La inclusión de rubros que antes no eran tomados en cuenta y que pueden impulsar a otras áreas de la economía representan una fuente importante de generación de ingresos para cualquier Estado

28 de febrero de 2023, 7:20 AM
28 de febrero de 2023, 7:20 AM

El mundo empezó a hablar de la economía naranja o creativa recién a partir de 2001, cuando John Howkins publicó el libro Economía creativa: transformar una idea en beneficios, que se constituye en punto de partida para quienes combinan la creatividad con los negocios. La industria naranja, que no pone fronteras a la imaginación y se alimenta de la creatividad y el conocimiento, tiene una significativa contribución al PIB nacional y global.

Un estudio de la Cámara de Industria y Comercio (Cainco) asegura que en 2017 la economía naranja dinamizó en 1,52% el Producto Interno Bruto (PIB) nacional, es decir aportó Bs 3.936 millones. Aunque la información corresponde a seis años atrás, es el dato más aproximado que se encuentra en la data respecto a la economía creativa que, cada año, mueve millones de bolivianos en el país.

Economía naranja

El término hace referencia al mundo de la cultura, la industria creativa y la creación de contenido. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la define como “el conjunto de actividades que, de manera encadenada, permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios. Su valor puede estar basado en la propiedad intelectual”.

En tanto, la directora de la carrera de Ingeniería Económica de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Jenny Andia, sostiene que este denominativo hace alusión a la economía creativa, la industria cultural y todo lo que es la economía del conocimiento.

“Antes había diferentes modelos económicos en los cuales había factores de producción que son la tierra, el trabajo y capital, pero a medida que va avanzando la tecnología, se incorpora un nuevo factor de producción que es la economía del conocimiento que básicamente son los conocimientos que van adquiriendo las personas a lo largo de su vida que se considerará como un factor de producción”, afirma.

La experta indica que la economía naranja es fundamental porque, por primera vez, se da un valor al conocimiento que van adquiriendo las personas y cómo se va complementando esto con la creatividad.

“Todo lo relacionado con la cultura, con el patrimonio cultural, todo lo que son, por ejemplo, librerías, producción de libros, creación de eventos culturales, también el tema de lo que son productos innovadores, todo eso es economía naranja”, puntualiza.

La académica considera que, en un país tan rico culturalmente como es Bolivia, el Estado debería impulsar de manera más decidida a la economía naranja. Se quiere promover ideas creativas, productos innovadores y más que todo la transmisión de conocimientos ancestrales de una generación a otra.

“Si se impulsa este sector de la economía como se debe, como corresponde, lo que se va a lograr es que haya una sociedad más inclusiva, de rubros que antes no eran tomados en cuenta y que pueden impulsar a otras áreas de la economía como, por ejemplo, el turismo que también es una fuente importante de generación de ingresos para cualquier Estado”, señala Andia.



Autoridades participan en la presentación de resultados del censo de economía naranja en Cochabamba


Censo de economía naranja en Cochabamba

La directora del Instituto de Progreso Económico Empresarial – IPEE de Unifranz, Gabriela Sanjinés, anunció la pasada semana que el censo de economía naranja de Cochabamba ingresará en su segunda fase a partir de marzo de este año.

Más de 1.000 empresas de las comunas Alejo Calatayud, Valle Hermoso, Itocta y Tamborada, al sur de la ciudad, serán censadas con la participación de 125 estudiantes y docentes de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Unifranz, en alianza con jóvenes voluntarios.

Para mejorar el trabajo de sistematización de la data recolectada se migró la boleta censal a una nueva plataforma. “Utilizaremos Kobo, una plataforma de las Naciones Unidas que permite mayor confidencialidad y seguridad de la información obtenida además de darnos otras opciones extra como geolocalización y cargado de archivos fotográficos”, indica Sanjinés.

Por su parte, el vicerrector de Unifranz Cochabamba, Rolando López, destaca que el Censo de Economía Naranja es un aporte desde la academia y el empresariado a la sociedad y que busca perfilar la huella creativa o Creative Footprint para la creación y desarrollo de un “ecosistema naranja”. 

“Casi el 40% de nuestras empresas son gastronómicas, pero hemos descubierto a otros sectores que parece que no existiesen, que son muy pequeños, pero que han sido de mucha importancia como las artesanías, el sector de moda, industria de productos, las editoriales y los escritores”, apuntó.

En una primera etapa, el censo de economía naranja, realizado por la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba (FEPC) y la Unifranz, a través del Instituto de Progreso Económico Empresarial, levantó los datos de 1.060 empresas y/o emprendimientos legalmente establecidos y clasificadas en más de 68 tipos de actividades económicas de las comunas Adela Zamudio, Tunari y Molle.