Séptimo DíaENTREVISTA

Romero: "Brasil confirmó mano del PCC en el atraco"

La forma con la que actúan los atracadores, abriendo fuego directamente a la presencia policial, es un elemento que muestra la peligrosidad de la banda

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13 de agosto de 2017, 19:00 PM
13 de agosto de 2017, 19:00 PM

Carlos Romero, ministro de Gobierno, ingresó a la redacción de EL DEBER pasadas las 10:15 del jueves. La autoridad nacional habló del atraco frustrado a Eurochronos, adelantó que está gestionando una ‘reingeniería’ de la Policía. Aseguró que el 97% de los efectivos son del occidente y quisiera contar con más policías del oriente boliviano.

Este domingo (13) se cumple un mes del asalto frustrado a la joyería Eurochonos, en el que murieron cinco personas. ¿Qué balance hace de este hecho?
Es un tiempo prudente para hacer una evaluación que intente ser lo más objetiva posible y, obviamente, hay que poner en una balanza los aspectos positivos y negativos.

Entre lo positivo destacamos la capacidad de reacción inmediata de la Policía, que es fruto de un plan que se venía implementando desde hacía varios meses porque, lamentablemente, en Santa Cruz se ha instalado el atraco violento, el asalto armado hacia gente que realiza significativas transacciones financieras o contra los centros que tienen un importante movimiento económico. Otros elementos que se debe colocar en la balanza son que, lamentablemente, hay personas fallecidas. La forma con la que actuaron los atracadores abriendo fuego directamente a la presencia policial es un elemento que muestra la peligrosidad de esta organización.

¿Qué información tienen sobre estos grupos?
Utilizan un método básicamente colombiano, que tiene sus antecedentes en la década de los años 80 en Medellín, y que era una forma de complementar otras acciones delictivas por parte de organizaciones criminales. El modus operandi, de hacer seguimiento a las personas que realizan transacciones bancarias, los asaltos en motocicleta y otros métodos son colombianos.

Utilizan las motos para evitar el congestionamiento del tráfico y escapar; en fin, esto lo vivimos hace un par de años en Santa Cruz de manera recurrente. Desbaratamos esa organización de colombianos y establecimos un sistema de patrullaje armado, con grupos tácticos, en las horas de inicio y de cierre de las entidades financieras. Hay patrullas que operan y por esta disposición tuvimos la posibilidad de una reacción rápida de la Policía y ese es un elemento que, sin duda, hay que relevarlo. También es importante destacar que esta organización de atracadores ha sido desmantelada, desbaratada; eso también es un saldo positivo.

¿Está confirmado que los asaltantes eran miembros del PCC de Brasil?
Prácticamente sí, por varias razones. Primero, por el modus operandi; segundo, el tipo de armas que usaban, que son similares a las que fueron utilizadas en el caso del atraco a la joyería Imperio, particularmente, y también en el caso del asalto a Brinks. Tercero, porque en el cruce de información con la Policía brasileña se estableció que estas personas tenían antecedentes. Nos han confirmado que son gente vinculada al PCC. He pedido a la Policía boliviana que oficialice ese informe, pero se los doy de manera primicial que hay un reporte de Inteligencia de Brasil que confirma este dato.

 



Hay cuestionamientos a la actuación de la Policía, incluso de los familiares de la joven que murió. ¿Cuál es su criterio?

Hay dos elementos que son muy significativos; el primero, que ante la sola presencia policial los criminales abren fuego y en esas circunstancias el teniente (Carlos Gutiérrez) muere acribillado cuando intentaba cerrar el paso de una calle. No eran criminales dispuestos a negociar ni a entregarse, estaban decididos a actuar hasta las últimas consecuencias. El segundo elemento, el policía de seguridad relató que los asaltantes habían diseñado un operativo para utilizar escudos humanos y salir disparando. Eso fue corroborado por la declaración del boliviano (Erick Landívar) que decidió entregarse. Ratificó que habían definido salir de la joyería disparando a quien se cruzara en el camino; él se negó a someterse a esa decisión y por eso salió rápidamente y se entregó. Son elementos que muestran que la Policía tenía dos caminos: o dejaba fugar a los asaltantes o desarticulaba la organización criminal. 


¿Qué lección deja este caso?

Obviamente, hay la necesidad de mejorar la logística de la Policía, sobre todo de los grupos tácticos. También se requiere de armas largas, el tema ha sido planteado y se debe tomar una decisión. Me inclino por potenciar logísticamente, en términos de armamento, a la Policía.

