Enseñar a los hijos a que no sean selectivos y coman de todo, además a valorar la importancia de una alimentación saludable, demanda un gran esfuerzo.

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3 de abril de 2024, 16:08 PM
3 de abril de 2024, 16:08 PM

Rita Medina (NUTRICIONISTA. DIETÓLOGA)

Muchas veces nos encontramos con una muralla que no sabemos vencer, intentado que nuestros niños coman lo que necesitan y no solo lo que les gusta, generalmente nos damos por vencidos y terminamos alimentando al niño de acuerdo con sus preferencias, que por lo general no son las más nutritivas.

Enseñar a los hijos a que no sean selectivos y coman de todo, además a valorar la importancia de una alimentación saludable, demanda un gran esfuerzo, sin embargo, es responsabilidad de los padres, no la transfiera a los niños, ellos no deben elegir sus alimentos, los padres deben guiar en este importante aspecto del desarrollo y crecimiento.

Los aspectos psicológicos

Tomar en cuenta su estado emocional. La inapetencia o ansiedad suele ser el resultado de la llegada de un hermanito, la falta de atención o la ausencia de los padres en la hora del almuerzo.

También existen los trastornos por deficiencia de cinc, este mineral es requerido para el desarrollo de las papilas gustativas y el apetito, la deficiencia de este mineral se manifiesta disminuyendo el sentido del gusto, los niños no sienten los sabores y escogen tres o cuatro alimentos, cuando se restituye el mismo, retoma la normalidad.

Hay que pedir consejo a un nutricionista para corregir esta carencia.

Enseñanza para los papás y sus hijos

Desarrollar buenos hábitos desde la primera infancia, si los padres no comen verduras, los hijos tampoco.

-Deben informarse sobre una alimentación bien equilibrada y predicar con el ejemplo.

-Que valoren la importancia de seguir las pautas de la alimentación diaria, recuerde que debe servirse desayuno, fomentar el desayuno completo, variado y equilibrado.

¿Cómo educarlos?

Sobre todo, enseñar que coman y prueben de todo, presentándoles la mayor variedad de alimentos posible, vez por vez.

Es en el hogar donde los niños adquieren y aprenden los buenos hábitos alimenticios.

Lo más importante: dedicar el tiempo necesario para que coman despacio y aprendan a disfrutar la comida.

Una alimentación saludable y, además, la actividad física se traduce en una mejor calidad de vida.

La buena comida y la práctica del deporte con asiduidad favorecen el crecimiento, mantenimiento y conservación de la salud durante la niñez y adolescencia, en verdad toda la vida.

Errores más frecuentes en la alimentación de los niños

-No se deben usar los alimentos como premio ni castigo.

-No enseñar a los niños a alimentarse bien, pasar por alto la buena alimentación.

-No proporcionarles desayuno o un desayuno adecuado.

-Tomar tres raciones de productos lácteos al día.

-Tomar demasiado jugo.

-Cereales azucarados y/o chocolateados para el desayuno.

-Preguntarles qué quieren en las comidas.

-Incorporar muchas frituras en la comida.

Menú equilibrado

Desayuno. Lácteos: 1 taza (leche, yogur, queso)

Cereales sin azúcar. Quinua, avena, amaranto, fruta, huevo, panes integrales. Una porción / 1 paire.

Una fruta. Naranja papaya, piña, manzana, guineo, o cualquier fruta de estación. Incluir siempre un cítrico.

Merienda (mañana y tarde). Una fruta o fuente de proteína, o una taza de leche, yogur.

Almuerzo y cena. Su platito debe constar de: -Una sola variedad de carbohidratos que ocupará la ¼ parte del plato. Opciones: papa, yuca, quinua, trigo, maíz, lentejas, garbanzos, frejol, plátano, arroz, fideo y otros.

-Las proteínas deben ocupar la otra ¼ parte del plato. Opciones: pescado, carne de res, pollo, huevos, queso.

-Verduras variadas en la mitad del plato, sobre todo, las de mayor contenido de vitaminas: espinacas, acelgas, zanahoria, zapallo, arvejas.