Superación y emprendimiento, la historia de una joven cruceña y la receta de su nana

Daniela Jinesa Plaza Ponte Égüez es una cruceña, de 31 años, formada en la carrera de Ingeniería Financiera que tiene un negocio especializado en tortas de merengue, La Pavlova.

Todo empezó en 2016 de su amor por los postres y así decidió convertir su pasión en un emprendimiento. Revela que aprendió la receta de su torta estrella de la nana de su papá, Oscar Plaza Ponte. Daniela está casada con Juan Carlos Barbery Frerking y es la menor de sus hermanos Cecilia y Sebastián.

¿Cómo nace La Pavlova?

Hablamos de la historia de superación de una cruceña amante de la repostería, justo en esta edición previa al Día de la Mujer Boliviana, 11 de octubtre. Daniela revela que el famoso postre a base de merengue nace en Australia o Nueva Zelanda a principios del siglo XX, recibe su nombre en homenaje a la bailarina rusa Anna Pavlova. 

Desde entonces, la exquisita torta de merengue con frutos rojos es una delicia muy popular en todo el mundo, y uno de los postres preferidos en nuestro medio.

La historia de un buen negocio, solo de postres

Toda mi inspiración nació de Rosario Rivero Cruz, cariñosamente Mayina, la Nana de mi papá. La receta era muy buena y única. La perfeccioné en tiempo, porque ella demoraba mucho en hacer los merengues, pero eran únicos de sabor. Me atrevo a decir que nuestras pavlovas son ¡las mejores de Santa Cruz!

Las dificultades al inicio de un nuevo negocio

No conocer el mercado fue un problema. No conocía proveedores, precios, canales de ventas, etc., me costó muchísimo ir armándolo el negocio. 

Es difícil ser emprendedora en Bolivia. Monté un negocio totalmente legal y ha sido complicado subsistir con tantas crisis políticas y económicas. La burocracia, las leyes y la presión que existe para el sector de la mediana empresa terminan limitando a las emprendedoras. Pero, nada es imposible si tenemos voluntad.

¡Más de 700 tortas!

Hemos hecho desde una torta de 100 personas para el Rotary hasta pedidos corporativos personalizados, postres para cumpleaños, eventos infantiles y bodas. Ya son muchas tortas preparadas con los mejores ingredientes y siempre decoradas con mucho esmero y cuidado.

Anoto con orgullo que en 8 años de trayectoria estamos vendiendo ¡más de 700 tortas al mes!

¿Cómo surgió la idea del delivery con los mini postres?

Nuestra especialidad es el merengue, vimos un nicho en el mercado y decidimos innovar con el servicio delivery ofreciendo un menú delicioso de mini postres para eventos especiales y encuentros entre amigas. La presentación es la clave sobre todo con merengues de distintos colores, formas y variados rellenos. Ya es todo un éxito.

La familia toda y mis amigas

Su apoyo ha sido incondicional, desde que empecé recibí toda ayuda de mis padres, mis amigas, mis suegros. Mi esposo siempre estuvo ahí comprándome y ayudándome a vender. Tengo a mi equipo de reposteras y atención en las ventas, en mi negocio trabajan 15 mujeres, 6 de ellas son madres de familia.

Su capacitación en repostería

Hice un curso especializado en merengue con unas australianas en Londres en 2017 y ese mismo año realicé otro en São Paulo.

Eso todo relacionado con la repostería, y en lo que respecta a mi profesión como ingeniera financiera siempre participaba de cursos de actualización, como gestión de precios, servicio y atención al cliente, costeo, presupuesto empresarial, finanzas, entre otros.

¿Qué rol juega tu mamá en tu emprendimiento?

Mi madre Sonia Egüez Chávez es mis ojos, la persona en la que más confío. Me ayuda mucho con la empresa, es un pilar fundamental en el organigrama.

Su mensaje a las que trabajan por sostener a sus familias

¡El que quiere puede! Es cuestión de perseverancia, capacitarse y encontrar oportunidades. Sabemos que es difícil hacer cosas, pero todo es posible. Hay espacio para todos en nuestro país. Es mejor estar capacitadas y preparadas para conocer el rubro. Las redes sociales en la actualidad ayudan mucho, es cuestión de escoger un buen producto y hacerlo viral para ponerlo a la venta. Hay que recordar, ¡las mujeres podemos hacerlo todo!