Para el experto, el biocombustible es la única herramienta que permite sustituir la costosa y dañina importación de gasolina fósil. Afirman que está en manos de YPFB, ANH y las autoridades del sector hidrocarburo hacer cumplir la normativa vigente

16 de octubre de 2022, 4:00 AM
16 de octubre de 2022, 4:00 AM

​Es boliviano e investigador. Tiene un doctorado en Química Orgánica, siendo experto en biocombustibles. Llegó al país, desde Brasil, para compartir los resultados del estudio binacional que concluye que el uso de gasolina con un porcentaje de entre el 15 y 25% de etanol puede generar al Estado un ahorro mayor a los $us 250 millones cada año.


_En 2018, Bolivia incursionó en la producción de bioetanol y hasta ahora, se advierten avances, pero no al ritmo esperado, ¿qué medidas se deben implementar para acelerar este proceso?
Bolivia transitaba desde 2018 el camino correcto, el tiempo en que se aprobó el bagaje normativo de leyes, decretos y reglamentos, mostró una capacidad para impulsar el desarrollo local y buscar la soberanía energética. Actualmente, podría retomarse la senda del desarrollo acelerado, ya que cada acción que se tome en favor del etanol significa un mayor beneficio para la población y el Estado. Las medidas están en manos de las autoridades, cuentan con mandatos legales de mezcla que deberían cumplirse e incluso podrían ampliar con la garantía que brinda el estudio de mezclas con porcentajes más elevados de etanol en vehículos convencionales, que pueden usar del 20 al 25% de etanol en la gasolina. 

_¿Qué falló en Bolivia para que no se venda el etanol?
El etanol se vende, pero podría y debería venderse mucho más. En el eje troncal toda la gasolina es mezclada con algún porcentaje que varía del 8 al 10% en la gasolina especial plus y 12% en la gasolina súper etanol 92. Podríamos considerar que la política es un éxito tomando en cuenta que más del 80% del parque automotor boliviano consume esa gasolina con algún porcentaje de mezcla de etanol.
El fallo sería si el programa se estanca o retrocede por decisiones arbitrarias y contrarias a la economía del país o porque no cumple la normativa establecida por la Ley 1098 y sus reglamentos (decretos supremos y resoluciones ministeriales y administrativas), que determinan que la mezcla obligatoria debe ser del 12%. ¡Ni más, ni menos!. Comercializar porcentajes diferentes del 12% es vulnerar la normativa actual y perjudicar la economía del Estado boliviano pues se gasta más, importando gasolina, que comprando etanol nacional, lo que causa un daño económico al Estado. Cumplir la normativa vigente está en manos de YPFB, de la ANH y de las autoridades del sector de hidrocarburos.

_Usted señaló que ‘el etanol es una herramienta poderosa’, ¿en Bolivia, cuál sería la relevancia?
Es la única herramienta que permite sustituir la costosa y dañina importación de gasolina fósil, evitando que las reservas internacionales (RIN) disminuyan, pues se necesitan dólares para pagar la gasolina importada, que además exige el pago de ‘premios’ elevados a las empresas extranjeras intermediarias (traders) responsables de ‘conseguir’ el producto en el mercado internacional. Está demostrado, además, que disminuye significativamente la subvención que actualmente es pagada por el Tesoro General del Estado. El etanol, por ser un producto de fabricación nacional permite que ese consumo local puede ser pagado en bolivianos ayudando al fortalecimiento de la moneda y economía nacional, lo cual es muy favorable para la balanza de pagos. Comprar etanol nacional le cuesta mucho menos a YPFB que lo que paga por la gasolina importada.
Las características de una ‘herramienta poderosa’ como el etanol, no paran por ahí. En lo técnico, es un aditivo amigable con el medioambiente que reduce la contaminación por la reducción de las emisiones de gases causadores del efecto estufa y genera un rendimiento superior en los vehículos que utilizan las mezclas. Por el lado económico, permite el desarrollo del sector agrario junto con el industrial, aplicando tecnologías modernas, potenciando la dinamización de estos sectores e incrementando las fuentes de trabajo. En lo estratégico, impulsa el consumo local sobre el extranjero, contribuyendo para la soberanía energética nacional.

_En un entorno de volatilidad de precio de los combustibles en el mercado global, ¿es el etanol la única opción del país para acabar con la importación y la subvención?
El etanol es la mejor opción para gradualmente reducir y terminar con la subvención de la gasolina, a través de un programa que permita la producción a larga escala para garantizar el abastecimiento permanente; es decir, seguridad energética, y con soberanía, elaborando un producto boliviano de alta calidad para el país.
Es interesante destacar que los subproductos de la producción del etanol también contribuyen para la economía y formación de un beneficioso mix de combustibles dentro de la matriz energética del país. Un gran ejemplo es la economía de gas natural para la generación de energía eléctrica, ya que el sector sucroalcoholero boliviano llega a generar 100 megavatios/día utilizando el bagazo de caña como sustituto del gas natural que puede ser exportado. O sea, a mayor producción de etanol, mayor cantidad de bagazo disponible, más energía eléctrica generada y mayor economía de gas natural que puede ser exportado. De igual manera, a mayor producción de etanol, mayor cantidad de vinaza generada que podría ser transformada en biogás y biometano sustituyendo parte del gas natural o parte de la importación de diésel si el biometano fuera usado para el funcionamiento de camiones y tractores.

