Cansancio, falta de atención médica y dificultad de acceso y comunicación afectan a los bomberos que luchan contra los incendios
Quienes trabajan en comunidades alejadas son los que más dificultades enfrentan
Ya se siente el cansancio entre los bomberos forestales y voluntarios que están en primera línea apagando incendios forestales, señalan desde Alas Chiquitanas. Y no es para menos, porque son varias semanas las que llevan en la ardua tarea. Solo en San Matías, el fuego lleva ardiendo más de dos meses y medio.
Si bien hay bomberos de diferentes grupos desplazados en las provincias, los incendios son tantos, que no dan abasto, y sus jornadas de trabajo son más largas e intensas.
Pero ¿qué sucede con la atención médica? Erika Bayá, de Alas Chiquitanas, señala que no hay una sola respuesta, o quizás sí: es complicado. Todo depende de dónde se encuentren los bomberos. Si su labor los llevó hasta comunidades alejadas, a las que -en condiciones normales- un médico llega cada tres meses- el panorama no cambia en este tiempo de fuego, lamentó.
No solo la distancia física afecta, sino el acceso a estos lugares que, muchas veces, no cuentan con caminos adecuados para un tránsito fluido.
Tampoco hay infraestructura para la atención médica ni medicamentos. Y cuando se necesita el traslado de los afectados, faltan los vehículos para transportarlos. A esto debe sumarse la dificultad de comunicación, puesto que la señal de teléfono celular no llega a todos lados.
Diferente es la situación en lugares más cercanos a centros poblados, como capitales de provincia o municipios un poco más grandes, donde hay centros de salud y, al menos, una enfermera.
No solo bomberos forestales apagan incendios, también guardaparques y bomberos voluntarios. Guardaparques de distintas áreas protegidas se han unido para apoyar a sus compañeros del AMNI San Matías, por ejemplo.
En otros casos, señala Bayá, se han enviado policías para colaborar en esta tarea; sin embargo, muchos de ellos no están capacitados en el apagado de incendios forestales, lo que puede ser peligroso para sus propias vidas, agrega.
Alas Chiquitanas pide un centro de control neumológico en la Chiquitania, manifiestan que uno de los principales problemas es el humo que los bomberos inhalan y se queda en sus pulmones. Bayá comentó el caso de bomberos en San Javier, afectados por esa razón, y de un bombero voluntario que sufrió la fractura de una pierna, que no tenía dónde ser atendido.
Este lunes, desde la Autoridad de Supervisión de la Seguridad Social de Corto Plazo (Asuss) anunciaron el desplazamiento de 300 brigadas médicas en el departamento cruceño. Se espera que puedan ayudar a paliar esta situación que, si bien afecta, en primera instancia, a quienes combaten el fuego, también lo hace a los pobladores de esas zonas.
También el alcalde cruceño adelantó que enviará personal municipal, equipos y medicamentos para ayudar a las provincias víctimas del fuego.
El sufrimiento de los pobladores
El domingo, familias de comunidades, como Las Petas y Monteverde tuvieron que salir de sus casas, porque el fuego las alcanzó. Bayá señala que la descripción que recibieron fue de ‘olas de fuego’ que se llevaban todo a su paso.
En el caso de Concepción, Bayá manifiesta que están buscando alimentos y agua para enviar a las familias que fueron evacuadas de lugares más cercanos a los incendios. Pero también hacen falta barbijos, pues ya no se pueden encontrar ni para comprar.
Y si se trata de hacer una lista de necesidades, los bomberos requieren: botas, ropa para el combate de fuego; agua, bebidas isotónicas y rehidratantes, como mínimo.