La entrevistada explicó que cuando se genera buen impacto social, medioambiental, la compañía se hace atractiva para inversiones que apuestan por esos valores y no solo por la generación de riqueza

23 de julio de 2023, 10:20 AM
23 de julio de 2023, 10:20 AM

Teresa Moll de Alba es una experta en sostenibilidad empresarial, no por nada es Senior Manager de Pacto Global para América Latina y el Caribe, la iniciativa que está cambiando paradigmas en el mundo corporativo. Ella visitó Santa Cruz de la Sierra y estuvo en las oficinas de EL DEBER donde hablamos de estas transformaciones que buscan generar un impacto positivo en la sociedad.

La iniciativa de Pacto Global tiene presencia en Bolivia desde el año 2016 y trabaja de la mano con la Confederación de Empresarios Privados sumando entidades privadas que están dispuestas a cambiar paradigmas e incorporar el objetivo de impactar positivamente en la sociedad, aparte de lograr la rentabilidad de la empresa.

Cuando se habla de desarrollo sostenible se suele vincular ese concepto más con los estados que con las empresas. ¿Cómo se aplica en las corporaciones?

Como punto de partida y desde la perspectiva del Pacto Global es cómo las empresas pueden hacer negocios de manera responsable; quiere decir con respeto a los 10 principios del Pacto Global, que hablan de derechos humanos, derechos laborales, medio ambiente y anticorrupción. Por otra parte, cómo podemos integrar dentro de la estrategia del negocio esa visión de los impactos sociales y los impactos ambientales que tenemos.

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Teresa Moll de Alba visitó las instalaciones del Grupo EL DEBER/Foto: EL DEBER

Tenemos que tener en cuenta que el objetivo de la empresa es hacer el negocio, es conseguir los resultados económicos, pero se trata de que, a la vez, se incorpore esa visión de los impactos sociales y ambientales, y de hacer que la empresa ya no tenga una relación unidireccional con su entorno, sino que la sociedad le habla a la empresa, así como los medios de comunicación y los distintos grupos de interés con los que tiene que relacionarse y equilibrar.

Esto significa un cambio de paradigma, ¿En cuánto tiempo y cómo se lo está logrando?

La iniciativa del Pacto Global nació hace más de 20 años, de la mano del secretario general de las Naciones Unidas. A nivel global, ya está moviendo a más de 20.000 empresas y, a nivel de América Latina, estamos con más de un 20% de crecimiento anual, son casi 4.000 en América Latina.

La pandemia y las crisis han hecho crecer en las empresas la conciencia de que hay que ver cómo hacemos los negocios de una forma que nos ayude a ser más competitivos, más eficientes, más productivos y eso es a través de ver estos impactos sociales y medioambientales; (es decir) ver cómo estamos impactando en las personas, cómo mejorar la relación con los proveedores, cómo podemos reducir los impactos negativos sobre el medio ambiente y contribuir a reducir las brechas sociales que tenemos en el país, cómo podemos ser inclusivos y diversos.

Las empresas se han dado cuenta de que cuando lo hacen es un buen negocio para ellas, les resulta en positivo en sus resultados empresariales.

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Teresa Moll de Alba es la gerente del Pacto Global para América Latina y El Caribe/Foto: EL DEBER

¿A qué se debe que el mayor crecimiento se dé en Latinoamérica?

Las empresas que lideran este mundo de la sostenibilidad corporativa han demostrado con números que es buen negocio hacer las cosas bien. Eso está arrastrando a los demás. Y creo que en el principio de ese camino es donde estamos en Bolivia en este momento.

¿Qué significa hacerse sostenible para una empresa?

Por un lado, para una empresa significa analizarse por dentro y ver en qué tipo de negocio está y ver cómo está impactando a sus colaboradores, a la sociedad y al medio ambiente. Cuando se da cuenta de los impactos positivos y negativos que tiene sobre la sociedad y el medio ambiente, entonces puede actuar sobre ellos desde una perspectiva de negocio. Por ejemplo, si una empresa analiza sus políticas de recursos humanos, se va a dar cuenta de que, si incorpora flexibilidad en los horarios o apoyos en temas de maternidad, eso le va a proporcionar una reducción de accidentes y una mejora en la productividad de las personas.

Es el doble lado, actuar de manera responsable te lleva a obtener un beneficio a nivel empresarial. Ese camino se va construyendo. Si una empresa establece una operación en un lugar, primero debe ver con la comunidad cómo le impacta mi negocio; cuando lo vea, podrá definir y establecer un diálogo para identificar impactos positivos y negativos, cómo se puede compensar los negativos o incrementar los positivos.

¿Esto genera rentabilidad económica?

