El Gobierno Municipal de Santa Ana de Yacuma realiza las gestiones para exhumar los cuerpos de las ocho víctimas del colapso del puente Rapulo y construye nichos para darles una adecuada sepultura. Así lo confirmó el secretario general del Gobierno Municipal, Rafael Menacho, al lamentar que la tragedia desnudó falencias para atender este tipo de emergencias. 

El municipio se pronunció después de que se conociera que los cuerpos de los indígenas chimanes fueron sepultados en fosas comunes, envueltos en hule, sin ataúdes y en el cementerio Covid-19. El hecho fue calificado como inhumano, indigno y discriminatorio.

“Actualmente estamos trabajando en la construcción de ocho nichos para que los cuerpos de nuestros hermanos chimanes puedan ser sepultados en cada nicho y cada uno tenga su lápida de reconocimiento”, señaló Menacho,  visiblemente acongojado.

Sepultura de los chimanes

La semana pasada, ocho personas de una misma familia, de la comunidad de Turindi, perecieron por el colapso del puente, cuando se trasladaban hacia Santa Ana para comercializar sus productos. Las tareas de rescate se prolongaron hasta el viernes, y este fin de semana transcendió que los cuerpos fueron enterrados en tres fosas comunes, envueltos solo en hule y sin ataúd.

El secretario general manifestó que se procedió a un entierro temporal y que, como municipio, hicieron lo que humanamente era posible en ese momento. 

“Lamentablemente los cuerpos eran irreconocibles. No quiero entrar en detalles porque es algo muy doloroso. No se podía proceder de otra manera, porque no tenemos la capacidad para afrontar una situación así. Se procedió con el fiscal a hacer el levantamiento legal de los cuerpos y entregar a los familiares, pero estos no iban a cargarlos en ese estado. Como municipio intervenimos para dar una solución temporal en el cementerio Covid para que después se les pueda dar mejores condiciones a nuestros hermanos chimanes”, indicó.

Así quedó el puente. Foto: Rodrigo Nacif L./ vía Moincho Digital

El repudio

El párroco de Santa Ana de Yacuma, Germán Sosa, calicó el entierro en fosas comunes como doloroso y discriminatorio. 

Los enterraron sin cajón, tal como los sacaron y los pusieron en bolsas, así los metieron en las fosas comunes. Además, nadie ni en el tiempo del Covid quería ser enterrado en un cementerio diferente. Eso es discriminatorio, no se les dio una sepultura digna. Se debió comprar los ocho cajones”, manifestó el párroco al señalar que él se encontraba en Trinidad cuando ocurrió la desgracia y que, a su retorno, nadie sabía qué había pasado con los cuerpos.

Entonces pidió a su equipo de prensa que hiciera las averiguaciones y, cuando se entrevistaron con el responsable de cementerio, este les confirmó que los fallecidos fueron sepultados en el cementerio Covid. Al acudir al lugar, constataron que los primeros tres cuerpos fueron enterrados en una fosa; los otros tres, en otra; y dos últimos, en otra fosa.

Al hacer las consultas al respecto, desde la Dirección de Cementerios justificaron que no había espacio en el camposanto municipal, que los cuerpos ya estaban en descomposición y que los familiares sobrevivientes, dos jovencitos, estuvieron de acuerdo con la sepultura en ese cementerio.

Maguin Gutiérrez, del Gran Consejo Chimanes, manifestó que no es su costumbre sepultar en una fosa común. “Nosotros como seres humanos merecemos ese respeto que se nos pueda enterrar como debe ser, en cajones”, subrayó.

Aseguró que esperaban que las autoridades se hayan sensibilizado para darles una cristiana sepultura. “Debieron enterrarlos como debe ser, en cajón, pero solo han cavado pozos y han enterrado los ocho cuerpos; eso es malo. Nosotros, como pueblo indígena Chimán, como indígenas, merecemos respeto y tenemos el mismo derecho de ser sepultado como debe ser”, expresó Gutiérrez.

El dirigente calificó de “indigno ese proceder”, por lo que esperan que se exhumen los cuerpos y se pueda dar una cristiana sepultura a cada uno. “Ya no de esa manera, embolsarlos y luego hacer un pozo y meterlos a toditos, eso es discriminar”.

 Al respecto, la Defensoría del Pueblo mediante gestiones por la representación de Beni, logró el compromiso del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Ana del Yacuma de rectificar y aplicar los protocolos para dar correcta sepultura a los fallecidos tras caída del puente Rapulo.

Por su lado, Wilson Ávila, del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) de Beni, informó que ellos se encargaron de recuperar los cuerpos con ayuda del personal del municipio. “Nuestro trabajo era rescatar los cadáveres y entregárselos a la Fiscalía para que ellos hagan lo que corresponde por ley haciendo la autopsia. Tras que recuperábamos los cadáveres o las partes les hacíamos la entrega, que los ponían en una bolsa, porque estaban ya en descomposición”, señaló.

También dijo que era muy difícil reconocer a las víctimas y, por el estado descomposición, era insoportable el olor que podía ser contraproducente para las personas.

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