Muchos estudiantes viven cuadros de depresión por el estrés y la ansiedad que generan respecto a su futuro laboral. Una profesional incide en la relevancia de trabajar la inteligencia emocional

20 de junio de 2024, 17:21 PM
20 de junio de 2024, 17:21 PM

Inteligencia emocional y salud mental son dos términos que han adquirido relevancia en los últimos años. En la lucha médica por combatir y controlar el estrés, los profesionales de la psicología aluden a la salud mental como un estado de bienestar que debemos alcanzar y a la inteligencia emocional como el camino para lograrlo.

En los ámbitos universitarios, muchos jóvenes se enfrentan a una serie de desafíos en el proceso del desarrollo crecimiento y formación. Al estrés por vencer el semestre de manera satisfactoria se suma la ansiedad por concretar una salida laboral futura.

Cuadros médicos de ansiedad o depresión son cada vez más comunes e impactan significativamente en el bienestar emocional. Además, el aumento de la comunicación virtual ha alterado la dinámica de las relaciones interpersonales, reduciendo la empatía y las habilidades sociales entre los jóvenes.

A diferencia de la inteligencia intelectual, que se basa en la aplicación de habilidades como el razonamiento lógico y la resolución de problemas, gestionar bien nuestras emociones es clave para tomar buenas decisiones, resolver conflictos y adaptarnos a los cambios.

El burnout (desgaste o sobrecarga emocional) académico se caracteriza por sensaciones de apatía, desánimo y agotamiento físico que afectan a la capacidad y motivación. También puede verse perjudicada la conciliación entre la vida laboral –o su acceso a ella– y el seguimiento y resolución de las tareas académicas.

El síndrome de burnout afecta a nivel emocional, genera una despersonalización (disociación de cómo nos sentimos y qué es realmente lo que necesitamos para estar bien) y provoca la baja autoestima (la persona afectada pone en duda su competencia y capacidad para cumplir los objetivos).

Valeria Carrazana Paz, psicóloga y docente de la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS), explica que la inteligencia emocional tiene dos aspectos importantes:  Por un lado, está el intrapersonal, que se presenta como la capacidad de reconocer, entender y manejar nuestras propias emociones, y se manifiesta en la autoconciencia y el autocontrol y el interpersonal, que es nuestra habilidad para percibir y entender las emociones de los demás, lo que llamamos empatía. Esta habilidad en particular es esencial para facilitar buenas relaciones, comunicarnos efectivamente y resolver conflictos.

Carrazana destaca también que los docentes deben considerar en el manejo del aula el aspecto emocional de los estudiantes en el proceso de su enseñanza. Puesto que, ignorar estas dimensiones o permitir que las emociones no gestionadas dominen puede afectar negativamente el ambiente de aprendizaje, generando ambientes inseguros y confusos puedan promover el desinterés y desagrado en los estudiantes, resultando en un déficit de aprendizaje. Por eso, explica que la inteligencia emocional es esencial para el bienestar y el éxito académico de los estudiantes. Sin embargo, son ellos quienes deben tomar la responsabilidad de desarrollarla.

Claves para desarrollar la inteligencia emocional en estudiantes universitarios

1.           Autoconocimiento: Reflexionar sobre sus emociones, identificando sus desencadenantes y cómo afectan su vida estudiantil.

2.           Autogestión: Manejar el estrés con técnicas como la respiración profunda, la meditación o el ejercicio regular.

3.           Empatía: Comprender las perspectivas y sentimientos de sus compañeros y profesores, mostrando interés genuino por sus experiencias.

4.           Comunicación efectiva: Mejorar sus habilidades verbales y no verbales para expresar sus emociones claramente y ser un oyente activo.