El presidente Luis Arce planteó que se declare el 2024 como “el año internacional del agua para la vida”.

22 de marzo de 2023, 12:09 PM
22 de marzo de 2023, 12:09 PM

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, celebrada en Nueva York, Estados Unidos, el presidente boliviano, Luis Arce, planteó este miércoles la condonación de deudas de los países en desarrollo y otras nueve acciones para hacer frente a la crisis mundial del agua.

“Para restaurar el equilibrio de los ríos, lagos, acuíferos y sistemas de vida vinculados al agua de nuestro planeta, con base en la sabiduría de los pueblos, que conforman nuestro Estado Plurinacional de Bolivia y sus organizaciones sociales, expresada en diversos espacios de consulta, en preparación para esta conferencia, hacemos un llamado a tomar las siguientes acciones”, dijo Arce al plantear sus propuestas.

Entre dichas acciones, resalta el pedido de la “condonación de deudas para los países en desarrollo, cuyos recursos financieros hayan sido asignados a la producción y acceso al agua”.

También destaca la solicitud del nombramiento de un enviado especial de las Naciones Unidas para el agua al servicio de los Estados; y asimismo la sugerencia de la actualización de las legislaciones nacionales para garantizar la protección y conservación de las fuentes del agua.

Propuestas de acciones:

1.- Reafirmar el derecho al agua potable y saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos, como fue establecido en la Resolución 064/292 (de la Asamblea General de Naciones Unidas de 2010).

“Esta resolución debe ser respetada y fundamentalmente garantizada para todas las personas y sus sistemas de vida, precautelando también su derecho al desarrollo integral y sostenible, erradicando la pobreza en sus múltiples formas y proporcionando respuestas institucionales adecuadas ante futuras pandemias y otras crisis”, sostuvo.

2.- Reconocer en la próxima Asamblea de la Tierra, del año 2024, que el agua es el centro de la vida, estableciendo, además, a los ríos, lagos, glaciares, acuíferos, cuencas y sistemas de vida vinculados a la Madre Tierra como sujetos colectivos de derechos, escuchando su vulnerabilidad y haciendo eco de la amenaza actual que sufre su existencia en todos los lugares del mundo.

3.- Crear un mecanismo intergubernamental permanente del agua en las Naciones Unidas, que promueva el manejo, la gestión y la conservación del agua, la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral en el marco del cumplimiento de los objetivos internacionalmente acordados relativos al agua, fortalecimiento los compromisos políticos, económicos, sociales, ambientales y culturales, priorizando siempre el interés colectivo por encima de otros.

4.- Solicitar el nombramiento de un enviado especial de las Naciones Unidas para el agua al servicio de los Estados, que tenga una misión de activar este mecanismo, debiendo al mismo tiempo informar sobre sus acciones de seguimiento al pleno de la Asamblea de manera permanente.

5.- Reconocer a las autoridades de la gestión comunitaria del agua y de saneamiento básico de los pueblos indígenas originarios campesinos y las comunidades locales, que desde su concepción protegen al agua como sustento de la vida.

6.- Establecer la condonación de deudas de los países en desarrollo cuyos recursos financieros hayan sido asignados a la producción y acceso al agua, a la adaptación hídrica y a la resiliencia climática en función a pérdidas y daños sufridos.

7. Exhortar a los países desarrollados a que proporcionen mayores recursos financieros, asistencia y transferencia de la tecnología a los (…) países en desarrollo a través de organismos internacionales y multilaterales para conservar el agua y amortiguar los impactos de la crisis hídrica.

8.- Exhortar a que todos los países actualicen las legislaciones nacionales para garantizar la protección y conservación de las fuentes de agua, el acceso equitativo y justo al agua para todos los usos y seres vivos, promoviendo la participación de mujeres, jóvenes, pueblos indígenas, afrodescendientes y grupos vulnerables.

9.- Reconocer la importante interrelación que existe entre el agua y la soberanía alimentaria de nuestros pueblos, la generación de energía y el mantenimiento de los sistemas de vida como base fundamental bajo un esquema integrador y de restauración de la armonía con la madre tierra.

10.- Visibilizar al agua como elemento de paz de integración de los pueblos, mediante el cual los Estados cooperen para garantizar la protección de las fuentes de agua y su uso razonable y equitativo.

En ese sentido, Arce hizo un llamado a todas las naciones para que, por encima de sus diferencias políticas e ideológicas, trabajen en la construcción de un futuro cercano, donde todas las personas tengan el acceso al agua limpia y segura.

“Finalmente, proponemos que se declare el año 2024 como el año internacional del agua para la vida, promoviendo desde todos los Estados, con la participación activa de comunidades y organizaciones sociales, una gran movilización de acciones en todos los niveles para hacer frente a la crisis mundial del agua”, puntualizó Arce.