Periodista. Fue la cronista más personal del llamado nuevo periodismo. Su voz retrató a una sociedad, la norteamericana, con sus guerras infames, sus hipies lisérgicos, sus políticos acartonados y su sueño convertido en pesadilla. Falleció el 26 de diciembre, a los 87 años

2 de enero de 2022, 4:00 AM
2 de enero de 2022, 4:00 AM

Contaba Joan Didion que cuando era adolescente transcribía a máquina páginas de las novelas de Hemingway para entender el misterio de la prosa en la que estaban escritas. Fueron esta tarea obsesiva y el diario que le regaló su madre para que desahogara sus quejas lo que sin duda activó el deseo de contar lo que vivía. Es Didion, por encima de cualquier consideración, una mirada, un estilo. Su narración, aunque esté al servicio de los hechos, aparece impregnada por una prosa literaria, austera y eficaz, algo enigmática siempre.

Esta preeminencia de su carácter en cualquier asunto que abordaba la inscribe en el movimiento del nuevo periodismo, pero su condición de mujer añadió intereses y colores a sus escritos que a otros de sus colegas les pasaban desapercibidos. Fue la Didion joven una mujer de su tiempo en un sentido estricto, alguien que supo capturar con una perspicacia inusual las distintas olas contraculturales que sacudieron la cultura americana en las décadas de los 60 y 70. Confluían en su carácter grandes aptitudes que la convirtieron en una singular reportera: la de la mujer que sabe observar, seleccionar con buen ojo los testimonios cruciales y colarse en territorios delicados de manera audaz, sin miedo. Esa falta de temor viene dada por una ajenidad a los ambientes que describe.

A pesar de su complexión extremadamente delgada, que podía conferirle una imagen de extrema vulnerabilidad, su presencia poseía algo hipnótico que la convirtió en alguien influyente para los editores de revistas y en un personaje atractivo a los ojos del mundo de la moda. Junto con su marido, el escritor John Gregory Dunne, cultivó el mundo hollywoodiense, escribió para el cine y no perdió la ocasión de formar parte del universo cultural californiano. Ese fue su territorio durante muchos años, el escenario de un mundo salvaje, bello y al mismo tiempo en vías de extinción, cruzado en su formidable extensión por autopistas que parecen llevar a ninguna parte.

Hay en toda su prosa una sensación de inevitabilidad ante el desastre. Tal vez la expresión más relevante de esos presagios sea el libro que la dio a conocer en Europa, El año del pensamiento mágico, que en esa manía de catalogarlo todo la crítica lo ha clasificado como literatura del duelo, pero que, más que nada, constituye su gran reportaje: un estudio hondo, parco, duro, brutal, sobre una mujer que de tener anclajes en la tierra se ve suspendida en el terreno que más nos aísla de otros seres humanos, el del dolor sin consuelo.

Ajena a la sentimentalidad, proclive a lo que podría percibirse como una cierta frialdad en la mirada, Joan Didion pareció entrenarse durante toda su vida para escribir un tremendo autorretrato a través del relato de un revés trágico e inconsolable; la cronista se convierte en sus últimos años en entomóloga de sí misma, como así hiciera con los hippies californianos, los universos musicales, la droga, el desvarío. Tuvo la entereza de seguir trabajando hasta última hora. Su vida y su oficio no pueden celebrarse de forma diferenciada, porque ella fue en cierto sentido su mejor obra de arte.

Vida

Nacida en Sacramento (EEUU) en 1934, estudió en la Universidad de California en Berkeley. Didion empezó su vida como escritora en el periodismo, trabajando para la revista Vogue después de graduarse en 1956.

Sus novelas incluyen Según venga el juego, de 1970, que exploró y expuso la cultura cinematográfica de Hollywood. También adaptó para el teatro El año del pensamiento mágico, su desgarradora, reflexiva y galardonada novela sobre la pérdida de John Gregory Dunne. Vanessa Redgrave protagonizó la producción inaugural en Broadway en 2007.

También ese año, Didion recibió la Medalla de la National Book Foundation por su contribución distinguida a las letras estadounidenses “por su distintiva mezcla de prosa sobria, elegante e inteligencia feroz”.

Se convirtió en una de las principales exponentes del movimiento del Nuevo Periodismo, en su mayoría masculino, junto a Tom Wolfe, Truman Capote y Gay Talese. En 2005, el dolor se convirtió nuevamente en una inspiración no deseada después de que su hija adoptiva, Quintana Roo, muriera de pancreatitis aguda a la edad de 39 años.

Esenciales

Didion comenzó a escribir cuando solo tenía cinco años. Desde entonces imaginó historias repletas de imágenes y simbolismos, inspirada en las tantas películas que vio en un pequeño cine en la ciudad de Sacramento al norte de California, donde sus padres la llevaban cada tercer día. Esa misma ciudad se convirtió en el escenario central de la mayor parte de su trabajo literario, donde explora la moral, la sociedad y la cultura de masas en los Estados Unidos.

Estos son los cinco libros más importantes de la carrera de esta periodista, guionista y hasta ícono de la moda:

Arrastrándose a Belén. Publicado en 1968, el ensayo que le da título a este libro, es considerado uno de los retratos más fieles de la contracultura hippie que encontró su epicentro en California. Entre estrellas de rock, psicodelia y jóvenes bajo los efectos del ácido lisérgico, se devela el trasfondo social y político de una década que revolucionó la cultura popular e influenció gran parte del trabajo de Didion.

Según venga el juego. Esta novela recupera uno de los ejes centrales en la obra de Didion: las mujeres y los años 60. Todo esto con una consistencia de imágenes y descripciones repletas de símbolos y colores, una forma de escribir que le dio herramientas más tarde para dedicarse al guionismo, su segunda profesión. En la novela podemos seguir a María Wyeth en un largo recorrido por la decadencia del sueño norteamericano, a lo largo de Hollywood, Nueva York, Las Vegas y el Desierto de Mojave en California, mientras se enfrenta a sus propios demonios.

El álbum blanco. Tomando como referencia el noveno álbum de The Beatles, Joan Didion narra con musicalidad y con diez años de distancia lo que pasaba en California -sobre todo en San Francisco- al finalizar la década de 1960 y la fuerte influencia de la cultura de masas en la sociedad norteamericana, el libro comienza con una frase que se volvió una insignia de esta escritora, “Nos contamos historias a nosotros mismos para poder vivir”.

El año del pensamiento mágico. El libro comienza con el fallecimiento de John Gregory Dunne a causa de un infarto fulminante y como este sorpresivo hecho hace que la escritora se cuestione la vida matrimonial, la vejez, la vulnerabilidad y el lenguaje de la muerte: el luto y el duelo. Todo esto mientras ella guarda los zapatos de Gregory Dunne -esperando que algún día- él vuelva de su muerte para recogerlos.

Sur y Oeste. Publicado en 2017, Didion recopiló en él las notas de un viaje que realizó en carretera a lo largo del río Misisipi, durante el verano de 1970. El motivo del recorrido, según explicó Didion en una entrevista, fue hacer un gran reportaje -que jamás publicó- sobre la experiencia vital en las ruralidades del sur de Estados Unidos.