J.G. está en la última etapa, a punto de recibir el alta médica. Lejos de ocultar, es partidario de hablar, para que la enfermedad deje de ser un tabú y más rápido se pueda frenar su contagio

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3 de septiembre de 2022, 10:05 AM
3 de septiembre de 2022, 10:05 AM

J. G., 34 años, consultor independiente. Contrajo la viruela del mono y además de acudir a un centro de salud para confirmar el virus, decidió avisar mediante sus cuentas en redes sociales que tenía viruela símica. Lejos de ocultar, es partidario de hablar, para que la enfermedad deje de ser un tabú y más rápido se pueda frenar su contagio.

No tiene reparos y prefiere identificarse para hablar de una enfermedad sin sentir vergüenza al respecto, pero respetando el derecho a la privacidad, intimidad y dignidad de los pacientes este medio guarda en reserva su identidad. "Ocultando identidades es más dañino y contraproducente", dice dispuesto a compartir su experiencia y brindar información porque es en el silencio, en la reserva, que se multiplican las dudas, la desinformación, y quien sale ganando es el virus. 

Si algo tiene de malo este nuevo padecimiento (la enfermedad se descubrió en los '50, pero ha sido en los últimos meses que se ha propagado de forma veloz por el mundo) es el dolor que provoca. Las vesículas esparcidas por el cuerpo pueden secarse y desaparecer a los pocos días, pero hay otras que no. El desarrollo de estas es desigual. Las que crecen provocan un dolor insoportable que, en el caso de J. G., lo tuvieron sin dormir varios días (en la noche por algún motivo el dolor es más fuerte). Fue justamente por el dolor que se tuvo que internar para que lo controlen, aunque sin mucho éxito.

-¿Qué te hizo acudir a la atención médica? ¿qué síntomas tenías?

Los síntomas me salieron unos días después de tener la sospecha, no a todos les da igual, a mí me ocurrieron un poco al revés. Primero me salieron las heridas, luego los ganglios se inflamaron y ya después pasé por la fiebre, escalofríos, dolor de espalda y cabeza (normalmente eso viene primero).

-¿Ya habías escuchado sobre la viruela símica? ¿o estabas familiarizado con ella?

Obviamente, siempre ando pendiente de información en diversos temas, incluidos los relacionados con la salud.

-¿En qué consiste la prueba? ¿dirías que es dolorosa o incómoda?

Son dos muestras, una sanguínea y otra que consiste en un isopado de la garganta y en la vesícula (nombre que se le da a las heridas) más notoria o afectada.

-¿Qué se te vino a la mente una vez te confirmaron que tenías la viruela?

Pues nada, es una enfermedad como muchas otras, solo pensé en empezar tratamiento y ver de mejorarme lo antes posible.

-¿Recurriste a la consulta privada o al sistema público de salud?

 Todo fue gracias a centros de salud públicos y a personas que manejan el tema, como Jean Pierre Mendoza (ahora es mi amigo), y la doctora Karen Araneda, ellos fueron los que me ayudaron. El SUS (Seguro Universal de Salud) provee toda la medicación de manera gratuita.

-¿Dirías que tuviste un buen seguimiento y atención médica?

Sí, efectivamente, el problema está un poco en que es una enfermedad nueva. Tanto en el sistema público como el privado no tienen la experiencia suficiente con esta enfermedad y pueden dar un diagnóstico erróneo al inicio.

-¿Qué es lo que el protocolo te pidió hacer?

Lo primero que ven es que puedas cumplir el aislamiento durante un período de 21 días, esta enfermedad no es súper contagiosa en sí, pero tiene etapas donde es más contagiosa y ese es el peligro de la misma.

 -¿A cuántas personas tuviste que avisar tu contagio a modo de hacer un buen seguimiento? ¿cómo se lo tomaron?

Informé a todas las personas, sobre todo en redes sociales, para que sepan que cualquier cosa podrían consultarme al respecto.

-¿Estuviste aislado en casa o en un centro de salud?

Aún me faltan 9 días por cumplir, lo hice mixto.

-¿Cómo fue la evolución?

Es dolorosa, porque existen zonas donde duelen mucho más las vesículas. No todas se desarrollan igual, así que hay algunas que duran pocos días y se secan, en cambio, otras crecen y provocan un dolor insoportable que me tuvo sin dormir varias noches. El dolor es tan fuerte que me tuve que internar para que lo controlen y aún así no pudieron, ni siquiera los sueros y calmantes más fuertes sirvieron de algo, se siente como si la piel se quemara de manera permanente. Es nomás a esperar que cada vesícula pase por sus distintas etapas hasta que desaparezca.

-¿Qué medicamentos recibiste?

Creo que no corresponde hablar al respecto para evitar que la gente se automedique, si hay sospecha o tuvo un contacto muy cercano, sobre todo sexual, con un positivo, hágase la prueba. No existe actualmente un tratamiento específico para la enfermedad y se usa una combinación de tabletas y cremas.

-Los contagios se han multiplicado con rapidez, seguramente Santa Cruz tendrá cada vez más casos, ¿Qué le dirías a quienes actualmente están cursando la enfermedad y a los nuevos que vayan apareciendo?

Que ojalá tengan suerte, porque no todas las zonas duelen igual, tengan mucho cuidado con la higiene, la desinfección de las vesículas, para que no proliferen en muchas zonas.

-¿Y qué le decís a la ciudadanía en general? ¿Qué actitud tomar respecto a la viruela y a los amigos o familiares que puedan contagiarse?

La enfermedad no es muy contagiosa, excepto en la etapa en la que las vesículas están sensibles. Tengan cuidado con la desinfección. Sobre todo a los sospechosos de ser positivo les digo que para que esto no crezca, traten de informarse (información verídica, no opiniones, ni fake news) al respecto y además tomen conciencia de que es una enfermedad, no la conviertan en motivo de vergüenza para nadie, para que no surjan prejuicios absurdos al respecto.

Es una enfermedad más y no hay que avergonzarse al respecto. Conozco el caso de una persona de pueblo que es positiva y cuya familia no quiso que vaya a hacerse la prueba, ni asista a un centro de salud por el miedo al qué dirán, ese tipo de estupideces por parte de la gente no se necesitan hoy ni nunca. Por suerte ya está mejorando esta persona y pude ayudarla un poco en redes sociales.