Las vitaminas sostienen el sistema inmune

La palabra vitamina tiene sus raíces en el latín vita, que significa vida; así de importante es para los humanos su consumo, señalan las nutricionistas Jhanet Ibáñez, Rita Medina, presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas, y Mónica Pino, jefa de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Nacional Ecológica.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO (por sus siglas en inglés), las vitaminas son sustancias orgánicas presentes en cantidades muy pequeñas en los alimentos, pero necesarias para el metabolismo. Se agrupan en forma conjunta debido a que son factores vitales en la dieta y porque todas se descubrieron en relación con las enfermedades que causan su carencia; y porque no encajan en otras categorías de nutrientes (carbohidratos, grasas, proteínas y minerales).

Pino explica que las vitaminas ayudan a que ocurran las reacciones químicas del organismo, así como a la absorción de los nutrientes y que refuerzan las defensas. Medina coincide en que las vitaminas benefician el sistema inmunitario y ayudan a la formación de tejidos, piel, cabello y la misma estructura ósea. Ibáñez destaca que ayudan a dar energía al organismo.

Vitaminas naturales y suplementos

Las vitaminas pueden consumirse en su forma natural a través de la ingesta, sobre todo, de frutas y verduras, pero también de cereales, huevos y pescados. Pino recomienda esta forma como la principal, porque permite aprovecharlas más y porque el organismo las absorbe mejor. 

Por su parte, Medina también manifiesta que lo óptimo es obtenerlas de manera natural, por lo que aconseja consumir variedad de verduras para tener la oportunidad de recibir lo que se necesita para el adecuado funcionamiento del organismo; anima a comer más verduras, más allá de la lechuga y el tomate, que suelen ser las más comunes en los platos cruceños.

Si bien existen los suplementos vitamínicos y estos se venden libremente en las farmacias, las nutricionistas apuntan a que estos son obtenidos de manera artificial, en algunos casos; las vitaminas son sometidas a modificaciones, en otros, o las cantidades de vitaminas que ofrecen no cubren las necesidades de las personas que los toman.

Por ello, recomiendan acudir a un nutricionista, que hará el diagnóstico necesario para determinar si existe déficit de vitaminas, el tipo de metabolismo que tiene, si la probiota -es decir las bacterias buenas del intestino que permiten digerir los alimentos y absorber las vitaminas- es la adecuada, etc. Además, la edad de la persona y la actividad que realiza serán factores importantes para determinar si necesitará consumir un suplemento vitamínico.

Pino señala que se puede tomar suplementos vitamínicos cuando la persona no consigue obtener las cantidades mínimas de vitaminas de forma natural, o cuando tiene alguna alteración en el organismo que no le permite absorberlas, o cuando la alimentación diaria no es equilibrada y de calidad.

Medina manifiesta que es una buena opción cuando hay deficiencias, pero también si se sabe que no se está consumiendo verduras.

Ibáñez se refiere a la edad de las personas e indica que los niños suelen absorber las vitaminas más rápido que los adultos mayores, por lo que quizás estos precisen tomar suplementos. Al igual que Medina prefiere aquellos suplementos vitamínicos de origen natural.

Pino indica que a los niños también se les da suplementos vitamínicos en la etapa en la que suelen perder el apetito, como un apoyo a la alimentación, que debe optar por los nutrientes más importantes. También en el caso de los adultos mayores, cuyas funciones ya están reducidas, es recomendable que apoyen su alimentación con suplementos.

Apunta también a la actividad que realizan las personas y pone como ejemplo a los deportistas, que deberán consumir, además de una alimentación balanceada, suplementos vitamínicos que les ayuden en su rendimiento.

Medina se refiere a los chicos en crecimiento y a la necesidad de estar atentos a su desarrollo para identificar problemas de obesidad, de desnutrición o enfermedad, y apunta al uso de suplementos para restablecer su salud o para prevenir enfermedades.

Cuando las vitaminas faltan

El organismo avisa si las vitaminas que recibe son insuficientes. Pino enumera las uñas quebradizas, el cabello picado y los resfríos frecuentes como señales de déficit de vitaminas.

Para Ibáñez, el cansancio, incluso después de ocho horas de sueño, la pérdida o caída del cabello también son síntomas de que a la persona le faltan vitaminas. Medina señala que la deficiencia de vitaminas puede verse a través de infecciones frecuentes, tanto gástricas como respiratorias.

El uso de vitaminas para prevenir enfermedades es correcto, puesto que estas fortalecen el sistema inmune, pero las nutricionistas remarcan que la dosis adecuada, será diferente para cada persona, pues sus necesidades no serán las mismas. Por ello, nuevamente aconsejan acudir a un profesional que pueda guiarlos y que no sea solamente por consejos de amigos o de distribuidores de contenidos en redes sociales.

Cítricos fortalecen las defensas

Al consumir tres mandarinas se puede obtener la cantidad de vitamina C, que si se toma un suplemento, compara la nutricionista Mónica Pino. Esta vitamina es importante para reforzar las defensas, y ayuda al funcionamiento celular saludable.

Vitamina A

Se encuentra solamente en productos animales, como: mantequilla, huevos, leche y carne y en algunos pescados.

Vitamina B1

Las fuentes más ricas de la Tiamina o B1 son los granos de cereales y semillas. Las hortalizas verdes, pescado, carne, fruta y leche.

Vitamina D

Está en: huevos, queso, leche y mantequilla. También en la carne, el pescado y en los aceites de hígado de pescado.

Suplemento

Se aconseja cuando hay déficit o problemas de absorción