La Universidad Franz Tamayo (Unifranz) organizó el evento Futures Week en la ciudad de El Alto y la mesa que vio iniciativas para llegar a la moda sostenible trabajó en cinco ejes. La industria textil es la segunda más contaminante

2 de octubre de 2022, 4:00 AM
2 de octubre de 2022, 4:00 AM

El futuro se debatió en la ciudad de El Alto. En el Future’s Week, organizado por la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), uno de los temas más discutidos fue el de la moda sostenible. Una temática casi utópica en Bolivia, tomando en cuenta que la industria textil es la segunda más contaminante después de la del petróleo. Y a esa tarea se incluyó la ciencia y tecnología como una forma de innovación para abrir mercados.

El Futures Week 2022 este año se desarrolló a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. En este evento se debatieron estrategias de co-creación de futuros que concentró a líderes jóvenes alteños como protagonistas de la transformación de su ciudad, pero también a expertos nacionales e internacionales.

Fueron jornadas de innovación y aprendizaje. En una de las mesas de trabajo varias diseñadoras de vestimentas de la chola paceña llegaron a la sede de Unifranz de El Alto para participar del taller “Fabricación Digital en Moda Sostenible”. La charla fue liderada por el equipo Fab Lab Perú, que dejó aprendizajes a las más de 30 participantes del evento.

Delia Barriga es la directora ejecutiva de Fab Lab Perú. La experta llegó a la ciudad de El Alto para brindar una conferencia sobre moda sostenible y la innovación tecnológica, algo que en Bolivia no tiene muchos avances. Esta temática es una materia pendiente en el país y casi utópica para muchas diseñadoras. Pero se inició el debate y existe la intención de dar los primeros pasos.

“Fueron días muy movidos. Los grupos de estudiantes y diseñadoras presentaron cosas increíbles. Estoy emocionada por el trabajo realizado. Hemos trabajado en cinco ejes, pero lo importante es cómo te conviertes tú en un agente de cambio. No simplemente es esperar lo que hace el Estado sino también tú cómo generar cambio. Se plantearon cinco ejes: educación, salud, trabajo, ciencia y tecnología y medio ambiente. Y eso es lo que va a cambiar una ciudad. No tengo duda que El Alto logrará sus objetivos y los jóvenes son el futuro en presente. Llegaron para quedarse, capacítenlos, ayúdenlos y cuídenlos”, afirmó Barriga.

La experta peruana expresó su preocupación por la cantidad de textiles que son desechados a nivel mundial, lo que provoca una gran contaminación al planeta, tomando en cuenta que la mayor parte de la ropa es hecha con poliéster, un tipo de resina plástica que se obtiene del petróleo a través de una sucesión de procesos químicos. Aunque existen muchas variantes posibles del poliéster, la más conocida es la termoplástica llamada PET.

“La moda sostenible es aquella moda que no contamina o que reduce el efecto de contaminación. No olvidemos que la industria textil y de moda es la segunda industria más contaminante del planeta después de la del petróleo. Entonces, lo que se trata es que estos nuevos avances en ciencia y tecnología den como resultado una industria más limpia y menos contaminante”, dijo Barriga.

Contaminación en Chile

Bolivia tiene el vecino que más contamina por los desechos de ropa: es Chile. En Alto Hospicio, una ciudad cercana a Iquique y al norte chileno, la ropa usada que llega al puerto es desechada cuando no existen compradores. Una buena parte de esas prendas llega a Bolivia de contrabando.

La triste actualidad que vive Alto Hospicio es por ser el vertedero ilegal de 39.000 toneladas de ropa usada cada año. Aunque se han dado a conocer hace poco, esos basureros comenzaron hace mucho tiempo. Al puerto de Iquique llegan contenedores llenos de ropa usada desde varios países, pero por lo general de Estados Unidos. Descargan las prendas y se venden a “ojo cerrado” los primeros fardos, que sería la “ropa usada de primera”. Esa llega a Bolivia, aunque también la de “segunda”.

La ropa que sobra y que no logró venderse es llevada a Alto Hospicio y es botada en pleno desierto de Atacama. Ahí, esas prendas inician una brutal contaminación al medio ambiente.

Las propias Naciones Unidas señalan que la moda es el segundo sector más contaminante del mundo. Concretamente, sus emisiones de carbono equivalen a las de todos los vuelos y transportes marítimos internacionales combinados. La organización Greenpeace apunta que el consumo de moda crecerá un 63% de aquí a 2030, movido sobre todo por el modelo “fast fashion” o moda rápida basado en el constante lanzamiento de nuevas colecciones o cápsulas a precios bajos.

Ahí apunta Barriga. sabe que es difícil reducir esa contaminación por los desechos de ropa, pero no lo ve imposible. La experta peruana detalló que por esa razón se creó Fab Lab Perú, un centro de investigación privado que tiene por finalidad avanzar el estado del arte de la fabricación digital y la biología sintética, así como generar nuevas interrelaciones entre el Arte, Ciencia y Tecnología a través de la investigación aplicada y la indagación creativa.

En el Futures Week, Fab Lab Perú se abocó a impulsar y dar confianza a las diseñadoras alteñas para arriesgar sus conocimientos por una moda saludable e innovación en tecnología. Barriga y su equipo trabajaron en la fabricación de biomateriales, el 3D Fashion, ropa deportiva inteligente, ropa étnica y ética en los valores con conciencia de diseño, entre otros temas. Pero también habló de la idea de que sus negocios tengan mercados virtuales y ya no presenciales. “Se pueden abrir tiendas virtuales y vender por internet. Es algo normal ahora y que se debe aplicar en Bolivia”, dijo.

Gladys Espejo Calle, estilista en belleza integral y participante del Futures Week, salió con ideas por concretar del evento. No quiere perder tiempo y ya piensa en combinar la ciencia y la tecnología con el diseño de vestimentas para la chola paceña.

“Estos avances tecnológicos nos ayudarían a dar un paso más hacia adelante, porque el fusionar la tradición de la ropa de chola con la tecnología nos permite crear diseños exclusivos. Sería un gran avance, en un futuro no muy lejano para llegar a las pasarelas internacionales imponiendo moda”, afirmó Espejo Calle.

Por su parte, Rosario Aguilar, reconocida diseñadora paceña, agradeció la transmisión de experiencias por parte de expertas de otros países. Ella dijo que se dio un paso en quitar ese miedo para implementar la tecnología en la moda boliviana.

“Los diseñadores para la mujer de pollera trabajamos prácticamente de manera manual y artesanal. Tener que hacer en tecnología 3D o diseñar en una computadora parece difícil, esa tecnología es nueva para nosotros, pero hay que perder el miedo”, destacó Aguilar.

Según Fab Lab Perú la impresión 3D ofrece una gran libertad de diseño, al tiempo que permite la personalización en masa y la reducción del impacto medioambiental. Por ejemplo, al utilizar sólo el material necesario y producir bajo demanda, la impresión 3D podría mitigar estos efectos.

La moda necesita hacer un pacto con el medioambiente y necesita hacerlo ya. A esa conclusión se llegó en el Futures Week que organizó Unifranz. Y para llegar a ese objetivo existe la necesidad de más capacitación a las diseñadoras y diseñadores, pero también en la implementación de recursos para innovar en tecnología y poder acceder a maquinarias de última generación.