 

En segundo lugar, es un proceso permanente el intercambio de información, sobre todo de Inteligencia, y la tenemos que seguir alimentando, fortaleciendo, especialmente con la Policía brasileña que conoce perfectamente la forma de operar de estos grupos criminales porque tienen muchísimos antecedentes.

De acuerdo con la información que hemos recabado, sabemos que el PCC actuó en un atraco en Pernambuco, en febrero de 2017, así como en la Amazonia brasileña, el 16 de enero del presente año. Hay una relación de hechos que son más o menos similares porque las organizaciones criminales no están especializadas en la comisión de un delito en específico, sino que desarrollan varias apologías delictivas y las van priorizando en función a las condiciones que se les presentan.

El delito, si bien es un fenómeno multicausal, tiene un componente económico de costo-oportunidad. Entonces, cuando uno presiona en la lucha contra el tráfico de drogas, las organizaciones criminales activan secuestros y atracos para no dejar de percibir ingresos económicos. Por eso es que se necesita fortalecer el trabajo regionalizado entre los países vecinos, una mayor coordinación con la Policía brasileña. Les doy otra primicia, nos han comunicado que el gabinete de seguridad binacional con el Gobierno de Brasil, que se había postergado por la crisis política de ese país, se puede instalar el 19 de agosto; ojalá que suceda porque hay que tomar algunas decisiones políticas, más allá del accionar de operativos de las policías para enfrentar estas organizaciones.

Las organizaciones criminales actúan de forma multinacional porque involucra a varios países. ¿Los estados están más lentos que los criminales?
Pienso que no. La globalización es un fenómeno que surge desde la misma Revolución Francesa, pero facilitada por esta verdadera revolución científico-técnico en el campo de la informática, del transporte y de las comunicaciones. Ha fortalecido el progreso, el desarrollo de los pueblos, pero también a las organizaciones criminales. Todo en la vida tiene un lado bueno y un lado malo, por eso el término responsabilidad compartida, que lo hemos utilizado tradicionalmente como un concepto para asumir posiciones conjuntas, por ejemplo, en la lucha contra el narcotráfico, tendríamos que extenderlo a todas las modalidades del crimen transnacional. Si bien el crimen transnacional es aquel que trasciende la jurisdicción territorial de un Estado, aquí también podríamos replantear el concepto e incorporar a estos emisarios que actúan en otros países, pero que tienen su raíz en un país determinado, por ejemplo el PCC y el Comando Vermelho. 


¿Cómo es la relación de trabajo con la Policía de los países vecinos?

Hemos tenido un excelente trabajo con Brasil hasta que llegó la crisis política que nos interrumpió, porque de una relación de seis años que mantuve con el ministro (de Justicia, José Eduardo) Cardozo, de pronto, en menos de un año, cuatro personas (en el Gobierno de Michel Temer) han  pasado por esa cartera.

En el caso de Argentina, el impasse que surgió a raíz de la política migratoria que estaba reformulando el Gobierno del presidente (Mauricio) Macri y que radicalmente lo expresó su ministra de Seguridad (Patricia Bullrich)  ha hecho que interrumpamos muchas acciones que estaban comprometidas en una agenda de trabajo bilateral.

Afortunadamente, por iniciativa de la misma ministra, aprovechando la reunión del Mercosur, ella se acercó y reclamó porque estábamos conformando un centro de Inteligencia trinacional con Brasil y Perú, y que además se estaba armando un comando conjunto de control de espacio aéreo  con los tres países y preguntó por qué han excluido a Argentina si también estaba en el núcleo del ataque de las organizaciones criminales. A veces las circunstancias políticas impiden una relación fluida, pero creo que hay una concepción, un desarrollo de la política criminal en términos generales que nos permiten tener claridad sobre esos tópicos. 

¿Cree que está faltando apoyo de los gobiernos subnacionales para contar con una Policía más potente?
Tenemos que asumir que necesitamos de más tecnología y de logística para la Policía, pero en lo personal pienso que hemos avanzado bastante. Hace algunos años los gobiernos subnacionales, de manera general, restringían sus tareas de seguridad ciudadana a la dotación de vehículos y de motocicletas a la Policía.

Creo que a estas alturas, contrariamente a algunos críticos que piensan que las cumbres no sirven para nada, nos sentimos contentos porque en las cumbres de seguridad ciudadana se acordó la asignación del 10% del IDH para la seguridad.

En general, las gobernaciones y alcaldías comenzaron a construir estaciones policiales integrales. En el caso de Santa Cruz, se construyó un moderno centro de mantenimiento de vehículos policiales, (Cemapol), que es el único que hay en el país y es realmente importante. Se ha empezado con una campaña de adquisición de cámaras de videovigilancia, principalmente en las ciudades capitales e intermedias, pero todavía siento que estamos en la fase de la seguridad pública en Bolivia, no en la de la seguridad ciudadana, porque eso implica una movilización de la misma población contra la criminalidad.  

