(VEA EL VIDEO) La pandemia marcó un antes y un después en el mundo del trabajo. Ha posibilitado la continuidad de negocios y empleos

9 de febrero de 2023, 11:30 AM
9 de febrero de 2023, 11:30 AM

El mundo laboral se ha transformado a un ritmo sin precedentes tras la crisis del Covid-19. Si bien es cierto que antes de la pandemia se avanzaba hacia una revolución tecnológica, la crisis sanitaria aceleró la implementación de nuevos procesos. El trabajo remoto y la generación de ingresos a través de las plataformas digitales marcaron los mercados laborales, obligando a construir una nueva arquitectura laboral.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que hasta 23 millones de personas teletrabajaron en la región en el peor momento de la crisis, en el segundo trimestre de 2020. 

“Desde que entraron en vigor las medidas de confinamiento, entre el 20 y 30% de los asalariados que estuvieron efectivamente trabajando, lo hicieron desde sus domicilios. Antes de la pandemia, esa cifra era inferior al 3%. El teletrabajo ha posibilitado la continuidad de negocios y empleos, y representó un salto inesperado hacia el futuro del trabajo para la región”, detalla un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro, puntualizó que el teletrabajo ayudó a amortiguar los impactos negativos de la crisis en los mercados de trabajo. Contribuyó a la preservación de millones de empleos, afirmó. 

Tras la normalización, se mantiene como una opción viable y, paralelamente, genera nuevas oportunidades. Es cierto que está pendiente responder a desafíos tanto para los trabajadores como para las empresas.

En el caso boliviano, al igual que otros países de Latinoamérica, aún quedan cabos sueltos. Erick Díaz Escalante, director de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que, en el teletrabajo las empresas deberían instaurar una serie de procedimientos y normas que le permitan al empleado conciliar sus obligaciones laborales con las personales, para que no se afecte la salud profesional y el rendimiento de los empleados.

“Tenemos que delimitar esta situación para no afectar la vida personal de los colaboradores. Ellos deben  cumplir con las funciones descritas en su puesto de trabajo y contar con el espacio suficiente para sus actividades personales”, puntualiza.

El teletrabajo producto de la pandemia ha tenido, según Vía Escalante, una influencia directa en muchas profesiones. Los trabajadores han tenido que desarrollar su capacidad de resiliencia y su capacidad de adaptación al cambio para responder efectivamente a los requerimientos del entorno.

Si bien el teletrabajo ha irrumpido mundialmente en las organizaciones producto de la pandemia, actualmente en nuestro entorno nacional ya es una realidad, asegura. “Es necesaria una normalización para su adecuado desarrollo y así los administradores de empresas puedan lograr resultados organizacionales óptimos, se incremente la productividad y podamos tener colaboradores motivados y satisfechos en la empresa”

Las nuevas tecnologías han contribuido a facilitar la adopción de estas nuevas formas de trabajo. Ha permitido que miles de empresas en el mundo sobrevivan a las restricciones y den paso a otro tipo de emprendimientos que hoy ya se han consolidado en el mercado.

Características del teletrabajo para Bolivia

El artículo 13 del decreto supremo 4570 establece cinco características para esta forma de trabajo:

 La aplicación de esta condición especial es voluntaria, y para su implementación deberá existir el acuerdo entre las partes, el cual deberá constar por escrito.

Podrá acordarse como parte de la descripción inicial de la condición de trabajo o puede incorporarse posteriormente.

No afecta ni altera las condiciones esenciales de la relación laboral.

Su aplicación no puede vulnerar derechos de las partes y no constituye por sí misma causal de terminación de la relación laboral.

Podrá ser aplicado preferentemente para las personas en situación de vulnerabilidad, mayores de 65 años, mujeres embarazadas y personas con patología crónica.