacia la Argentina (ver gráfico) y, cuando se concluyan las entregas pendientes al mercado brasileño -previsto para 2025-, el mercado nacional será el principal comprador, pero a precio subsidiado.  

Sin embargo, si la producción declina más rápido de lo esperado, la demanda interna podría superar la producción en 2030, según las proyecciones de la consultora internacional Wood Mackenzie.

“La producción en Bolivia ha estado en declive constante desde 2015, con un ligero aumento en 2021. Sin embargo, con pocos descubrimientos nuevos y poca oferta restante en campos maduros, la producción comenzará a declinar a un ritmo mucho más rápido (...). Para 2030, es probable que la demanda interna supere esta oferta y veamos a Bolivia convertirse en importador”, dijo Amanda Bandeira, analista de Upstream para América Latina de Wood Mackenzie, a un medio chileno.

Gas más caro

En caso de que Bolivia se convierta en un importador de gas natural, la economía boliviana puede experimentar un duro golpe, ya que tendría que comprar a precios internacionales y no estaría en condiciones de subsidiar para el mercado interno.

El analista en materia hidrocarburífera de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, advirtió se deben tomar en cuenta los riesgos que ello implica, por ejemplo, en el caso de las generadoras termoeléctricas, que son el principal consumidor de gas natural en el mercado interno. 

“En promedio, el 68 por ciento de la generación eléctrica proviene de termoeléctricas que funcionan con gas natural. Entonces, cualquier modificación que pueda haber en el precio del gas, tiene también un efecto en la cadena de precios del sector eléctrico”, subrayó, a tiempo de insistir en la diversificación de la matriz eléctrica.

Velásquez explicó que la subvención del gas para el mercado interno en Bolivia se da gracias a través del costo de oportunidad. “Es decir que ese gas que destinamos a la planta de Amoniaco-Urea (Bulo Bulo), por ejemplo, paga regalías de 1,30 dólares el millón de BTU, pero si ese mismo gas lo exportamos a la Argentina, nos pagaría cerca de ocho dólares el millón de BTU”.

El analista apuntó que el proveedor más probable de gas para Bolivia sería Argentina, ya que cuenta con los recursos de los yacimientos de Vaca Muerta y un ducto en operación. “Y el precio habrá que negociarlo, y eso va a implicar un precio de referencia, probablemente del GNL (gas natural licuado, que llega de ultramar), porque el costo de oportunidad para el gas de Vaca Muerta sería exportarlo como GNL”, indicó.

Por su parte, el ex superintendente de Hidrocarburos y analista, Hugo De la Fuente, coincidió con Velásquez al indicar que sería Argentina el proveedor de gas para Bolivia, pero el precio sería establecido mediante la misma fórmula con la que actualmente Bolivia le vende actualmente.

“Para dar una idea, había periodos donde vendíamos a 10 dólares el millón de BTU al Brasil y a la Argentina se vendía a 12 dólares, un 20% más caro que en Brasil. Ellos ya han adelantado que nos van a aplicar la misma fórmula. Entonces, eso significa que no va a haber dinero que nos alcance”, aseveró.

De la Fuente puntualizó que el precio del gas para el sector industrial boliviano ronda los $us 1,70, (MMBTU) mientras que, en Sao Paulo o Buenos Aires, el hidrocarburo se cotiza entre $us 12 y 15.

Nueva Ley de Hidrocarburos 

Para el ex ministro de Hidrocarburos y analista, Álvaro Ríos, el problema actual no es una ecuación solamente del gas, sino es una ecuación de la energía boliviana, que de ser un exportador neto pasará a ser importador, debido a que no se realizaron los ajustes necesarios al marco regulatorio del sector hidrocarburos, para gestionar mayor inversión privada en el sector de exploración.

El país va a seguir importando gasolina, diésel, GLP y gas natural por los próximos 40 años y no podemos darnos el lujo, a partir de 2028 en adelante, importar toda esa cantidad de energía. YPFB no tiene los recursos para hacer la exploración que el país necesita; necesitamos perforar seis, diez, veinte pozos al año y YPFB perfora dos o tres”, lamentó Ríos.

El analista no pierde las esperanzas que “algo maravilloso ocurra”, como una nueva Ley de Hidrocarburos que remunere a las empresas que invierten en Bolivia a $us 80 el barril de crudo, para evitar pagar a los importadores los mismos $us 80. “A los productores nacionales, incluyendo YPFB, Andina, YPFB Chaco, les remuneramos a 27 dólares el barril, me parece el cuento del perejil, importo perejiles a cien y pago al productor nacional a veinte”, agregó.

YPFB es optimista

El presidente de YPFB, Armin Dorgathen, luego que el presidente de Estado, Luis Arce dijera que “el gas se ha agotado”, salió al paso de las críticas y manifestó que en tres años se tendrán resultados de los ciclos exploratorios que comenzaron en 2021.

“Así que nuestro mercado interno y el compromiso de exportación hacia Brasil y hacia Argentina está totalmente garantizado con la producción que tenemos hoy día. Incluso si no haríamos nada, si no haríamos exploración y nos quedamos en inercia, podríamos cumplir nuestros contratos tanto con Petrobras como con Enarsa”, expresó.

Sin dar números, Dorgathen aseguró que “desde los años 70 YPFB no perforaba tantos pozos como está perforando hoy día. El 80% de nuestro presupuesto hoy está enfocado en exploración y explotación”, agregó el ejecutivo.