La hija de la expresidenta Áñez considera que se mantiene detenida a su madre “través de la injerencia de la política en la Justicia”. La senadora Centa Rek pide no olvidar a los "presos políticos".

13 de marzo de 2024, 8:47 AM
13 de marzo de 2024, 8:47 AM

La expresidenta Jeanine Áñez cumple este miércoles tres años de privación de libertad por el supuesto “golpe de Estado” en contra del expresidente Evo Morales durante la crisis de 2019.

Su hija Carolina Ribera, que se convirtió en la vocera de la exmandataria durante todo este periodo de su detención, consideró que su madre es un “trofeo” del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido liderado por Morales.  

La expresidenta Jeanine Añez es el mayor trofeo político del MAS para sostener su patraña del supuesto golpe de Estado que nunca existió. Mi madre es el ejemplo más cruel del abuso y de la violencia política que aplica el régimen masista, todo a través de la injerencia de la política en la Justicia”, dijo Ribera.




Áñez fue detenida el 13 de marzo de 2021 en Trinidad (Beni) y luego trasladada a la ciudad de La Paz, en un principio, por el denominado caso Golpe I, en el que fue acusada por los delitos de terrorismo, sedición y conspiración.

Mientras guardaba detención preventiva, Áñez fue sometida a otro proceso denominado Golpe II, en el que ya fue condenada a 10 años de cárcel por los delitos de incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución y a las leyes.

También fueron activados otros procesos en su contra, todos por la vía ordinaria, por las muertes en Sacaba y en Senkata.

La defensa de Áñez, sus allegados y la propia exmandataria siempre cuestionaron que no sea juzgada en un juicio de responsabilidades en su condición de expresidenta.

La exmandataria actualmente está detenida en el penal de Miraflores de la ciudad de La Paz.  

La senadora de Creemos Centa Rek pidió a la ciudadanía boliviana no olvidar a los denominados “presos políticos” y señaló que, “hace tres años, Áñez fue detenida en un mega operativo que no le dio la posibilidad de defenderse como corresponde”.

La expresidenta “no tuvo garantías, no tuvo una citación, no tuvo la posibilidad de comparecer ante una Corte para poder responder frente a las sindicaciones falsas que pesaban sobre ella; fue detenida, exhibida públicamente en un momento doloroso para ella y para los bolivianos, y desde entonces se le han seguido innumerables casos por el momento político que atravesó Bolivia (en la crisis de 2019)”, afirmó Rek.



En octubre de 2019 se realizaron unas polémicas elecciones generales en Bolivia que derivaron en una serie de hechos de violencia en medio de denuncias de supuesto “fraude electoral”.

El 10 de noviembre de ese mismo año, el entonces presidente Morales renunció a su cargo agobiado por una ola de protestas callejeras, un motín policial e incluso una “sugerencia” de las Fuerzas Armadas para su dimisión.

Dos días después y en medio de un caos en Bolivia, Áñez (entonces segunda vicepresidenta del Senado) asumió el mando del país a través de un cuestionado proceso de transición.

Pero mi madre sólo “cumplió con la Constitución y asumió la responsabilidad histórica ante un vacío de poder (tras la renuncia de Morales) para pacificar el país, recomponer el Órgano Electoral y dar certidumbre a los bolivianos para realizar una nueva elección nacional transparente”, aseguró Ribera.