Hay 68 pacientes en cuidados intensivos y la Gobernación se declaró en emergencia por la conclusión de 368 contratos ministeriales. El Japonés cerró un domo y el Mario Ortiz advierte con no recibir enfermos

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24 de agosto de 2021, 4:00 AM
24 de agosto de 2021, 4:00 AM

En plena pandemia del covid-19 los contratos que se habilitaron para profesionales que se encargan de atender a los pacientes críticos no han tenido una solución y los tropiezos afectan el funcionamiento de los servicios. Las autoridades sanitarias del departamento cruceño están en emergencia, porque el Ministerio de Salud informó que no ampliará la vigencia de los contratos de la Agencia de Infraestructura en Salud y Equipamiento Médico (Aisem).

En Santa Cruz son 368 profesionales afectados en al menos cuatro hospitales: Japonés, San Juan de Dios, Mario Ortiz y Óscar Urenda (de Montero). Uno de los que está contra reloj es el hospital Japonés, donde funcionaban dos domos para la atención de pacientes críticos. Sin embargo, esta semana se cerró el domo 2 de la Unidad de Terapia Intensiva, por lo que se concentró a los pacientes en el domo 1 y se reorganizó personal interno para su atención. Mientras en el hospital de niños, Mario Ortiz, amenazan con dejar de atender los servicios de cuidados intermedios e intensivos de covid-19.

La directora del hospital Japonés, Neisy Surriabre explicó que centrará las atenciones en un solo domo. “Si no se renuevan los contratos, el 31 de agosto se tendrá que cerrar el domo que queda, con eso ya no podremos atender más pacientes covid”, lamentó.

El coordinador de los domos del Japonés, Richy Anderson Hurtado, agregó que, a la fecha, como ya sucedió anteriormente, no se canceló ningún mes del último contrato, que tenía una vigencia de tres meses.

Esta situación se replica con los profesionales de los otros hospitales tanto de segundo como de tercer nivel. “Lo mismo de siempre, no nos pagaron ni el primer ni el segundo mes”, enfatizó.

En el domo 1 del Japonés hay 20 pacientes intubados por covid-19 y en Emergencia otros siete esperan un espacio.

En el hospital de niños 46 personas dejaron de asistir, pues los contratos finalizaron el 19 de agosto.

El director de este hospital, Herland Lastra, indicó que tuvieron que reubicar a otros profesionales para atender a los pacientes.

Agregó que si no se garantiza la continuidad de los profesionales se verán obligados a dejar de atender la Unidad de Cuidados Intermedios (UCI) y Unidad de Terapia Intensiva (UTI).

En el hospital San Juan de Dios la situación también es crítica, porque los contratos vencieron el pasado 19 de agosto. Al respecto, el coordinador de UTI, Andrés Martínez, indicó que ya la mayoría de los profesionales dejaron de asistir y el grupo que se quedó estará hasta este fin de semana.

En este hospital tienen 13 pacientes, de los cuales 11 están con ventilador mecánico. “A partir de la próxima semana nos veremos totalmente reducidos, ya que solo vamos a estar los médicos de base”, remarcó Martínez a tiempo de indicar que analizarán medidas que aplicarán, aunque la primera es reducir el número de camas habilitadas.

En el hospital de Montero, Óscar Urenda, tienen un poco más de tiempo los contratos. El director del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Erwin Viruez, indicó que vencen el próximo 5 de septiembre y luego se trabajará en un convenio departamental y nacional para el funcionamiento integral de este hospital.

Viruez indicó que, pese a que no es competencia departamental, en el plan de emergencia se garantiza la reorganización y contratación de personal, por ello se analiza las acciones a seguir para garantizar las atención en todos los servicios.

Cuarta ola

El secretario departamental de Desarrollo Humano y Salud, Fernando Pacheco, remarcó que hay 68 pacientes en terapia covid-19 por lo que piden al Ministerio de Salud reconsiderar la conclusión de contratos de profesionales para que los servicios que atienden a los pacientes críticos no se vean afectados.

Agregó que actualmente las terapias tienen una ocupación del 70%, por lo que insisten en la necesidad de ampliar contratos del personal. “La pandemia no ha terminado, estamos siendo amenazados por una cuarta ola, necesitamos estar preparados”, insistió Pacheco.

A su vez, el director del Sedes, puntualizó que se proyecta que la cuarta ola se registre desde finales de septiembre o inicios de octubre.

“Nos preocupa que el Ministerio de Salud instruya planes de contingencia para la cuarta ola y al mismo tiempo nos cercene recursos humanos”, insistió Viruez.

A principio de julio, la Aisem anunció que estaba en proceso de contratación de 5.000 profesionales para unidades de terapia intensiva, hospitales,centros de recuperación y brigadas.