En la Explanada de las Mezquitas, hubo disparos, docenas de granadas de sonido y gases lacrimógenos, lanzados por la policía y el ejército israelí contra palestinos.

El Deber logo
10 de mayo de 2021, 9:17 AM
10 de mayo de 2021, 9:17 AM

Por RFI (Con nuestra corresponsal en Jerusalén, Alice Frossarden Tel Aviv, Daniel Blumenthaly AFP)

En Jerusalén, tras un fin de semana violento en el que resultaron heridos casi 300 palestinos, la calma es sólo una apariencia. En la noche del domingo, el ejército y la policía israelíes reprimieron violentamente y arrestaron a activistas en el barrio de Sheikh Jarrah, y a unas 20 personas en Jerusalén. Este lunes se teme una nueva escalada cuando miles de supremacistas judíos celebren el "Día de Jerusalén", una marcha anual para celebrar la anexión de la ciudad santa por parte de Israel.

El lunes 10 de mayo por la mañana, en la Explanada de las Mezquitas, hubo disparos, docenas de granadas de sonido y gases lacrimógenos, lanzados por la policía y el ejército israelí contra palestinos. Incluso se registraron disparos dentro de la mezquita de Al Aqsa. 

Un palestino falleció y docenas más han resultado heridos, mientras que Israel niega el acceso inmediato a la explanada a los equipos médicos de la Media Luna Roja palestina.

En Jerusalén, la calma -que volvió sólo durante el día este fin de semana- es sólo una ilusión. Todas las noches, en Sheikh Jarrah, barrio predominantemente palestino de Jerusalén Este, situado a dos kilómetros al norte de la Ciudad Vieja, el ejército y la policía israelíes reprimen y detienen a los activistas que han acudido a apoyar a los residentes.

Fuera de las murallas, un grupo de palestinos apedreó un vehículo israelí y trató de linchar a su conductor judío, hasta ser rescatado por las fuerzas de seguridad.

Este lunes también decenas de judíos intentaron atravesar la Puerta Mughrabi a la entrada del Monte del Templo. La policía los detuvo y arrestó a varios sospechosos. Elementos de extrema derecha están pidiendo hoy en las redes sociales que vengan al área de la Ciudad Vieja para "demostrar la soberanía judía".

Un funcionario de la Autoridad Palestina, Hussein al-Sheikh, afirmó que "el liderazgo palestino está explorando todas las posibilidades para responder a esta agresión criminal en los lugares sagrados y los residentes".

Las tensiones en Jerusalén podrían hacer fracasar los esfuerzos para la formación de una coalición de gobierno que alejaría a Benyamin Netanyahu del poder, e incluye a partidos de la derecha, de centro y de izquierda y a las dos listas árabes israelíes, que participaran en el poder por primera vez en los 73 años de historia de Israel.

El origen de la ira en Jerusalén es la situación de cuatro familias palestinas amenazadas con ser expulsadas de sus propias casas, en beneficio de los colonos israelíes, una batalla legal que lleva 50 años. Y el aplazamiento del veredicto del Tribunal Supremo está lejos de ser una victoria para los palestinos.

Desde la Franja de Gaza, enclave palestino que controlan los islamistas de Hamás, se lanzaron además globos incendiarios y cohetes contra Israel en apoyo a los manifestantes de Jerusalén.

El ejército israelí anunció el disparo de siete cohetes más el domingo por la noche y a primera hora del lunes, dos de los cuales interceptó el sistema antimisiles israelí 'Cúpula de Hierro'.

En represalia, tanques israelíes "atacaron puestos militares" de Hamás en el sur de la Franja de Gaza, indicó el ejército, que también cerró el paso fronterizo de Erez, el único que permite a los gazatíes pasar a Israel.

Llamados a la calma

Estados Unidos, el principal aliado de Israel, pidió a los altos cargos "israelíes y palestinos que actúen para poner fin a la violencia" y expresó su preocupación por "la posible expulsión de las familias palestinas de Sheij Jarrah".

Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos y Sudán --países árabes que han normalizado las relaciones con Israel-- expresaron su "profunda preocupación" y pidieron calma a Israel, al igual que el Cuarteto para Oriente Medio (Estados Unidos, Rusia, la ONU y UE), que pidió "moderación".

Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a Israel a "detener las demoliciones y las expulsiones, conforme a sus obligaciones" estipuladas por las leyes internacionales.

En un mensaje dominical, el papa Francisco pidió el fin de la violencia en Jerusalén, ya que "la violencia solo engendra violencia".

En Jordania, un país en paz con Israel desde 1994, cientos de manifestantes reclamaron en Amán el cierre de la embajada israelí y la expulsión de su embajador.