Según el sicoterapeuta Roque Pedraza cada persona debería conocer cómo trabaja su ciclo de sueño. Asegura que dormir ocho horas es un cliché, "un lujo en un mundo tan acelerado como el de ahora"

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21 de abril de 2020, 11:56 AM
21 de abril de 2020, 11:56 AM

Dormir. Más o menos. Pareciera que en esta cuarentena habría más posibilidades para no despegarse de las sábanas, sin embargo no es tanto así, según un experto. Dormir todo el día y estar en pijama puede ser una excepción, pero no debería convertirse en un patrón, más aún en esta cuarentena. 

Estos días existe una "nueva" rutina -creada por la cuarentena- y en ella forma parte el sueño, entonces dormir poco o dormir demasiado no es algo de qué preocuparse. "Si estoy durmiendo más, no significa que sea flojo o si mis hijos duermen menos no significa que sea un mal padre", cuenta el sicoterapeuta Roque Pedraza, con experiencia en el campo de terapia familiar. 

"Regularmente hay el cliché de que se debe dormir ocho horas, pero en un mundo acelerado como el de ahora, eso puede ser un lujo o un privilegio. Deberíamos dormir alrededor de seis horas", explica el experto. Y subraya: "No solo dormimos para relajarnos, sino que necesitamos estar relajados para dormir". 

Pedraza dice que trabajar en la casa y echarse en la cama "de vez en cuando" no está mal, porque la persona se encuentra dentro de su hogar. Pero, recomienda que si hay que trabajar, es bueno sacarse la pijama, darse una ducha y ocupar un espacio asignado para las labores de la oficina. "Si nosotros somos desordenados, el cerebro no lo es. Él sabe cuándo debe trabajar y cuándo debe dormir. Si nos quedamos en la cama, se relajará más y no querrá trabajar", señala. 

También es aconsejable tener un manejo 'controlado' de las horas de dormir. Si se desea mirar series en la madrugada, no está mal, pero esa no debería ser una costumbre. Habría que pensar en las dificultades que el cuerpo tendrá para volverse a adaptar a la rutina anterior, cuando la vida se 'normalice'. 

No es "normal" dormir demasiado. Quedarse dormido una jornada completa debería ser solo una "excepción", porque pasado ese tiempo, ya es un problema patológico que bien podría llamarse depresión, ansiedad, estrés u otra cosa. 

Está bien tomar una siesta, pero -por sentido lógico y clínico- esta debería durar 30, 40 o 45 minutos. No más, porque sino se estaría ingresando a la fase de sueño profundo. Hay personas que duermen y que no saben qué día es. Para eso -aconseja Roque- la persona debe ponerle un factor diferenciador a los días de la semana. "De lunes a viernes dormiré normal. Sábados y domingos dormiré un poco más", encierra. 

Para las personas que sufren de insomnio no está mal recurrir a las "trampas" para entregarse al sueño: leer, ducharse, hacer algún ritual, ejercicios... Pero si el problema es grave, entonces ya es necesaria la intervención de un especialista.