El ideal del mundo de la sostenibilidad es que la empresa mida su impacto social y ambiental, además del económico. Lo que estamos encontrando a nivel global es que los inversionistas en empresas y en países están empezando a ver que aquellas empresas que son capaces de medir su impacto social y ambiental son más conscientes de los riesgos de su operación y, por tanto, son más capaces de reaccionar ante estos o prevenirlos. Eso las hace más atractivas para recibir una inversión internacional. Se ve la cara y la cruz, un beneficio para la sociedad y la empresa en el enfoque de sostenibilidad corporativa; y, por otro lado, generamos un espacio más proclive para que llegue la inversión responsable, aquella que mira más allá de lo económico.

¿Cómo ha impactado la sostenibilidad corporativa en el desarrollo de los países?

En 2015 se aprobó la agenda de los objetivos de desarrollo sostenible y uno de los trabajos que ha hecho el Pacto Global es intentar apoyar a los estados a identificar cual es la contribución del sector privado a la consecución de esas metas. Estamos viendo que es muy significativo cómo el sector privado, en alianza con el de las organizaciones no gubernamentales, universidades y con los gobiernos, es capaz de hacer avanzar las mejoras mucho más rápido que si esperamos que todo lo haga el gobierno. Se están viendo informes muy positivos.

¿Qué prácticas de sostenibilidad se adoptan con más facilidad y cuáles cuestan más?

Hay temas que son más sencillos. Si hablamos de medio ambiente se puede organizar un sistema de reciclaje en las oficinas o cambiar las luces para que sean de bajo consumo o hacer políticas de recursos humanos, que son como unos primeros pasos. Nosotros, como Pacto Global, invitamos a la empresa a ir entrando en diferentes temáticas, como por ejemplo en el tema de género: la habilitación de que las mujeres puedan hacer carrera dentro de las empresas de una forma equitativa y generar esas condiciones. También se pueden trabajar temas ambientales, desde el cambio de bombillos a pensar en la construcción de una infraestructura que sea carbono neutral, que genere energía solar, etc. Luego puedes llegar al punto de ver que se hizo toda la transformación interna y ahora toca ver cómo se puede ayudar a otros a conseguirlo, o cómo influir para generar alianzas público privadas para que las políticas públicas ayuden a que esto se produzca.

¿Cuál es la importancia del liderazgo de una mujer en una empresa?

Hay muchos estudios a escala global que muestran que cuando se introduce conceptos y políticas de equidad de género, cuando se lleva a las mujeres a puestos de liderazgo e incluso a representación paritaria dentro de las juntas directivas, las empresas son más rentables. Y esos ya son números.

Las empresas ya incorporan la forma de liderar de las mujeres que es diferente a la de los hombres. La riqueza está en la diversidad. En el caso de las mujeres se introducen factores importantes como una visión más empática, una incorporación de visión más integral de las problemáticas, porque esa es nuestra naturaleza: la complementariedad de esas visiones con la visión masculina es lo que da el valor a la empresa.

¿Y cuáles son los desafíos hacia adelante, tomando en cuenta la irrupción de la Inteligencia Artificial por ejemplo?

En América Latina, un desafío fundamental que eclosionó en el momento de la pandemia, fue que el 40% de hogares no tenían acceso al mundo digital. Esa falta de digitalización hace que todos los avances relacionados con la Inteligencia Artificial y lo tecnológico produzcan una brecha más grande en la población, nos separa más.

Tenemos que conseguir desde los gobiernos, las empresas y todos los sectores que esa brecha se reduzca para asegurarnos que eso no sea un factor más para generar mayor desigualdad.

¿Qué retos ve para Bolivia?

El trabajo que está haciendo el Pacto Global en Bolivia es encomiable. Aparte de los trabajos de formación, ha creado mesas específicas en las que se generan espacios de interacción entre empresas, de aprendizaje cruzado, de relacionamiento muy fuerte con las agencias de Naciones Unidas, que están totalmente incorporadas en estos espacios de diálogo multiactor; se están generando proyectos de alto impacto social. Eso es una burbuja en crecimiento. Cuantas más empresas a esta iniciativa, más grandes van a ser los resultados y más escalable será el impacto de nuestro trabajo.

Al final, lo que las empresas del Pacto Global quieren es hacer las cosas bien. Ese es su compromiso con la sociedad y con el medio ambiente. Cada una sigue su camino y el Pacto Global le ayuda en todo.

PERFIL

Teresa Moll de Alba es la gerente del Pacto Global para América Latina y El Caribe. Durante 10 años ocupó la dirección ejecutiva de Sumarse- Red del Pacto Global Panamá. Desde este espacio pudo trabajar de la mano con el sector privado y articular la generación de alianzas y proyectos con el sector público, NNUU y la Cooperación Internacional.