Unicef, el Viceministerio de Seguridad Ciudadana y el Colegio de Sicólogos de La Paz unieron fuerzas y pusieron a disposición de la ciudadanía el número 800-11-3040. Trabajan con contención emocional, consejería para el estrés y prevención de la violencia intrafamiliar

23 de abril de 2020, 15:24 PM
23 de abril de 2020, 15:24 PM

"¿Qué voy a comer mañana?", es una de las preguntas más recurrentes cada vez que suenan los teléfonos.

Desde hace tres semanas, el Viceministerio de Seguridad Ciudadana, Unicef y el Colegio de Sicólogos de La Paz habilitaron una línea telefónica gratuita, la 800-11-3040, que funciona de lunes a domingo, de seis de la mañana a medianoche, y que ofrece ayuda de tres maneras. La primera es el apoyo sicológico y la contención emocional, la segunda es la consejería para prevenir el estrés y la violencia, y la tercera es la asistencia en casos de violencia en el hogar.

"Todo esto en el marco de la cuarentena. Hay personas que están enfrentando una crisis emocional porque no tienen trabajo, o al haberse afectadas sus rutinas, emocionalmente tiene un costo, que se expresa en cambios emocionales. La gente está más irascible", explica Mauricio Rosso, uno de los profesionales del call center y miembro del Colegio de Sicólogos de La Paz.

Según el experto, la gente empieza a presentar episodios de estrés negativo, piensan que no serán capaces de superar las pruebas. "Y cuando alguien se somete mucho tiempo a esto se generan efectos adversos, como síndromes de trastornos emocionales, depresión, ansiedad, lo que en resumen se llama el trastorno de estrés postraumático. Las estadísticas nos indican que más del 50% de la población, después de enfrentar situaciones extremas como la que vivimos, va a generar sintomatología", augura.​

Este

servicio hace una contención emocional en primera instancia

, pero después,

de acuerdo a la gravedad, los casos se derivan a profesionales

de la red de salud para que se inicien tratamiento, ya sea de la sicoterapia o con medicamentos.


La iniciativa cuenta con las unidades de salud mental de cada ciudad, por ejemplo en La Paz con el Hospital de Clínicas, y en Santa Cruz con el San Juan de Dios. "La atención es gratuita, también derivamos a profesionales siquiatras que se están ofreciendo como voluntarios", dice Rosso.


Constante incertidumbre

Aunque no tienen estadística oficial por el momento, las llamadas más habituales en el call center tienen que ver con la incertidumbre y la falta de ingresos económicos. 

Rosso dice que la mayoría de las personas se angustian por el futuro, cómo saldré adelante, qué comeré mañana, son preguntas recurrentes. Dice que muchos de los que llaman son  cuentapropistas o gente con ingresos temporales que tienen sus negocios parados. "Hay vendedoras de los mercados que son cabezas de familias y llaman con angustia. Lo primero que hacemos es empezar a buscar soluciones en vez de quedarse en la preocupación; y en función de encontrar soluciones empezar a tomar acciones que ayuden a resolver, cómo pueden acceder a bonos, y darse cuenta de que en esta situación igual no se podrá resolver el problema", agrega. 

Parte de la estrategia es aceptar los miedos, que son el alimento de la angustia, y empezar a afrontarlos. Para Rosso, el problema está en que el aspecto económico ha sido convertido en el principal referente de éxito, en que se entiende que una persona es feliz porque le va bien económicamente, "es lo que promueve la sociedad. Entonces, cuando no tienes la posibilidad de generar ingresos o cuando tu posición económica y tu buen vivir se ven comprometidos, empiezas a generar una angustia existencial de cómo puedo ser bueno si no  genero ingresos".

Rosso cree que antes de llegar a la crisis del Covid-19, muchos vivíamos en plan de construir una casa, lujos, viajes, y que después de la pandemia y la cuarentena la motivación cambió. "Ahora estamos en la base de la pirámide de necesidades de Maslow, en el punto de no saber qué vamos a comer mañana. Eso es un proceso tremendo que golpea la motivación del ser humano, por eso genera angustias", sostiene.

Ser de hábitos

Paradójicamente, el ser humano que en la normalidad se quejaba de falta de tiempo, ahora no sabe qué hacer con él. Rosso dice que en todo esto hay cosas positivas, como disponer de horas suficientes para leer el libro que antes no se pudo, o para estar más con la pareja y los hijos, etc., sin embargo, al ser seres de hábitos, las personas están en encrucijada. 

Dice que esta cuarentena no necesariamente representa una respuesta para una persona que durante toda su vida ha sido sometida, esto no era parte de la ecuación. "Parte de lo que vemos en el call center es que había una rutina de relación que se ha quebrado y

los niños no tienen cómo descargar su energía y necesitan interacción.

Desarrollar esta nueva rutina llevará tiempo, normalmente se dice que se necesitan 21 días para acostumbrarse a hacer nuevas cosas. Una vez que la persona decide hacer el cambio, toma 21 días desarrollar los cambios. "

Es una oportunidad para florecer,

pero si decides enfocarte en las preocupaciones, no vas a desarrollar mucho", desafía.


La violencia en la cuarentena

Las cifras dadas a conocer por autoridades muestran que los abusos a mujeres y niños se acentuaron en la época de confinamiento, por eso esta línea telefónica no se limita a 'consolar' y dejar el problema ahí. 

"Generamos una primera instancia una contención a la persona, pero hay un protocolo legal que debe seguirse en casos de violencia a mujeres y niños, derivamos a las instancias correspondientes por ley, como la Felcv, la Defensoría de la Niñez, etc.", explicó Rosso.

El profesional invitó a la población a dejarse ayudar por los 27 profesionales voluntarios en Sicología, que están donando su tiempo y esfuerzo, incluso en fines de semana, y que garantizan la confidencialidad.

Todos ellos reciben capacitaciones constantes en lineamientos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre covid- 19, prevención de la violencia, consejería a padres de familia, cuidadores, profesores y niños y adolescentes, con la asistencia técnica de Unicef.


Cuidadores que deben ser cuidados

La línea, denominada Familia Segura, también trabaja sobre lineamientos para apoyo primario en casos de crisis emocional derivados de estrés crónico, en particular con personal de la policía, fuerzas armadas y personal de servicios médicos. "Cuidar a los que nos están cuidando”, es el lema de esta parte de la labor. 

Médicos, trabajadores de salud, policías y militares, quienes se exponen más al virus, lo que les genera mayor estrés y problemas emocionales y afectan a ellos y a sus familias, están en la lista de prioridades de esta iniciativa.