Amparo Carvajal asegura que está comiendo, pero que su “problema mayor” es la falta de baño
“Lo que más duele es la mentira (porque dicen) que les habría cortado el agua y que soy una asesina”, afirmó la activista desde su vigilia en la terraza de la APDHB.
Amparo Carvajal, que se disputa con Edgar Salazar la presidencia de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), aseguró este miércoles que está consumiendo alimentos, después de que el viceministro Roberto Ríos denunciara que la activista de 84 años se niega a recibir comestibles.
“Sí, sí, no se preocupen, el problema mayor es que no tengo baño”, dijo de manera escueta Carvajal después de que una periodista la consultara desde la calle si logró comer algo.
Horas antes, en una conferencia de prensa, el viceministro Ríos afirmó que se intentó enviar comida a Carvajal, pero que ella se rehúso a recibirla.
“En este momento, de acuerdo con el reporte que tenemos, se ha intentado enviarle comida a la señora Amparo Carvajal, la cual, la misma ha rechazado, ha hecho algunos requerimientos de la presencia de algunas autoridades, (pero) nuevamente repetimos que nosotros, como autoridades, no podemos intervenir (en el conflicto)”, señaló Ríos.
La APDHB está tomada por el grupo de Salazar desde el 2 de junio de este año y Carvajal trata de recuperar la posesión del edificio en disputa de manera incansable, manteniendo una vigilia y también mediante algunos recursos judiciales que, hasta el momento, no fueron favorables a su objetivo.
Incluso, ayer martes, la activista sorprendió a todos al lograr subir hasta la terraza del edificio con la ayuda de una escalera y pasó la noche en el lugar, según su versión, “muy mal”.
“Muy mal porque (el otro grupo) sacó los altavoces de la Asamblea insultándome, (…) es un nivel bajísimo sus insultos, pero lo que más duele es la mentira (porque dicen) que les habría cortado el agua y que soy una asesina”, lamentó.
Además, durante la mañana, algunos efectivos de la Unidad de Bomberos subieron hasta la terraza donde permanece Carvajal, pero ella se negó a recibir su ayuda.
Lea también