La ONU anunció que en 13 días, al menos 75 personas habían muerto, entre ellas mujeres y niños. Sin embargo, una ONG haitiana ha cifrado en más de 148 el número de víctimas mortales, que aún es provisional.

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11 de mayo de 2022, 9:30 AM
11 de mayo de 2022, 9:30 AM

En Haití, una precaria calma reina desde hace cuatro días en los suburbios del norte de la capital, Puerto Príncipe. Entre finales de abril y principios de mayo, dos bandas rivales libraron allí una guerra territorial, mientras violaban y mataban a los habitantes. El viernes 6 de mayo, la ONU anunció que al menos 75 personas habían muerto, entre ellas mujeres y niños. Una ONG haitiana ha cifrado en más de 148 el número de víctimas mortales, que aún es provisional.

"Una masacre de una crueldad sin precedentes": así describe la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) la guerra entre dos bandas en la periferia de la capital. Al menos 148 personas fueron asesinadas en solo 13 días, del 24 de abril al 6 de mayo.

Violencia extrema

La violencia y la crueldad de los crímenes cometidos por las bandas armadas es extrema. Algunas personas de los barrios del norte de Puerto Príncipe han sido asesinadas a tiros o apuñaladas y quemadas vivas, ya sea en sus casas o en la calle, utilizando neumáticos.

Fosa común

En su informe, elaborado tras una investigación sobre el terreno y casi un centenar de entrevistas, la organización informa de la existencia de una fosa común en la que una de las dos bandas armadas enterró 30 cadáveres, ya que los cuerpos, dejados en medio de la calle bajo el sol, empezaron a descomponerse. Los miembros de la banda también arrojaron los restos de algunas de sus víctimas a pozos o letrinas. La RNDDH afirma que la mayoría de las mujeres y niñas asesinadas habían sido violadas antes de su muerte.

De acuerdo con información de la AFP, al menos 9.000 habitantes de esos barrios huyeron de sus casas en medio de la guerra que se libran las pandillas, para refugiarse con familiares o en sitios temporales, como iglesias o escuelas.

Muchas de las personas no han vuelto por temor.

Las pandillas asolan desde hace décadas los barrios más pobres de Puerto Príncipe, pero han acrecentado su dominio en la ciudad durante los últimos años, multiplicando asesinados y secuestros.

El Gobierno aún no se ha pronunciado sobre este asedio de la capital, que impide toda salida segura hacia el resto del país.