El crecimiento del sector minero hizo suponer a la opinión pública que ya se había encontrado la alternativa que se necesitaba; pero este sector está estancado desde hace varios años

24 de marzo de 2024, 9:00 AM
24 de marzo de 2024, 9:00 AM

Por: Hector Córdova, investigador del sector minero, especialista en política minera y docente universitario

Desde el año 2006, Bolivia ha cimentado su economía en la exportación de gas y en el autoabastecimiento de combustibles livianos; pero, en los últimos cinco años, esta base se desmorona permanentemente. 

La demanda local de gasolina y diésel ha crecido significativamente, favorecida por los precios subvencionados y la producción local de gas y gasolina ha disminuido al punto que está en riesgo la exportación de gas y Bolivia ya no abastece su mercado interno de gasolina.

La estabilidad económica se sustenta en créditos que, cada vez más, son complicados de ser autorizados. Se pensó en alternativas para compensar el vacío dejado por los hidrocarburos y, en primer término, se vio el litio; pero un marco normativo restrictivo y un comportamiento complejo del mercado internacional sumado a decisiones drásticas del gobierno postergaron el inicio de la explotación del litio en la medida que se esperaba y, las acciones de otros países poseedores de reservas importantes de litio van cerrando las puertas de un despegue de este proyecto.

El crecimiento del sector minero hizo suponer a la opinión pública que ya se había encontrado la alternativa que se necesitaba; pero este sector está estancado desde hace varios años y su crecimiento aparente se debe a una masiva explotación de oro con violación de varias normas nacionales. 

La sostenibilidad y desarrollo de la minería exigen grandes inversiones. Ya se vieron las limitaciones del Estado para realizarlas, de manera que solo el sector privado es la verdadera opción.

Minería

En los últimos años, ¿quiénes han optado por Bolivia? Una empresa coreana, algunas empresas chinas, un par de empresas canadiense

La Constitución Política del Estado hace viable la coexistencia de actores privados y públicos, así como la ley específica; pero las acciones gubernamentales no muestran una verdadera decisión de atraer capitales externos. 

En años anteriores se vio la participación de autoridades del sector minero, participar en grandes foros internacionales para mostrar la predisposición boliviana hacia la inversión privada; pero este año, en la gran ventana del PDAC en Toronto -el más grande evento de inversión minera mundial- se vio a las máximas autoridades de Ecuador y a representantes de otros países; pero lastimosamente a ninguna de Bolivia.

Sin embargo, regiones como Potosí tienen a la minería como principal fuente de financiamiento de sus proyectos de desarrollo. Esta minería es netamente privada, el aporte de la estatal es mínimo. 

En este departamento, las mineras San Cristóbal, San Vicente, Manquiri, han sostenido la minería regional. Las cooperativas, operando, sobre todo, minas de COMIBOL, contribuyeron en una dimensión más reducida.

En los últimos años, ¿quiénes han optado por Bolivia? Una empresa coreana, algunas empresas chinas, un par de empresas canadienses; la empresa coreana se fue sin dar el paso a la explotación del depósito explorado en Corocoro, no se conocen los resultados de las inversiones chinas, South American Silver se fue de Malku Khota sin lograr su objetivo, aunque después de invertir en la exploración del macizo polimetálico, Castillian no consiguió la aceptación de los agricultores de la región donde se descubrió un buen yacimiento aurífero. 

Pese a estas experiencias negativas, vino otra empresa canadiense a intentar explorar y explotar un yacimiento que ya había pasado por varias manos. 

Conocedora de los problemas que habían tenido sus predecesoras, se arriesgó a permanecer en el país invirtiendo importantes sumas de dinero para sentar las bases de una operación de gran envergadura. Muchos obstáculos aparecieron en su camino, pero continuó adelante. 

Después de la etapa de exploración, la empresa presentó sus resultados al público. Se había topado con unos buenos depósitos de mineral. Hace unos días, el gerente de NPM Minerales, Hianny Romero, explicó los pasos que darán en el futuro.

Lo destacable del aporte de la Minera Alcira, subsidiaria de NPM Minerales, con su proyecto Arenas de Plata (Silver Sand), es que supo mantener una continuidad y, a pesar de las dificultades, seguir adelante con la inversión. 

Esto quiere decir que es posible traer capitales privados al sector y que se pueden superar las dificultades. Sin embargo, como afirman los entendidos, si le va bien a esta empresa, llegarán otras; pero si fracasa, el mensaje negativo se convertirá en un obstáculo que frenará las inversiones privadas durante buenos años.

Síntesis

En Bolivia hay muchos yacimientos mineros desconocidos o parcialmente conocidos; pero no explotados por falta de inversiones serias que aporten todo lo que requiere un proyecto minero que pretende ser exitoso.

 La situación económica nacional gira, cada día más, hacia el aporte que puede proporcionar la explotación de sus recursos minerales.

El comercio de los minerales en los primeros eslabones de la cadena de valor del sector aporta ingresos rápidos; pero reducidos y el efecto multiplicador del sector queda reducido; además, la importación de la mayor parte de los insumos limita más todavía ese efecto.

Bolivia necesita capitales, sobre todo, en los dos extremos de la cadena de valor del sector. Las condiciones normales del negocio son un obstáculo para captar capitales; pero pueden ser superadas; sin embargo, las dificultades añadidas, asociadas a la pobreza, son trabas que debe remover el Gobierno, si se pretende asegurar la sostenibilidad del sector. El valor del mineral solo se pone en evidencia cuando lo sacamos de la tierra.