Sedes fortalece vigilancia epidemiológica para evitar brotes de fiebre amarilla y viruela del mono
Piden no alarmar a la población innecesariamente. En el caso de la fiebre amarilla, la vacuna está disponible en el Programa Ampliado de Inmunización
Ante la alerta por casos de fiebre amarilla en La Paz y noticias de viruela del mono, el Sedes refuerza la vigilancia epidemiológica, así lo aseguró Jorge Quiroz, Coordinador de Redes Urbanas de Salud, en conferencia de prensa, este lunes.
Fiebre amarilla
Sobre la fiebre amarilla, Quiroz manifestó que, tanto en el departamento, como en el país no había casos desde hace 20 años, producto de la vacunación que se encuentra disponible en el Programa Ampliado de Inmunización (PAI).
“Si hubiera brotes en los países vecinos, con la vigilancia epidemiológica se pueden identificar posibles casos, aislarlos y así evitar la diseminación de la enfermedad en el país”, expresó.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS): “la vacuna es el medio más importante para luchar contra la fiebre amarilla. El 99% de los vacunados adquieren protección en los siguientes 30 días de la administración. Una única dosis brinda protección de por vida contra la enfermedad”.
Viruela del mono
Por otro lado, Quiroz pidió a la población no alarmarse por la viruela del mono y explicó que se está realizando la vigilancia epidemiológica en las zonas fronterizas, tanto por vía aérea, como terrestre, para un mejor control.
El médico recordó que esta enfermedad no es nueva, que apareció a mediados del siglo pasado y que recientemente ha habido un rebrote en Sudáfrica, por el contacto con monos o roedores enfermos. Y continuó diciendo que, a través de la migración de personas que salieron de ese país hacia otros en Europa o América del Norte, la viruela del mono se extendió.
Sobre los síntomas describió: fiebre, dolor de cabeza y de cuerpo, desgano y fatiga. Como principal diferencia con la varicela humana, Quiroz señaló la inflamación de ganglios. Además indicó que después de tres días de fiebre aparecen ampollas, que luego se hacen costra.
“El contagio es menor porque se necesita contacto directo, con intercambio de fluidos, para el contagio entre persona y persona”, detalló.