_El Gobierno dice que la gente se acostumbró a la fijación de precio, ¿cuál es su lectura?
Es cierto, pero no es real ni gratis. No es real porque YPFB termina pagando un precio internacional aumentado por comisiones y costos de internación y nacionalización, lo cual es absorbido por el Estado. No es gratis porque el Estado debe financiar ese gasto de alguna forma, podría ser con impuestos o con deuda como lo hace ahora. Este último (deuda) igual tiene que pagarse, y la única forma es con impuestos a futuro. ¡El pueblo boliviano acaba pagando la cuenta! Esta situación se refleja en una menor cantidad o calidad de la obra pública, que la gente debería observar. Por ejemplo, se desvían recursos para pagar combustibles en lugar de mejorar la calidad y cantidad de la obra pública en otras áreas, como ser salud y educación. 

_¿Conviene el biodiésel con el precio actual de soya alto?
Depende, todos los países donde se observa una soberanía en cuanto a la producción de biodiésel, tuvieron que transitar por un periodo de maduración de cómo producir sus materias primas en larga escala a fin de ser eficientes, el biodiésel puede venir de soya como de muchas otras materias primas que permitirían diversificar el riesgo de estas fluctuaciones en precios de mercado internacional.
Bolivia debe entender que ese proceso de maduración debe venir acompañado de una política seria y de largo plazo, en cuanto al proceso de obtener la materia prima necesaria a precios competitivos, lo que podría llevar al menos 8 a 10 años consolidar. Bolivia podría seguir estos pasos y desarrollar su propio conocimiento a pasos más acelerados si toma en cuenta toda la experiencia y conocimiento a escala internacional. Por último, no se debe olvidar que el biodiésel boliviano deberá competir con la subvención actual al diésel, la cual se constituye en el mayor obstáculo para este proyecto y no puede ser eliminada de la noche a la mañana.

_Si conviene una planta de biodiésel ¿debiera hacerlo el sector empresarial o el Gobierno?
Lo podría hacer el Estado o el sector privado y existen muchos detalles a ser analizados, pero lo fundamental es que existan estudios probando la factibilidad económica y la amplia disponibilidad de materias primas (aceites). Sin materias primas en abundancia y a precios competitivos, sin una definición de política de precios y de combate a los subsidios, invertir en plantas de producción de biodiésel puede significar invertir en estructuras de fierro que inmovilizarán el capital invertido, llevando cualquier proyecto al fracaso.
Queda resolver cuál es la manera más eficiente para invertir y asignar recursos e implementar el desarrollo de toda la cadena productiva del biodiésel, con foco principal en la producción de una agricultura energética eficiente y considerando todo tipo de costo de oportunidad, incertidumbre y riesgo. La información que maneja el Estado sobre el desarrollo de biodiésel no puede estar orientada solamente a la construcción de las plantas o a la tecnología, sino también a todas las condiciones y etapas productivas de corto y largo plazo a lo largo de la cadena productiva. Para eso, es necesario integrar también a campesinos y agricultores de una forma muy cuidadosa y detallada.

_Entre enero y agosto de este año, las importaciones bolivianas alcanzaron los $us 8.354 millones, un 46% más comparado con el mismo período de la pasada gestión. La categoría de combustibles y lubricantes subió un 166% (más de $us 2.778 millones) en valor, ¿qué medidas debe asumir Bolivia para reducir esa dependencia de compras externas de combustibles líquidos?
Existe una tormenta perfecta. Estamos en época de austeridad en cuanto a la disponibilidad de recursos, los niveles de reservas internacionales no son los mismos de hace 8 o 10 años atrás, los precios internacionales seguirán al alza acompañando una recesión mundial que se prevé, acompañada de crisis energética en Europa y distintas partes del mundo.
Si en las condiciones actuales el gasto por importación de combustible es un 46% mayor, es probable que esa tendencia se mantenga, y la situación del país sea más delicada aún. Por lo tanto, es necesario establecer una política de crecimiento sostenible de proyectos que hoy por hoy ya son viables como el de etanol, aumentando los porcentajes de mezcla e introduciendo nuevas tecnologías como la del Flex Fuel que con seguridad llevará a consolidar el combate y a eliminar de forma real la subvención.
La otra alternativa necesaria es la implementación del proyecto de biodiésel. Será necesario discutir con el sector productivo agrícola y campesino para establecer incentivos a la producción de oleaginosas y oleíferas que garanticen la oferta de materia prima con una cadena productiva sólida en el área de la agricultura energética que pueda permitir la producción de aceites vegetales para ser usados como materia prima en larga escala y con precios realmente justos y atractivos. Solo eso podrá garantizar el funcionamiento de cualquier planta de producción de biodiésel, evitando que esas inversiones se transformen en grandes monumentos metálicos llamados elefantes blancos. 

_El Gobierno promueve la industrialización de materias primas para sustituir importaciones, incentivar la producción nacional, generar empleo y reactivar la economía, ¿qué ganaría Bolivia si apuesta al etanol para sustituir compras externas de combustibles líquidos?
Promover la industrialización es una política que todo y cualquier ciudadano debe apoyar independientemente de cualquier alineamiento político o ideológico pues juzgo que solo puede traer beneficios a una sociedad y a un país. Apostar por el etanol reduce la dependencia a productos internacionales como la gasolina importada, reduce la exposición a bruscas fluctuaciones en precios, evita la fuga de divisas por una reducción y sustitución de importaciones y una menor necesidad del Estado de subvencionar combustible, lo que puede ayudar a tener movimiento de cintura para hacer una reingeniería del gasto público hacia temas de mayor prioridad.

Solo al año podría evitarse el gasto de divisas en $us 250 millones por cumplir una mezcla del 12% en la gasolina o en $us 370 millones si la mezcla aumentara al 15%, ya que se compraría etanol en bolivianos y lo que es mejor: a menor costo. Esos dos puntos resultarían también en la reducción de la subvención de forma significativa.