¿Descarta la descentralización de la Policía?
Hemos introducido un cambio. La Policía nace históricamente con una estructura de corte militarista y subordinada a las Fuerzas Armadas; de hecho, se entendía que su función principal era mantener la seguridad interna, que era entendida como mantener el orden público frente a cualquier amenaza contra el Estado, entonces ese concepto y esa estructura está siendo replanteada en todos los países del mundo y los que más lecciones nos han dado es Inglaterra porque inventa el concepto de Policía comunitaria, además inventa las organizaciones comunitarias vecinales que están articuladas a la Policía y a los militares y nos hacen ver que necesitamos a la Policía más cerca del vecino.

Tenemos que descentralizar territorialmente a la Policía, por eso hemos planteado el concepto de EPIS, de Policía comunitaria, pero además esto tiene la ventaja de que se generan mecanismos de control social de ciudadano que presionan y transparentan la acción policial.

¿Habrá policías departamentales?
Algunos gobiernos federales han optado por este sistema. En México, por ejemplo, los delitos de orden público, que a los efectos de su legislación lo denominan crímenes, están a cargo de la Policía Nacional, pero los delitos de orden privado son atendidos por la Policía Federal, que depende de cada distrito, de cada Estado. En Brasil hay una estructura similar y en Argentina también.

Es decir, los países de estructura federal han establecido policías locales y en los hechos se complementan. Uno dice, toda posibilidad de potenciamiento contra la acción criminal bienvenida, pero no sé si este es el momento en Bolivia porque las autonomías avanzan demasiado lento para mi gusto.

En la estructura actual de la Policía, el 97% de los efectivos tienen origen en el occidente del país y de esos, más del 50% son nacidos en La Paz, es un fenómeno bastante particular. Quisiera que haya más policías del oriente porque el delito como fenómeno social responde también a una idiosincrasia y a una cultura local; por eso estamos implementando las escuelas básicas policiales y estamos trabajando con gobernaciones y alcaldías para ampliar las escuelas básicas inclusive a ciudades intermedias, y por eso había un incremento de 10.000 efectivos en los últimos 10 años en la Policía, como crecimiento vegetativo. La Policía ha entendido el problema y está en camino en articular el trabajo de la Policía con la guardia municipal.

En algunas comunas, por ejemplo, con el alcalde (de La Paz, Luis) Revilla hemos destinado oficiales de alto rango para enlaces, que hacen la planificación de tareas de lucha ‘contravencional’ y movilizan a la guardia municipal. Queremos hacer lo mismo en todas las ciudades. 

 



¿Santa Cruz está participando?


Sí, acá hay toda la predisposición. En el único lugar donde siento algún resquemor es en El Alto. Hay predisposición en Cochabamba y en todos los lugares. 


Y en Pando, ¿hay policías suficientes para enfrentar las amenazas de los grupos delictivos brasileños?

Hemos pedido un plan de reingeniería de la distribución de los efectivos policiales y esa fue una resolución de la última cumbre de seguridad ciudadana, que se realizó en Potosí.

 

El Ministerio de Gobierno está trabajando en un plan de reingeniería porque necesitamos más policías en algunos sitios estratégicos, como en Santa Cruz, y lógicamente en Pando, incluso Beni, donde hace dos días hubo un atraco en Guayaramerín, con cruce de fuego, perpetrado por brasileños.

Habíamos designado cuatro sitios como estratégicos en tema fronterizo: Santa Cruz de la Sierra, Puerto Suárez, Guayaramerín y Cobija. Quisiéramos tener oficiales de enlace de la Policía brasileña instalados acá, trabajando con nuestra Policía, coordinando operativos en estas zonas, pero también oficiales de enlaces nuestros de la Policía con las alcaldías.

La pregunta es cómo logramos que de 11.000 policías que hay en La Paz y 26.000 que están en todo el país mejoremos la distribución a todos los departamentos. Esa es una reasignación que no es fácil porque uno puede hacer un memorándum y dice: mañana 1.000 policías van a reforzar Cobija, pero sabe qué, la gente se fuga, porque el costo de vida es mayor, porque tienen que alquilar una casa y asumir otros gastos.
Estamos construyendo viviendas fiscales para facilitar este proceso y también estamos apelando a que algunos gobiernos municipales empiecen a construir viviendas para los policías de destino, pero sobre todo quisiéramos también más policías oriundos de cada región.