OpiniónEDITORIAL DE DINERO

De las omisiones del mensaje presidencial

10 de septiembre de 2024, 4:00 AM
10 de septiembre de 2024, 4:00 AM

En su reciente mensaje, el presidente Luis Arce abordó un problema clave de la economía boliviana: dijo que el sector privado no genera suficientes dólares para cubrir sus importaciones, lo que ha derivado en un déficit comercial de $us 2.349 millones en 2023. Según Arce, el sector público es el principal generador de divisas, y cuando este falla, como ha ocurrido con la caída de las exportaciones de gas y petróleo, el país enfrenta una escasez de dólares.

Si bien el argumento del presidente pone de relieve una realidad económica, deja de lado varios factores clave. Es cierto que el sector empresarial ha importado más de lo que ha exportado, pero esto no es solo resultado de su ineficiencia, sino de políticas gubernamentales que han restringido su potencial de crecimiento económico y expansión en mercados internacionales. 

Desde 2008, Arce, entonces ministro de Economía y Finanzas Públicas, aplicó restricciones a las exportaciones, bajo la premisa de priorizar la demanda interna, pese a que solo el 20% de la producción oleaginosa era suficiente para cubrirla. Estas medidas limitaron la capacidad exportadora del sector agroindustrial, lo que en consecuencia redujo su aporte de dólares a la economía.

Un elemento adicional que el Presidente omite en su discurso es la sangría de divisas que representa la importación de combustibles. El Gobierno compra gasolina a un precio internacional de Bs 8,68 por litro, pero lo vende a Bs 3,74 en el mercado interno, lo que genera una brecha insostenible. Esta política de subsidios ha erosionado las reservas internacionales, que hasta agosto de 2024 suman apenas $us 153 millones en divisas. El costo de mantener estos subsidios energéticos es uno de los factores que agudiza la falta de dólares en la economía.

A pesar de esta situación, el primer mandatgario sigue responsabilizando al sector privado de la crisis de divisas, sin reconocer que la dependencia del sector público en la generación de dólares se debe, en gran parte, a decisiones tomadas por su propio gobierno en el pasado. Mientras tanto, las políticas de subsidios y las restricciones a las exportaciones siguen socavando el equilibrio económico del país.

Bolivia necesita urgentemente un enfoque más equilibrado, donde se reconozca el papel crucial de la iniciativa empresarial en la generación de divisas y se promuevan políticas que fomenten su crecimiento. Solo a través de una mayor colaboración entre el sector público y privado se podrá revertir la crisis actual y garantizar un futuro más estable.

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